Las cebollas no son sólo un ingrediente familiar en la cocina, sino que también contienen compuestos biológicos que ayudan a proteger los riñones, especialmente en personas con alto riesgo, como pacientes con gota, diabetes tipo 2 o presión arterial alta.
La cebolla es uno de los alimentos más comunes y fáciles de encontrar en cualquier cocina. Sin embargo, no todos saben que esta verdura de sabor intenso aporta numerosos beneficios a los riñones, el órgano que silenciosamente filtra la sangre, excreta y equilibra el ambiente interno del cuerpo.
Antioxidantes destacados de la cebolla

Las cebollas son uno de los alimentos más comunes y fáciles de encontrar en cualquier cocina (Foto: Getty).
Según una investigación publicada en el American Journal of Nephrology , la quercetina, un flavonoide natural que se encuentra en abundancia en la piel y las raíces de la cebolla.
Este es un factor clave en la protección renal. Ayuda a eliminar los radicales libres, inhibe las reacciones inflamatorias y ralentiza la progresión de la fibrosis glomerular, causante del deterioro de la función renal.
La quercetina también tiene la capacidad de inhibir la actividad de la enzima xantina oxidasa, reduciendo así la producción de ácido úrico. Esta sustancia es un factor causante de la gota y afecta directamente a los riñones.
Un estudio publicado en Frontiers in Pharmacology descubrió que la quercetina mejoraba la función renal en ratas con daño renal causado por el aumento del ácido úrico.
Además, la quercetina presente en las cebollas también inhibe factores inflamatorios renales como TNF-α, IL-6 y TGF-β1, citocinas implicadas en el daño tisular y la fibrosis renal.
Un estudio clínico demostró que suplementar aproximadamente 150–162 mg de quercetina por día durante 6 semanas puede ayudar a reducir la presión arterial sistólica en 3–4 mmHg, al tiempo que mejora los factores que sobrecargan los riñones, como el azúcar en sangre y el índice HbA1c en personas con diabetes tipo 2.
Guardaespaldas picante
El característico olor acre y picante de la cebolla cortada proviene de compuestos volátiles de azufre, que se crean cuando la enzima alinasa descompone los aminoácidos azufrados. Estos compuestos no solo hacen lagrimear, sino que también aportan numerosos beneficios biológicos.
Una investigación publicada en la revista Nutrients muestra que los compuestos de azufre de las cebollas tienen fuertes efectos antiinflamatorios y antibacterianos e inhiben la formación de tejido fibrótico en los riñones, uno de los principales mecanismos que conducen a la enfermedad renal crónica.
Además, estos compuestos también estimulan la producción de un importante antioxidante que ayuda a proteger las células renales del daño causado por el estrés oxidativo, el glutatión endógeno.
Algunas notas sobre el uso de cebollas para favorecer la salud renal
Comer cebolla cruda o ligeramente cocida retiene más quercetina que si se cocina completamente. Sin embargo, las personas con estómagos sensibles deben cocinarlas ligeramente para facilitar su digestión.
Las cáscaras de cebolla contienen la mayor cantidad de quercetina. Algunos nutricionistas recomiendan cocinar sopa o guisar con las cáscaras de cebolla (lavadas) y luego filtrarlas para aprovechar sus nutrientes.
Las personas con enfermedad renal crónica deben consultar a su médico antes de aumentar la cantidad de cebolla en su dieta, especialmente si siguen una dieta baja en potasio o fósforo.
Fuente: https://dantri.com.vn/suc-khoe/cach-an-hanh-tay-dac-biet-tot-cho-than-20250726072501810.htm
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