Prevención del cáncer
El ajo asado previene el cáncer porque, al cocinarse, libera una sustancia llamada sulfuro. Este sulfuro puede inhibir la formación de células cancerosas en el cuerpo humano y la propagación de las ya existentes. Además, el ajo asado promueve la producción de peróxido lipídico, una sustancia importante en la lucha contra el cáncer que solo se puede obtener consumiendo ajo asado.
Aumentar la inmunidad
El ajo asado es un alimento rico en nutrientes con numerosos beneficios. Contiene antioxidantes y sustancias como la alicina, que actúan conjuntamente para fortalecer el sistema inmunitario. La alicina, un potente compuesto de azufre, tiene propiedades antibacterianas y antivirales que pueden ayudar a tratar ciertas enfermedades. Además, los antioxidantes del ajo asado neutralizan los radicales libres dañinos, reducen el estrés oxidativo y fortalecen las defensas naturales del cuerpo. Incorporar ajo asado a la dieta puede fortalecer el sistema inmunitario y reducir el riesgo de contraer enfermedades comunes del invierno, como las respiratorias.
Rico en propiedades antiinflamatorias
Las sustancias químicas presentes en el ajo asado, especialmente la alicina y otros compuestos azufrados, poseen potentes propiedades antiinflamatorias. Uno de los mayores beneficios del ajo asado es que puede reducir los síntomas de la artritis, la enfermedad inflamatoria intestinal y el asma al combatir la inflamación desde su raíz.
Proteger la salud del corazón
Comer ajo asado también es bueno para el corazón. Según la revista Nutrients, el ajo promueve la salud cardíaca, y su consumo regular puede contribuir a un corazón más sano al ayudar a reducir la presión arterial y los niveles de colesterol. Se ha demostrado que compuestos como la alicina relajan los vasos sanguíneos, mejoran el flujo sanguíneo y reducen el riesgo de coágulos.
Uno de los beneficios más importantes es que el ajo asado puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL (malo), reduciendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares como la aterosclerosis, los infartos y los accidentes cerebrovasculares. También puede ayudar a bajar la presión arterial.
Mejorar la digestión
Promover una mejor digestión, aliviar los síntomas de indigestión e hinchazón son algunos de los mayores beneficios del ajo asado, como lo encontró un estudio publicado en la revista Food Science Biotechnology .
Los compuestos presentes en este ingrediente estimulan la producción de enzimas digestivas, lo que mejora la digestión de los alimentos y la absorción de nutrientes. Además, posee propiedades laxantes suaves que ayudan a regular el tránsito intestinal y a prevenir el estreñimiento.
Rico en antioxidantes
El ajo contiene poderosos antioxidantes que ayudan a proteger el cuerpo del estrés oxidativo, lo que convierte al ajo asado en uno de sus beneficios para reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Un estudio publicado en la revista Food Science Biotechnology reveló que el ajo asado contiene antioxidantes, como las vitaminas C y E, que ayudan a neutralizar los radicales libres dañinos (que dañan las células y provocan el envejecimiento). El ajo asado ayuda a reducir este estrés oxidativo y el riesgo de enfermedades crónicas como cardiopatías, cáncer y trastornos neurológicos.
Cómo hacer ajo asado
Método 1: Agrega una cucharada de aceite de oliva a la sartén y ponla a fuego lento. A continuación, añade 6 dientes de ajo. Cuando el otro lado esté dorado, dale la vuelta al diente de ajo. Cuando ambos lados estén dorados, ya puedes comerlo.
Método 2: Enciende el horno a 205 grados Celsius. Retira la piel gruesa y seca del ajo. Con un cuchillo, corta la punta del ajo a unos 1,5-2 cm.
Añade una capa de aceite de oliva al ajo. Envuelve el ajo en papel aluminio y hornéalo durante 30-35 minutos, hasta que esté tierno. Apaga el horno, deja que el ajo se enfríe, haz un corte con un cuchillo y sácalo.
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Fuente: https://kinhtedothi.vn/loi-ich-than-ky-cua-toi-nuong-trong-mua-dong.html
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