
El auge global de la política industrial, impulsado por preocupaciones sobre la seguridad de la cadena de suministro y la competencia estratégica, está planteando una pregunta histórica fundamental: ¿por qué los milagros económicos asiáticos, incluidos Japón, Corea del Sur, Taiwán, Singapur y Hong Kong, prosperaron gracias a la industrialización en la segunda mitad del siglo XX, mientras que la mayoría de los demás países en desarrollo fracasaron?
En un comentario reciente en el sitio web del Foro de Asia Oriental (eastasiaforum.org), los economistas senior del Fondo Monetario Internacional (FMI), Reda Cherif y Fuad Hasanov, ofrecieron una nueva perspectiva. Argumentaron que el éxito de estas economías se debe a tres características comunes en sus políticas industriales, que las han diferenciado del resto del mundo en desarrollo.
Tres características que lo hacen diferente
Los economistas del FMI señalan que, a diferencia de los países que fracasaron en sus estrategias de industrialización por sustitución de importaciones (que a menudo sólo protegieron y subsidiaron mercados internos cerrados), las economías "milagrosas" asiáticas se basaron en los tres pilares siguientes:
En primer lugar, la disciplina exportadora y la competitividad global: las economías asiáticas han obligado a las empresas nacionales a adaptarse a la disciplina del mercado global en lugar de protegerse de él. Se basan en la "disciplina exportadora" para crear industrias sostenibles y competitivas.
Las señales del mercado de exportación son esenciales para impulsar a las empresas a competir e innovar. Todo apoyo gubernamental conlleva responsabilidad, y las empresas en crisis eventualmente serán reestructuradas.
Por el contrario, la mayoría de los países en desarrollo de América Latina, Oriente Medio y el sur de Asia han fracasado porque se centraron exclusivamente en proteger industrias emergentes y en otorgar subsidios sustanciales para atender un mercado interno cerrado. La falta de incentivos para lograr economías de escala, construir cadenas de valor nacionales sólidas e innovar ha minado su competitividad internacional.
En segundo lugar, el desarrollo de capacidades en industrias complejas: El éxito sostenido de las economías mencionadas se debe al desarrollo de capacidades en sectores complejos o de alta tecnología, como la electrónica, la automoción y la maquinaria, en lugar de depender únicamente de los recursos naturales o de la producción industrial de bajo nivel. Estos sectores son cruciales porque generan importantes efectos indirectos en toda la economía, requieren mano de obra altamente cualificada, estimulan el aprendizaje práctico y fomentan la innovación.
El enfoque de las principales economías asiáticas consiste en crear empresas nacionales que estén a la vanguardia de la manufactura avanzada, la innovación y el desarrollo tecnológico desde una etapa temprana, en lugar de depender únicamente de la inversión extranjera directa (IED) y esperar la transferencia de tecnología. Las industrias complejas requieren un paquete integral de políticas, no solo la apertura del mercado. Las políticas específicas para cada sector, como la inversión coordinada en habilidades especializadas, infraestructura, un marco legal adecuado, la promoción de las exportaciones y una fuerte inversión en investigación y desarrollo (I+D), son cruciales para el éxito empresarial.
En tercer lugar, la estructura institucional: Unas estructuras institucionales adecuadamente diseñadas son clave. El éxito de las economías "milagrosas" de Asia se debe a la concentración en un único órgano rector encargado de definir e implementar un complejo conjunto de políticas. Estos órganos, inspirados en el Ministerio de Comercio Internacional e Industria de Japón, comparten características comunes que los diferencian de los organismos convencionales de formulación de políticas.
Estas organizaciones tienen objetivos ambiciosos que abordan áreas complejas. Gracias a su sólido respaldo político y autonomía interna, poseen la capacidad para alcanzarlos. Se basan en la contratación de los mejores talentos y la rendición de cuentas, a la vez que se adaptan a las cambiantes condiciones tecnológicas y del mercado. Estas características les permiten coordinarse entre el gobierno y la industria, acumular conocimiento especializado e implementar herramientas políticas mediante la experimentación continua y la retroalimentación del mercado para fomentar industrias competitivas.
En un contexto de creciente proteccionismo, fragmentación geopolítica y la necesidad actual de un crecimiento sostenible e inclusivo, muchos países están considerando revitalizar la política industrial. El debate actual ha equiparado la política industrial con instrumentos "duros" como aranceles, subsidios y prohibiciones a la exportación, que a menudo promueven la autosuficiencia o el dominio en ciertas industrias. Sin embargo, las experiencias de las economías "milagrosas" de Asia ofrecen nuevas perspectivas a este debate.
Fuente: https://baotintuc.vn/phan-tichnhan-dinh/giai-ma-bi-mat-cua-nhung-phep-mau-kinh-te-chau-a-20251215151333492.htm






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