Durante el último siglo, el aumento del uso de fertilizantes nitrogenados ha contribuido significativamente a impulsar la producción agrícola y mejorar la seguridad alimentaria, garantizando la nutrición de una población mundial en crecimiento. Sin embargo, el uso inadecuado del nitrógeno puede dañar gravemente la calidad del aire, el agua y el suelo, provocar la pérdida de biodiversidad y agravar el cambio climático.
Un informe publicado el 21 de enero por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proporciona una visión general completa del uso del nitrógeno y los desafíos que surgen en los sistemas agrícolas, destacando la importancia del uso sostenible y formulando recomendaciones para lograr este objetivo.
El nitrógeno es un componente esencial de los ingredientes alimentarios, especialmente de los aminoácidos y las proteínas, esenciales para el crecimiento de plantas, animales y seres humanos. Gracias a la invención del proceso Haber-Bosch a principios del siglo XX, los seres humanos han podido convertir el nitrógeno no reactivo, abundante en la atmósfera (el mismo nitrógeno que da color al cielo), en sustancias útiles como el amoníaco, que ahora se utiliza ampliamente como fertilizante.
Actualmente, los seres humanos añaden unos 150 teragramos (Tg) de nitrógeno reactivo a la superficie terrestre cada año a través de la agricultura y la industria, lo que duplica la tasa preindustrial. Algunos expertos creen que el cambio climático podría aumentar esta tasa a unos 600 Tg al año para 2100, lo que podría incrementar la cantidad de nitrógeno que se pierde en el medio ambiente.
La ganadería contribuye significativamente a las emisiones de nitrógeno y es responsable de aproximadamente un tercio de todas las emisiones de nitrógeno derivadas de las actividades humanas. Los fertilizantes sintéticos, el cambio de uso del suelo y las emisiones de estiércol son las principales causas de la contaminación por nitrógeno en esta región.
El uso racional del nitrógeno en la agricultura ayuda a prevenir la degradación del suelo y el agotamiento de nutrientes, a la vez que aumenta el rendimiento de los cultivos. Por el contrario, su uso excesivo agrava el calentamiento global, reduce la calidad del aire y el agua, y agota el ozono estratosférico. La contaminación por nitrógeno supone riesgos para la salud humana al aumentar la incidencia de enfermedades respiratorias y cardíacas. Por lo tanto, la gestión sostenible del nitrógeno, centrada en minimizar los insumos y las pérdidas externas, y maximizar el reciclaje, es más urgente que nunca.
A través de una serie de estudios de casos que ilustran los esfuerzos en curso para mejorar el uso del nitrógeno en todo el mundo , la FAO ha formulado recomendaciones, entre ellas:
- La industria de fertilizantes debe adoptar medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la producción de fertilizantes nitrogenados minerales y fomentar la minimización de los residuos durante el almacenamiento, el transporte y la aplicación a la tierra;
- Promover el uso generalizado de la fijación biológica de nitrógeno en rotaciones de cultivos localmente apropiadas utilizando leguminosas;
- Orientación para apoyar a los productores ganaderos en la adopción de mejores prácticas en la gestión de fertilizantes, centrándose en minimizar las pérdidas de nitrógeno al medio ambiente y aumentar su uso eficiente en la producción agrícola;
- Las políticas del sistema agroalimentario deben fomentar el uso de fertilizantes nitrogenados orgánicos para mejorar la sostenibilidad;
- Promover la integración de la gestión sostenible del nitrógeno en las acciones de mitigación apropiadas para cada país y en las contribuciones determinadas a nivel nacional, incluidos los objetivos de reducción del óxido nitroso de los sistemas agroalimentarios para mantener el objetivo de 1,5 °C del Acuerdo de París;
- Proponer compromisos nacionales para reducir la contaminación por nitrógeno, incluidos el amoníaco y el nitrato, para cumplir los objetivos mundiales de biodiversidad;
- Intensificar los esfuerzos para reducir el desperdicio y la pérdida de alimentos en todas las etapas del sistema agroalimentario y promover el reciclaje y el tratamiento de los desechos alimentarios para la alimentación animal;
- Integrar la gestión sostenible del nitrógeno en proyectos y programas de desarrollo en sistemas agroalimentarios.
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Fuente: https://www.mard.gov.vn/Pages/cai-thien-su-dung-nito-de-giam-thieu-tac-hai-doi-voi-suc-khoe-con-nguoi-va-moi-truong.aspx
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