Pasar demasiado tiempo frente a pantallas, desde teléfonos y computadoras hasta televisores, se considera cada vez más un factor que aumenta el riesgo de síntomas depresivos, especialmente en las niñas.
La principal razón que se esgrime es que este hábito afecta negativamente a la calidad y duración del sueño infantil, factor clave para mantener la salud mental.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno mental común que afecta aproximadamente al 5% de la población adulta mundial. Cabe destacar que en los adolescentes la depresión se considera una de las principales causas de carga de enfermedad.
La OMS también advierte que alrededor del 14% de los niños y adolescentes de 10 a 19 años viven con trastornos de salud mental.
Sin embargo, la mayoría de estos casos pasan desapercibidos o no reciben el tratamiento adecuado, en parte debido a la falta de conocimiento y de concienciación sobre los signos y las causas de estas enfermedades.
Recientemente, un grupo de investigadores realizó un estudio a gran escala en Suecia, siguiendo a más de 4.800 estudiantes de entre 12 y 16 años durante un año.
El estudio se dividió en tres fases diferentes para registrar datos sobre el tiempo de uso de dispositivos electrónicos, la calidad y cantidad del sueño, así como los síntomas relacionados con la depresión en este grupo de sujetos.
Los resultados mostraron que los estudiantes que pasaban más tiempo usando pantallas tendían a acostarse más tarde y tenían más dificultades para mantener un sueño de calidad. En otras palabras, cuanto más tiempo pasamos frente a dispositivos electrónicos, más se ve afectado el sueño, lo que provoca problemas de salud mental.
Los investigadores también señalan que la luz azul emitida por las pantallas, un tipo de luz de longitud de onda corta, es uno de los principales culpables.
Según la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.), aunque la luz azul puede ayudar a las personas a mantenerse despiertas y más concentradas durante el día, por la noche altera gravemente el ritmo circadiano del organismo.
En concreto, la luz azul puede inhibir la producción de melatonina, una hormona que favorece el sueño, provocando que el cuerpo piense erróneamente que todavía está en un estado de "vigilia", retrasando así el proceso de quedarse dormido y alterando todo el ciclo natural sueño-vigilia.
“Descubrimos que el tiempo frente a la pantalla tiende a retrasar la hora de acostarse y que altera múltiples aspectos del sistema biológico que controla el sueño humano al mismo tiempo”, escribieron los investigadores.
Tras un análisis más detallado, los científicos encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres. En los niños, el uso excesivo de pantallas se relacionó directamente con síntomas depresivos después de 12 meses.
Mientras tanto, en las niñas, el vínculo fue indirecto: los impactos negativos en el sueño actuaron como un “puente” entre el uso del dispositivo y un mayor riesgo de depresión.
En otras palabras, en las niñas, son las interrupciones del sueño, como dormir poco, acostarse tarde o una mala calidad del sueño, las que empeoran los síntomas depresivos.
Esto sugiere que para proteger la salud mental de los niños, especialmente de las adolescentes, es fundamental controlar el tiempo frente a la pantalla y establecer hábitos de sueño saludables.

Los investigadores han descubierto que la calidad y la duración del sueño pueden mediar la relación entre el uso de pantallas y los síntomas depresivos en las niñas.
En concreto, estimaron que los factores relacionados con el sueño podrían explicar entre el 38% y el 57% del impacto negativo del tiempo frente a la pantalla sobre la depresión en esta población.
En este estudio, descubrimos que los adolescentes que reportaron un uso prolongado de pantallas eran más propensos a desarrollar malos hábitos de sueño con el tiempo, como acostarse tarde, dormir poco o tener patrones de sueño alterados. Estas disminuciones a largo plazo en la calidad del sueño contribuyeron a un aumento de los síntomas de depresión, que fueron especialmente pronunciados en las niñas, escribieron los investigadores.
Los hallazgos aumentan las preocupaciones de los expertos y profesionales de la salud sobre la creciente cantidad de tiempo que los niños y adolescentes pasan frente a pantallas, desde teléfonos inteligentes y tabletas hasta computadoras y televisores.
Los resultados también están en línea con las últimas recomendaciones de la Agencia Sueca de Salud Pública, que enfatiza que los adolescentes deben limitar el uso de dispositivos electrónicos a no más de dos o tres horas al día para proteger su salud mental y física.
Según los investigadores, reducir el uso de dispositivos, especialmente entre las adolescentes, puede ser significativamente eficaz para reducir el riesgo y la gravedad de los síntomas depresivos.
En otras palabras, controlar el tiempo frente a la pantalla no sólo ayuda a mejorar la calidad del sueño sino que también es una medida importante para prevenir problemas psicológicos graves en los adolescentes en el contexto de una sociedad moderna cada vez más dominada por la tecnología.
Fuente: https://baonghean.vn/dien-thoai-di-dong-lam-tang-nguy-co-mac-cac-trieu-chung-tram-cam-10294556.html
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