El Ministerio de Educación y Formación afirmó que los salarios de los docentes se pagan de acuerdo con las regulaciones del Gobierno recogidas en el Decreto 204/2004/ND-CP y se aplican según la tabla salarial profesional y técnica para cuadros y funcionarios públicos de empresas estatales, con salarios iniciales que corresponden a las regulaciones sobre niveles de formación (tipo B para nivel intermedio, tipo A0 para nivel universitario, tipos A1, A2, A3 para nivel universitario y superior).
Además del salario, los docentes también tienen derecho a una serie de complementos, entre los que se incluyen: complemento por antigüedad; complementos preferenciales según la profesión para docentes que imparten clases directamente en todos los niveles, asignaturas, centros educativos y regiones de trabajo, con niveles del 25 al 70%,...
Las políticas de salario, dietas e incentivos siguen siendo insuficientes.
Sin embargo, según el Ministerio de Educación y Formación, la aplicación de las políticas salariales, las bonificaciones y las políticas preferenciales para los docentes aún presenta algunas deficiencias.
En primer lugar, no se ha implementado la política de dar máxima prioridad a los salarios de los docentes en la escala salarial de la carrera administrativa.
Específicamente, la escala salarial aplicada a los funcionarios públicos en general incluye 10 escalas salariales ordenadas de menor a mayor, respectivamente C1, C2, C3, B, A0, A1, A2.2, A2.1, A3.2, A3.1 (con niveles del 1 al 12, el número de niveles depende del tipo de funcionario público).
Sin embargo, la clasificación salarial actual para puestos docentes establece que solo tres puestos se rigen por el salario de funcionarios de tipo A3 (incluidos los niveles A3.2 y A3.1, los dos más altos): profesores titulares universitarios (incluidos catedráticos y profesores asociados), profesores titulares de formación profesional y profesores titulares de formación profesional; lo que representa aproximadamente el 1,17 % del total del profesorado. Por otro lado, en otros sectores y ámbitos, cerca del 10 % de los funcionarios se rigen por el salario de funcionarios de tipo A3.
Mientras tanto, según el Ministerio de Educación y Formación, las tareas de todos los funcionarios públicos de primera clase son, en general, similares a las de los profesores titulares (de primera clase), que consisten en elaborar documentos y orientar a los funcionarios públicos de menor rango; actuar como jueces, formular preguntas o dar instrucciones en concursos y competiciones; ser un grupo pionero en el desarrollo e implementación de líneas de innovación para la industria... y, en especial, no requieren tareas de formulación de políticas como las de los funcionarios públicos.
Los salarios de la mayoría de los docentes (excepto los profesores universitarios y de formación profesional) son inferiores a los de los funcionarios públicos de otros sectores como la sanidad (médicos, farmacéuticos), la construcción (arquitectos, contables), el transporte (técnicos de carreteras, gerentes, mantenimiento de obras, etc.), la justicia (funcionarios de antecedentes penales, etc.), la cultura y el deporte (directores, actores, artistas, entrenadores, etc.), la ciencia y la tecnología (investigadores, ingenieros) y la información y la comunicación (reporteros, traductores, directores de televisión).
Los funcionarios públicos de otros sectores se clasifican en 3 o 4 categorías (de la categoría IV a la I), con salarios que van de A1 a A2.1 y de A3.1 (correspondientes a la escala salarial 6-8-10). Salvo el profesorado universitario y de formación profesional, el profesorado también se clasifica en 3 o 4 categorías (de la categoría IV a la I), la mayoría con salarios que van de A0 a A1 a A2.2 y de A2.1 (correspondientes a la escala salarial 5-6-7-8) y se dedica a la enseñanza preescolar, general, preparatoria universitaria y formación continua (representando aproximadamente el 88 % del total).
Además, el apartado c), párrafo 1, del artículo 23 de la Ley del Profesorado estipula que «los docentes de educación infantil… tienen derecho a un régimen salarial y de prestaciones superior al de los docentes que trabajan en condiciones normales». Sin embargo, en la actualidad, los salarios de los docentes de educación infantil se encuentran entre los más bajos en comparación con otros puestos docentes (A0-A1-A2) y son casi los más bajos en comparación con los funcionarios públicos de otros sectores y ámbitos.

El Ministerio de Educación y Formación también señaló las deficiencias en el diseño de la tabla salarial para los funcionarios públicos. El Ministerio considera que la normativa salarial se aplica a todos los funcionarios en todos los sectores y ámbitos, lo que impide reflejar la complejidad de cada sector y profesión.
La diferencia en los coeficientes salariales entre las tablas salariales de los funcionarios públicos no es uniforme; algunas tablas presentan una diferencia mínima entre los coeficientes salariales iniciales, mientras que otras muestran una brecha considerable. Por ejemplo, la diferencia entre los coeficientes salariales iniciales de A0 (2,10) y A1 (2,34), y entre A2,2 (4,0) y A2,1 (4,4), es muy pequeña. Esto desincentiva a los docentes a estudiar para mejorar sus cualificaciones profesionales, sus habilidades y su desarrollo profesional.
Según el Ministerio de Educación y Formación, en realidad, el método actual de pago de salarios se basa en el puesto asignado, el nivel de formación y la antigüedad.
La brecha salarial entre los profesores recién titulados y los profesores con experiencia es grande (el coeficiente más alto, la bonificación por antigüedad más alta y las bonificaciones preferenciales son iguales pero se calculan de acuerdo con el coeficiente salarial, por lo que la brecha es aún mayor) a pesar de realizar básicamente las mismas tareas.
El número de profesores que renuncian a sus trabajos está en aumento.
El Ministerio de Educación y Formación también señaló que la escasez de docentes persiste en muchas localidades (especialmente en preescolar y primaria en instituciones educativas públicas) debido al rápido aumento de la matrícula, mientras que las autoridades locales deben ajustar sus nóminas conforme a la normativa. Asimismo, existe escasez de docentes en algunas materias como informática, idiomas extranjeros y artes, debido a la falta de fuentes de reclutamiento, ya que quienes estudian estas carreras tienen la oportunidad de encontrar empleo en otras profesiones con salarios más altos que la docencia; o bien, hay escasez de docentes en escuelas ubicadas en zonas de minorías étnicas, zonas montañosas, zonas fronterizas, islas y áreas con condiciones socioeconómicas particularmente difíciles.

A abril de 2025, todo el país todavía carece de 102.097 docentes en nómina en todos los niveles de educación preescolar y general, en comparación con las normas prescritas por el Ministerio de Educación y Formación (de los cuales faltan 30.057 en preescolar, 22.255 en primaria, 30.702 en secundaria y 19.083 en bachillerato).
Además, según estadísticas del Ministerio de Educación y Formación, en los tres años escolares comprendidos entre agosto de 2020 y agosto de 2023, más de 40 000 docentes renunciaron o cambiaron de trabajo en todo el país; el 60 % del total de renuncias correspondió a docentes menores de 35 años. Entre agosto de 2023 y abril de 2024, 7215 docentes renunciaron, de los cuales una proporción significativa (aproximadamente 1600, lo que representa cerca del 22 %) correspondió a docentes de educación infantil, disminuyendo gradualmente en función del nivel educativo.
Los docentes disfrutan de complementos preferenciales que varían según su profesión, desde el 25% hasta el 70%, de los cuales la mayoría solo recibe complementos del 25% al 35% (alrededor del 76%), concentrados principalmente en las llanuras y ciudades donde el nivel de vida es más alto que en otras regiones; los niveles superiores solo se aplican a casos especiales.
Además, durante los primeros cinco años de trabajo, los docentes noveles solo reciben salarios basados en coeficientes salariales y complementos por antigüedad, sin bonificaciones por antigüedad. Por lo tanto, sus ingresos totales siguen siendo bajos, lo que genera una gran brecha con respecto a los docentes con experiencia, a pesar de que sus funciones básicas son las mismas. En concreto, el salario más bajo de los docentes de preescolar ronda los 6,6 millones, el de los de primaria los 7,3 millones, y el de los de secundaria, bachillerato y preparación universitaria los 7,1 millones. Existe una enorme diferencia con respecto a los salarios más altos del profesorado, que son de 20,6 millones, 24,6 millones, 28,5 millones y 30,5 millones respectivamente; y son inferiores al salario medio de 7,7 millones de trabajadores en 2024.
Los ingresos insuficientes para vivir también son parte del motivo por el cual el número de profesores que abandonan sus puestos de trabajo ha aumentado en los últimos años, especialmente entre los profesores jóvenes menores de 35 años.
Según el Ministerio de Educación y Formación, la emisión de un Decreto que regule las políticas salariales y las prestaciones para los docentes es necesaria para superar las deficiencias existentes, garantizar una cantidad estable y mejorar la calidad del personal docente.
Fuente: https://vietnamnet.vn/bo-gd-dt-neu-nhung-ly-do-can-phai-them-luong-dac-thu-cho-giao-vien-2458683.html






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