El pueblo Mong ha elegido desde hace mucho tiempo las laderas más altas y peligrosas de las montañas del noroeste y noreste como su hogar. Su vida está íntimamente ligada a las montañas rocosas, donde el clima es riguroso, hay niebla todo el año y el terreno escarpado. Este entorno les ha dotado de una resistencia extraordinaria y una asombrosa flexibilidad para trabajar a diario en los campos de maíz y en las empinadas terrazas.
Pero también el duro entorno laboral y el terreno accidentado provocan problemas de salud específicos. Los resbalones, las caídas desde precipicios y las lesiones por cargar objetos pesados son inevitables. Además, el frío intenso y la alta humedad de las montañas y los bosques son la causa de enfermedades reumáticas crónicas (artritis, dolores y molestias).
Para sobrevivir, el pueblo Mong ha desarrollado una medicina indígena muy práctica, centrada en tratar los problemas cotidianos a los que se enfrentan. Dentro de este valioso sistema, los remedios para problemas óseos, articulares y fracturas se consideran tesoros secretos, lo que demuestra su profundo conocimiento y estrecha conexión con cada planta medicinal que crece en las montañas rocosas.

método de atado de hojas de hierbas
Lo que hace famosa a la medicina Mong es su capacidad para tratar fracturas y luxaciones. Si tienen la desgracia de sufrir un accidente, en lugar de entrar en pánico, siguen un protocolo de tratamiento bien definido, transmitido de generación en generación, que se basa en la aplicación directa de cataplasmas.
Cuando alguien se fractura un hueso, el curandero (o un familiar con experiencia) acude inmediatamente al bosque. Saben exactamente qué hojas, raíces o cortezas buscar. Estas hierbas suelen crecer en lugares muy inhóspitos, pero poseen potentes propiedades medicinales. Tras ser recolectadas, se lavan y se machacan a mano en un mortero de piedra.
Esta mezcla medicinal triturada suele ser de color verde oscuro y espesa. A veces, el médico añade un poco de vino blanco o vinagre de arroz, no solo como disolvente para disolver los principios activos, sino también por su efecto antiséptico inicial y porque ayuda a que el medicamento penetre mejor.
Este tabaco se aplica directamente sobre la zona lesionada, cubriendo la fractura. El siguiente paso es crucial: la inmovilización. El pueblo Mong utiliza varillas de bambú finas y lisas para hacer una férula, fijando firmemente el hueso roto. Finalmente, lo vendan con un paño limpio o corteza de árbol suave y resistente.
Según la tradición popular, esta cataplasma tiene múltiples usos. En primer lugar, ayuda a aliviar el dolor y a reducir la hinchazón rápidamente. Las hojas poseen propiedades antibacterianas que ayudan a prevenir infecciones en heridas abiertas. Pero, sobre todo, se cree que los principios activos de las hojas favorecen la calcificación ósea, ayudando a que los huesos sanen más rápido.

Vino medicinal: Un remedio eficaz para el dolor de huesos y articulaciones
Si bien las cataplasmas son la solución para las lesiones agudas, el vino medicinal es el aliado del pueblo hmong para tratar el dolor óseo y articular. El clima frío, húmedo y gélido de las tierras altas hace que el reumatismo (artritis, osteoartritis, dolor de cuello y hombros, dolor de espalda) sea extremadamente común.
Para combatir el frío, dispersar el aire gélido y aliviar el dolor, el pueblo Mong tiene la costumbre de preparar infusiones de vino medicinal. Las hierbas utilizadas para esta infusión suelen ser raíces, tallos o cortezas (como ginseng milenario, lombriz de tierra, raíz de jengibre de montaña, canela, etc.). Según la medicina tradicional, todas estas hierbas son cálidas y tienen la capacidad de favorecer la circulación sanguínea y dispersar el viento frío y la humedad.
El vino medicinal del pueblo Mong se utiliza principalmente de dos maneras:
- El vino para masajes se utiliza para frotar directamente las zonas doloridas, como las rodillas, los omóplatos y la zona lumbar. Al frotar, se combinan movimientos de presión, amasado y fricción. El calor del vino, junto con las propiedades medicinales de las hierbas, penetra en la piel, calienta los meridianos, relaja los músculos, mejora la circulación sanguínea y alivia el dolor rápidamente.
- Consumir vino. Algunas infusiones medicinales especiales, con dosis estrictamente controladas, se utilizan para beber. Los Mong creen que beber vino medicinal ayuda a nutrir el hígado y los riñones, lo que a su vez nutre los tendones y los huesos, haciéndolos flexibles y fuertes desde el interior.
Desde cataplasmas para curar fracturas hasta vinos medicinales para aliviar dolores, la medicina tradicional hmong para huesos y articulaciones constituye un valioso patrimonio cultural. Surgida de un entorno hostil, su eficacia práctica se ha demostrado a lo largo de los siglos. Hoy en día, muchos de estos valiosos remedios se conservan, pero también corren el riesgo de perderse. Su preservación, junto con la investigación científica para esclarecer sus propiedades medicinales y estandarizarlos, resulta fundamental para promover el valor de la medicina indígena en la atención sanitaria comunitaria.
Fuente: https://baolaocai.vn/di-san-y-hoc-mong-tu-thao-duoc-nui-da-post886681.html






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