Según Ryan Steinberg, urólogo y profesor de la Universidad de Iowa (EE. UU.), contrariamente a la creencia popular, no todos los cálculos grandes causan dolor. Cualquier cálculo, por pequeño que sea, si obstruye la vía urinaria desde el riñón puede causar dolor intenso.
"Los cálculos renales no son solo incómodos. Sus síntomas pueden llevar a visitas a urgencias, hospitalizaciones y cirugías", afirmó Gregory Tasian, especialista en cálculos renales en Estados Unidos.
Los cálculos renales también aumentan el riesgo de enfermedad renal crónica, fracturas óseas, presión arterial alta y enfermedades cardiovasculares, según USA Today (EE. UU.).
Los cálculos renales aumentan el riesgo de enfermedad renal crónica, fracturas óseas y presión arterial alta.
Foto: AI
Según la Fundación Nacional del Riñón, aproximadamente el 11% de los hombres y el 9% de las mujeres han tenido cálculos renales.
¿Qué son los cálculos renales?
Los cálculos renales son depósitos duros que se forman en los riñones a partir de sustancias químicas presentes en la orina. Estos cálculos se forman cuando el exceso de sales y minerales que no se disuelven en la orina se unen formando pequeños cristales que gradualmente se acumulan y forman cálculos.
Actualmente existen cuatro tipos principales de cálculos renales: cálculos de oxalato de calcio (el más común), cálculos de ácido úrico, cálculos de estruvita y cálculos de cistina. El tipo de cálculo que se desarrolla depende del desequilibrio químico del organismo y de cualquier afección médica subyacente.
El tamaño de los cálculos también varía mucho, con un promedio de 5-6 mm, pero algunos cálculos son tan grandes que ocupan todo el riñón.
Causas de los cálculos renales
Los cálculos renales se forman a partir de cristales muy pequeños que se adhieren a la pared renal. Pueden permanecer inactivos durante mucho tiempo sin causar síntomas.
Con el tiempo, estos cristales se acumulan y crecen, desplazándose por el uréter y bloqueando el flujo de orina, causando dolor, náuseas o sensación de ardor al orinar.
La causa principal de este fenómeno suele ser que la concentración de sustancias como calcio u oxalato en la orina es demasiado alta, lo que provoca que los cristales se adhieran fácilmente y formen cálculos.
Una afección en la que la orina contiene altos niveles de calcio se denomina hipercalciuria. Esto puede deberse al consumo excesivo de sal, al consumo excesivo de proteína animal, a una mayor absorción de calcio de lo normal por parte del cuerpo o a una disfunción renal.
Por otro lado, la hiperoxaluria puede deberse a trastornos genéticos o al consumo excesivo de alimentos ricos en oxalato, como espinacas, chocolate y frutos secos. La deshidratación y la obesidad también aumentan el riesgo de acumulación de oxalato en el organismo.
Además, ciertas afecciones médicas como la fibrosis quística, la enfermedad inflamatoria intestinal, las infecciones recurrentes del tracto urinario o el uso de medicamentos como antiácidos o anticonvulsivos también contribuyen a un mayor riesgo de formación de cálculos renales.
Beber agua es una forma sencilla y eficaz de diluir los minerales en la orina, reduciendo así el riesgo de formación de cristales y cálculos renales.
Foto: AI
Prevención y tratamiento
Según los consejos de los mejores expertos, es necesario mantener un peso saludable, limitar la sal y los alimentos procesados y asegurarse de beber suficiente agua todos los días.
Beber agua es una forma sencilla y eficaz de diluir los minerales en la orina, reduciendo así el riesgo de formación de cristales y cálculos renales.
Incluso cuando se han formado cálculos renales, la mayoría de los cálculos pequeños pueden eliminarse por sí solos o con medicación.
En caso de que el cálculo sea demasiado grande, no pueda eliminarse por sí solo o cause un dolor intenso, será necesaria una intervención médica.
Fuente: https://thanhnien.vn/nguyen-nhan-gay-ra-soi-than-va-cach-dieu-tri-185250626014915175.htm
Kommentar (0)