(NLDO) - Dos nuevos satélites llamados Sextans II y Virgo III han aparecido repentinamente en la región oscura junto a la galaxia de la Vía Láctea que contiene la Tierra.
Según Space.com, con su repentina aparición en los datos astronómicos, Sextans II y Virgo III se han unido al grupo de unas 60 galaxias enanas conocidas que se agrupan alrededor de la "monstruosa" Vía Láctea, la gigantesca galaxia espiral donde reside la Tierra.
El equipo de investigación dirigido por el profesor Masahi Chiba de la Universidad de Tohoku (Japón) afirmó que estos dos objetos fantasmales prometen ayudarnos a comprender mejor una misteriosa "fuerza" del universo: la materia oscura.
Imagen ampliada que muestra la ubicación de la galaxia Virgo III, situada en la constelación de Virgo, vista desde la Tierra - Foto: NAOJ/UNIVERSIDAD DE TOHOKU
Creyendo que muchos de los satélites de la Vía Láctea permanecen sin descubrir debido a su distancia y luminosidad, el profesor Chiba y sus colegas llevaron a cabo una nueva búsqueda utilizando el telescopio Subaru ubicado cerca de la cima del Maunakea en Hawái y encontraron las dos galaxias mencionadas anteriormente.
La existencia de dos galaxias enanas recientemente identificadas está fuertemente ligada al comportamiento de la materia oscura.
La materia oscura es un problema cósmico persistente porque no interactúa con la luz como la materia ordinaria que compone las estrellas, los planetas, las lunas y a nosotros mismos.
Sin embargo, la materia oscura constituye el 85% del universo e interactúa con la gravedad, afectando potencialmente el movimiento y la dinámica de la luz, así como de la materia cotidiana.
Esto permitió a los científicos inferir la presencia de materia oscura y, finalmente, determinar que las grandes galaxias están rodeadas por grandes halos de esta misteriosa sustancia, que desempeñan un papel importante en la evolución de las galaxias.
En el universo primitivo, formaron pozos gravitacionales donde el gas y el polvo dieron origen a las estrellas dentro de las galaxias. Con el tiempo, estos halos también colapsaron, formando grandes galaxias como la Vía Láctea.
El modelo también muestra que, si existe la materia oscura, no formaría una única galaxia grande, sino que también formaría cientos de satélites a su alrededor.
Por ejemplo, la galaxia gigante de Andrómeda, que es incluso un poco más grande que la Vía Láctea, debe tener hasta 500 satélites, mientras que la Vía Láctea tiene al menos 220.
Pero solo hemos visto un poco más de 60 satélites de la Vía Láctea y 39 de los de Andrómeda.
Por lo tanto, descubrir las galaxias satélite más oscuras de la Vía Láctea o de Andrómeda es también una forma indirecta de comprender cómo la materia oscura afecta la evolución de los objetos cósmicos.
En concreto, la investigación sobre Sextans II y Virgo III promete información interesante.
Los científicos también afirmaron que incluso Subaru, figura clave en el descubrimiento del satélite de la Vía Láctea, solo pudo observar una parte del cielo.
Así pues, aún quedan muchas piezas prometedoras por descubrir, a medida que la humanidad desarrolla telescopios más completos y al menos tan potentes como el de Subaru.
Fuente: https://nld.com.vn/lo-dien-2-ke-an-nap-bi-an-ben-thien-ha-chua-trai-dat-196240703102530363.htm






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