Los vietnamitas celebran el Tet en el extranjero

Tet, que proviene de la palabra Tiet, como el clima, la estación… En el ciclo del cielo y la tierra, cuando llega la primavera, refresca, los árboles brotan y todo se llena de vida. Quizás por eso, durante miles de años, los vietnamitas han “comido Tet, jugado Tet” y recibido el Tet con el espíritu de “No importa dónde trabajes, recuerda el Tet e invítate a volver a casa”.

El Tet es también la mayor migración del año. El destino es regresar a la ciudad natal, a casa, antes de Nochevieja. Así que todo se mueve a toda velocidad, y el tráfico se congestiona durante los días previos y posteriores al Tet. Antiguamente, el Tet era una oración para "tener hambre todo el año y saciarse durante tres días". Hoy en día, nadie pasa hambre, sobre todo con el ritmo de vida moderno; basta con llamar y recibir deliciosos platos a domicilio. El problema reside en la conciencia de cada persona, en la espiritualidad, en la reunión con familiares y amigos y en quemar incienso para recordar a los antepasados... ¡Esa es la santidad del Tet!

Para los vietnamitas que viven lejos de su patria, el carácter sagrado del Tet se multiplica. Hasta la fecha, más de 5 millones de vietnamitas viven en el extranjero. Ya sea que su propósito sea emprender un negocio o estudiar en el extranjero, todos comparten la misma nostalgia por su tierra natal, especialmente durante la tradicional festividad del Tet. El Tet también es una ocasión de encuentro, una ocasión en la que la identidad nacional se expresa con mayor claridad.

Tuve la oportunidad de celebrar el Tet en uno de los lugares donde muchos vietnamitas se asentaron en Estados Unidos: la ciudad de Dorchester, ubicada a las afueras de Boston, a orillas de la hermosa bahía de Massachusetts. Aquí, casi todas las casas tienen un altar ancestral, y el incienso no se olvida durante los tres días del Tet. La bandeja de ofrendas de Nochevieja debe incluir banh chung o banh tet, gio cha, pollo hervido y rollitos de primavera fritos, como en su tierra natal.

Una de las costumbres del pueblo vietnamita es reunirse con la mentalidad de "ayudarse mutuamente en momentos de necesidad". Por ejemplo, en Estados Unidos, existen comunidades vietnamitas concentradas en los estados de California, Texas, Washington y Florida; en Australia, en Sídney, como en Bankstown, Cabramatta y Marrickville. En estos lugares, las tiendas, restaurantes y mercados son convenientes para que la comunidad vietnamita se ayude mutuamente en sus negocios, y pueden hablar vietnamita con fluidez, especialmente para las personas mayores que no dominan idiomas extranjeros.

La riqueza del vietnamita en cuanto a tono y semántica es también una herencia que los vietnamitas llevan consigo a todas las regiones, como dijo un culturalista: «Mientras exista el idioma vietnamita, existirá la nación vietnamita». Los vietnamitas que viven lejos de casa han intentado enseñar a las generaciones que han crecido en el extranjero a conocer la lengua de sus antepasados, lo cual también constituye una forma de preservar la identidad nacional.