Cuando el clima se vuelve frío, la circulación sanguínea periférica suele disminuir, obligando a los órganos internos a trabajar más para mantener la temperatura corporal. Según los expertos en nutrición, este es también el período en el que el hígado y los riñones se encuentran bajo mayor presión en el proceso de metabolismo y eliminación de toxinas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que una dieta rica en fibra, grasas saludables y antioxidantes juega un papel crucial en el mantenimiento de la función hepática, renal e inmunológica, especialmente en adultos mayores y aquellos con enfermedades crónicas subyacentes.
En este contexto, algunos alimentos familiares y fácilmente disponibles muestran beneficios notables cuando se incorporan adecuadamente durante la temporada de frío.
Sésamo negro

Las semillas de sésamo negro tienen un efecto laxante suave, que ayuda a prevenir el estreñimiento, una condición común en climas fríos debido a la reducción de la ingesta de agua y la disminución de la actividad física (Foto: Getty).
Las semillas de sésamo negro son un alimento que se ha utilizado durante siglos en la cocina del este asiático. Según datos nutricionales del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), son ricas en ácidos grasos insaturados, vitamina E, calcio y antioxidantes.
Numerosos estudios han demostrado que la vitamina E y las grasas insaturadas ayudan a proteger las células del hígado del estrés oxidativo, al mismo tiempo que favorecen la función vascular, ósea y articular.
Para el sistema digestivo, las semillas de sésamo negro tienen un suave efecto laxante, ayudando a prevenir el estreñimiento, una condición común en climas fríos debido a la reducción de la ingesta de agua y la actividad física.
Los expertos recomiendan tostar y moler las semillas de sésamo negro para aumentar su absorción. Se pueden añadir a las gachas de avena, el yogur o los cereales para el desayuno. Sin embargo, dado su alto contenido calórico, los adultos solo deben consumirlas con moderación.
castaña

Varios estudios nutricionales sugieren que las vitaminas del complejo B presentes en las castañas participan en el metabolismo energético, ayudando a reducir la fatiga prolongada (Foto: Getty).
Las castañas son un alimento esencial para la temporada de frío, ricas en almidón, vitaminas del complejo B y fibra. Según la Asociación Americana del Corazón (AHA), las fuentes naturales de almidón combinadas con fibra proporcionan un aporte constante de energía y son beneficiosas para la salud cardiovascular.
Para las personas mayores, las castañas al vapor o guisadas no sólo son fáciles de masticar y digerir, sino que también ayudan a mantener mejor la temperatura corporal durante la temporada de frío.
Varios estudios nutricionales sugieren que las vitaminas del grupo B presentes en las castañas participan en el metabolismo energético, ayudando a reducir la fatiga prolongada.
Sin embargo, los nutricionistas señalan que las personas con diabetes o trastornos metabólicos deben controlar el consumo de castañas para evitar ingerir demasiado almidón en una sola comida.
Batata

Platos como el taro al vapor, la sopa de taro o el taro guisado con huesos son adecuados para las personas mayores (Foto: Getty).
El ñame es un alimento común en las comidas familiares vietnamitas. Este tubérculo contiene mucha mucina, una sustancia mucilaginosa natural que protege la mucosa gástrica y facilita la digestión.
Según estudios publicados en el Asian Journal of Nutrition, la mucina ayuda a reducir la irritación de las mucosas, lo que beneficia a las personas con estómagos sensibles o propensas a la hinchazón durante los cambios de clima. Además, el ñame aporta carbohidratos de absorción lenta, lo que ayuda a mantener niveles estables de energía y a prevenir la hipoglucemia.
Platos como el taro al vapor, la sopa de taro o el taro guisado con espinas son adecuados para personas mayores. Sin embargo, el taro debe cocinarse bien antes de consumirlo para evitar irritaciones, y las personas con enfermedad renal crónica deben consultar a su médico antes de consumirlo regularmente.
Comer adecuadamente para obtener resultados duraderos.
Los expertos enfatizan que, si bien los alimentos son beneficiosos para el hígado y los riñones, su consumo debe basarse en el principio del equilibrio y la idoneidad para la condición física de cada persona. Ningún alimento debe considerarse una cura milagrosa ni debe abusarse de él durante períodos prolongados.
Además de la dieta, la OMS también recomienda mantener ejercicio suave, beber abundante agua tibia y dormir lo suficiente para favorecer el funcionamiento del hígado, los riñones y el sistema inmunitario durante la temporada de frío.
Las personas con enfermedades hepáticas o renales, o trastornos metabólicos, deben consultar con un médico o nutricionista sobre los ajustes en su dieta. Una dieta equilibrada, basada en evidencia científica , y unos hábitos de vida saludables son fundamentales para proteger la salud a largo plazo durante el frío.
Fuente: https://dantri.com.vn/suc-khoe/mua-lanh-3-mon-an-giup-duong-gan-bo-than-20251217072619985.htm






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