Las siguientes son frutas que han demostrado científicamente ser beneficiosas para la salud del hígado:
arándanos azules y arándanos rojos
Tanto los arándanos azules como los rojos son ricos en potentes antioxidantes llamados antocianinas. Un estudio publicado en el World Journal of Gastroenterology reveló que el consumo regular de antioxidantes antocianinas ayuda a ralentizar el daño hepático y a reducir la acumulación de grasa y la inflamación en el hígado, según Verywell Health (EE. UU.).

La granada y el aguacate son frutas beneficiosas para el hígado.
FOTO: IA
Además, las antocianinas ayudan a reducir el estrés oxidativo, que es un factor importante en enfermedades como la esteatohepatitis no alcohólica y la cirrosis.
Un estudio realizado en ratones y publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry demostró que los arándanos ayudan a mejorar la enzima hepática ALT, al tiempo que potencian la función de las enzimas antioxidantes.
Manzana
La pectina, una fibra soluble, ayuda al hígado a eliminar toxinas, metales pesados y exceso de colesterol a través del sistema digestivo. Las manzanas son ricas en este tipo de fibra. Además, la pectina de las manzanas mejora la función intestinal, lo que indirectamente contribuye a reducir la carga de desintoxicación del hígado. Asimismo, las manzanas son ricas en polifenoles, sobre todo en la cáscara, que poseen potentes efectos antiinflamatorios y antioxidantes.
Manteca
Los aguacates son una fuente rica en glutatión, uno de los antioxidantes más potentes que el hígado utiliza para neutralizar toxinas. Un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry reveló que el consumo de aguacates ayuda al hígado a producir más glutatión y reduce el daño hepático causado por las toxinas.
Además, los aguacates son ricos en grasas monoinsaturadas y vitamina E, que han demostrado reducir la grasa hepática y la hepatitis crónica. Un estudio realizado en Japón reveló que los aguacates eran la fruta más eficaz para proteger el hígado contra el daño causado por la galactosamina, una potente toxina utilizada en investigaciones científicas para simular la hepatitis aguda o la insuficiencia hepática.
La granada ayuda a reducir el daño hepático
Una investigación publicada en la revista Oxidative Medicine and Cellular Longevity descubrió que la punicalagina presente en las granadas ayuda a reducir el daño hepático causado por el estrés oxidativo y tiene el potencial de proteger el hígado de la fibrosis.
Además, el jugo de granada también tiene el efecto de reducir las enzimas hepáticas elevadas y mejorar la inflamación en enfermedades como el hígado graso. Según Verywell Health , algunas investigaciones muestran que la granada ayuda a mejorar los índices de enzimas hepáticas en pacientes con síndrome metabólico.
Fuente: https://thanhnien.vn/giam-men-gan-mat-gan-nhung-loai-trai-cay-dung-bo-qua-185250627135240825.htm






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