Cuando el entorno cambia repentinamente, como demasiado calor o demasiado frío, se consume la energía del cuerpo y se reduce su adaptación al entorno vital. Cuando la temperatura ambiental es demasiado alta, el cuerpo debe adaptarse sudando abundantemente para liberar calor, lo que provoca pérdida de agua y minerales, causando fatiga, debilidad, pérdida de apetito y pérdida de peso.
Las naranjas sanguinas son una fruta cítrica de pulpa de color rojo intenso y con muchos beneficios.
Además, las lluvias y los vientos repentinos provocan un aumento rápido de la humedad, creando un clima cálido y húmedo, condiciones favorables para que los microorganismos causantes de enfermedades se desarrollen y propaguen más rápidamente.
Por otro lado, cuando el clima cambia, microorganismos como bacterias, virus, mohos y parásitos se multiplican fácilmente y causan enfermedades en los humanos, especialmente en aquellos con sistemas inmunes y resistencias débiles como niños, mujeres embarazadas, ancianos y personas con enfermedades subyacentes.
Para mantener una buena salud y prevenir enfermedades durante el cambio de estaciones, puedes aplicar los siguientes métodos:
Evite el sol y el calor.
Primero, busque formas de reducir el impacto del calor del ambiente como: Si sale al exterior, busque sombra de árboles, mantenga su casa bien ventilada, baje la temperatura usando un ventilador de agua, una boquilla nebulizadora, habitaciones con aire acondicionado, rocíe agua en el patio y el techo.
Por otro lado, por la noche también es necesario mantener calientes a los niños, ancianos y enfermos, prestando atención al abdomen, pecho, cuello y extremidades.
Mejorar los nutrientes
Además de reducir la temperatura ambiental, es necesario llevar una dieta adecuada. Es importante complementarla con sustancias como proteínas, zinc, hierro, calcio, magnesio, etc.
Alimentos ricos en vitamina A
Agregar vitaminas como la vitamina A, la vitamina C y las vitaminas B jugará un papel importante en el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Prestar atención a la higiene
Además de limpiar el entorno circundante, también se debe prestar atención a la higiene personal de los niños, los ancianos y los enfermos, como: cortar las uñas de las manos y de los pies, lavarse las manos regularmente con jabón antibacteriano, utilizar solución salina para limpiar la nariz y la garganta de los niños todos los días.
Duerme lo suficiente
No solo hay que cuidar la alimentación, sino también el sueño, ya que el sueño es fundamental para la salud. Los padres deben asegurarse de que sus hijos duerman lo suficiente, de 9 a 12 horas al día, según su edad. Los adultos necesitan dormir de 7 a 8 horas, y el dormitorio debe estar limpio y ventilado.
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