
Un empleado bancario revisa billetes de dólares estadounidenses en un banco de Seúl, Corea del Sur. (Foto: AFP/VNA)
En lugar de seguir recortando los tipos de interés, los bancos centrales se centran ahora en evaluar el impacto de las medidas ya adoptadas sobre el crecimiento y la inflación.
Ahora que se están anunciando las decisiones finales sobre política monetaria del año, el panorama general muestra claramente una falta de nuevo impulso para un ciclo de flexibilización en los países desarrollados.
Tras un recorte de 0,25 puntos porcentuales en su reciente reunión, la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) presenta un panorama sombrío para futuras reducciones de los tipos de interés. Esto ocurre en un momento en que la economía estadounidense parece haber resistido la tormenta arancelaria mejor de lo previsto.
En el Reino Unido, se espera que el banco central (BoE) anuncie una nueva reducción de los costes de financiación en su próxima reunión. Sin embargo, esta podría ser una de las últimas medidas de este ciclo de flexibilización, lo que generará un estrecho escrutinio por parte de los inversores en cuanto a las futuras señales de política monetaria.
Mientras tanto, se espera que el Banco Central Europeo (BCE) publique un pronóstico de crecimiento más optimista, lo que refuerza la postura expectante que las autoridades han mantenido desde mayo. El foco de las discusiones en el BCE girará en torno a un posible cambio hacia una política monetaria más restrictiva en el futuro. Sin embargo, se prevé que el Banco de Japón (BoJ) adopte un enfoque opuesto, posiblemente subiendo los tipos de interés.
A diferencia de la narrativa política en las economías desarrolladas, la tendencia en algunos mercados emergentes es menos clara. Se proyecta que varios bancos centrales, desde México hasta Tailandia, continuarán sus ciclos de flexibilización la próxima semana.
Fuente: https://vtv.vn/dong-luc-cat-giam-lai-suat-toan-cau-hut-hoi-100251215153909948.htm






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