La mordida invertida prolongada puede afectar la estética facial, causar recesión gingival, enfermedad periodontal, desgaste dental, trastornos de la articulación temporomandibular debido a la restricción del movimiento mandibular, y dificultar el desarrollo del maxilar superior, a la vez que promueve el desarrollo excesivo del maxilar inferior. La detección temprana y las medidas preventivas y de tratamiento adecuadas son esenciales para limitar las consecuencias a largo plazo.
Causas comunes de submordida en los dientes de leche
- Genética : Los factores genéticos desempeñan un papel importante en la formación de la mandíbula y la estructura dental. Si existen antecedentes familiares de maloclusión, la probabilidad de que un niño la desarrolle es mayor.
- Malos hábitos : Malos hábitos como empujar la mandíbula inferior hacia adelante o sacar la lengua pueden afectar el desarrollo de la mandíbula y los dientes, dando lugar a una mordida invertida.
- Afecciones respiratorias y de oídos, nariz y garganta : Afecciones como la faringitis crónica y las infecciones de oídos, nariz y garganta pueden hacer que los niños respiren por la boca, lo que afecta su desarrollo facial y mandibular.
- Desarrollo desigual de las mandíbulas superior e inferior : un desequilibrio en el desarrollo de las dos mandíbulas provoca una mordida invertida.
- La caries dental no tratada puede provocar una pérdida prematura de dientes y provocar una sobremordida.
Opciones de tratamiento para la mordida inversa en dientes primarios.
Algunos tratamientos comunes para la mordida invertida en los dientes primarios incluyen:
- Utilizando aparatología dental como aparatos pre-ortodóncicos, articuladores, planos inclinados, etc.
- Corrección de oclusión.
- El tratamiento implica eliminar cualquier mal hábito que lo acompañe.
Entre los métodos descritos, la remodelación oclusal es una de las intervenciones tempranas más sencillas para casos de submordida en dientes temporales. Esta técnica consiste en un ligero pulido de la superficie del esmalte de los dientes temporales en los puntos de interferencia oclusal, con el objetivo de eliminar la maloclusión causada por el contacto precoz. La remodelación oclusal temprana está indicada principalmente en casos de submordida debida a factores dentales o funcionales, cuando la maloclusión se origina por el contacto precoz de los dientes temporales y no por una desalineación esquelética significativa.

Si un niño todavía se chupa el dedo, ayúdelo a romper este hábito antes o durante la intervención.
En resumen, la indicación ideal para una remodelación oclusal temprana es: submordida leve en dientes primarios debido a interferencia dentaria, sin deformidad esquelética significativa y con presencia de contacto temprano que pueda eliminarse mediante la remodelación.
Además de corregir la mordida, es necesario eliminar los factores de riesgo o causas que contribuyen a la mordida inversa. Por ejemplo, si el niño aún se chupa el dedo, se le debe ayudar a abandonar este hábito antes o durante la intervención. Si se sospecha una obstrucción de las vías respiratorias (amígdalas, adenoides), el niño debe consultar a un especialista para recibir tratamiento. Eliminar la causa ayuda a estabilizar los resultados del tratamiento y reduce el riesgo de recurrencia.
Después del tratamiento de ortodoncia, los niños necesitan citas de seguimiento para evaluar su mordida. Si todo está estable, continúe el seguimiento cada 3 a 6 meses durante las revisiones dentales de rutina. Si la submordida reaparece (por ejemplo, al erupcionar otros dientes o al reemplazar los incisivos), es necesaria una intervención adicional oportuna.
Si después del ajuste oclusal la mordida aún no es satisfactoria, o si hay sospecha de problemas esqueléticos, pueden ser necesarios aparatos de ortodoncia especializados adicionales o un control regular del crecimiento mandibular para determinar el siguiente tratamiento.
Consejo del médico
- Los chequeos regulares ayudan a detectar tempranamente anomalías que pueden causar maloclusión para que puedan ser tratadas.
- Prevenir la caries dental y tratar las cavidades a tiempo.
- Tratar oportunamente las enfermedades respiratorias y faringitis crónicas para no afectar el desarrollo maxilofacial.
- Recordar, detectar y tratar de forma temprana malos hábitos como la protrusión lingual y mandibular.
- Establezca buenos hábitos de alimentación e higiene para su hijo: La lactancia materna adecuada durante el primer año de vida se considera beneficiosa para el desarrollo equilibrado de la mandíbula y la cara, mientras que la alimentación prolongada con biberón puede aumentar el riesgo de maloclusión. Una dieta demasiado blanda y la falta de práctica de masticación durante la dentición también pueden afectar el desarrollo de la mandíbula.
- Además, los padres deben enseñar a los niños el hábito de la higiene bucal diaria para proteger sus dientes.
Fuente: https://suckhoedoisong.vn/dieu-tri-som-khop-can-nguoc-rang-sua-o-tre-169251213100012591.htm






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