Mi padre solía decir: "Cuando hagas trabajos pesados al aire libre, come arroz por la mañana para llenar el estómago", así que todas las mañanas mi madre cocinaba arroz y estofaba pescado.
Ese año, hubo una gran inundación, las cosechas se arruinaron y a todos en la familia les faltó arroz. Sin embargo, mi familia aún conservaba la costumbre de desayunar arroz, a veces gachas mezcladas con papas y maíz.
Mi padre nos decía a mis hermanos y a mí: «Intenten comer bien para tener fuerzas para estudiar. No se preocupen por sus padres. Cuando uno es viejo, come menos que antes». Sé que mi padre lo decía para tranquilizarnos, pero en realidad, intentaba contenerse para que sus hijos comieran bien.
Mis hermanos y yo comprendíamos las dificultades de nuestros padres, así que aprovechábamos cada tarde para ir al huerto de nuestros abuelos a desherbar el terreno baldío y sembrar maíz y papas para desayunar. Al final, Dios no nos decepcionó, y cada hilera de maíz y papas creció verde y sana.
Todavía recuerdo esa mañana. Ba, con solo 10 años, se levantó temprano para encender una fogata y hervir el maíz que ella y yo acabábamos de recoger esa tarde. Cuando mis padres despertaron, la olla de maíz aún humeaba.
Baby Ba dijo alegremente: «Hoy les daré a toda la familia maíz hervido para desayunar». Tras decir eso, Baby Ba se esforzó por llevar la canasta de maíz desde la cocina y la colocó sobre la mesa mientras sus padres observaban asombrados.
Mi madre abrazó a Ba y lo besó, mientras mi padre comía y lo elogiaba: «Ba es tan joven, pero sabe hervir maíz tan bien». Lo más feliz fue ver a Ut comer hasta saciarse.
Pasaron los años, crecimos y nos fuimos a la ciudad a estudiar. Trabajábamos hasta tarde todos los días, así que en cuanto nos despertábamos, corríamos directos a la tienda al final del callejón a desayunar para poder estudiar a tiempo.
Recuerdo el primer día que me senté a comer un sándwich; extrañaba muchísimo el desayuno con mi familia. Un día, miré a la mesa de al lado y vi a un niño sentado comiendo maíz hervido con mucho gusto, lo que me hizo recordar la canasta humeante de maíz que había cocinado el pequeño Ba.
Aunque sé que mi infancia nunca podrá volver a tener todo el sabor de los viejos tiempos, mis recuerdos siempre contienen desayunos calientes con mis padres como aquel.
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Fuente: https://tuoitre.vn/nho-mai-mui-vi-bua-an-sang-gia-dinh-cua-nhung-ngay-xua-cu-20240728101409075.htm
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