Los profesores no deben ser tacaños al elogiar a sus alumnos.
Para ganarse el respeto, el cariño y la admiración de los alumnos, los profesores deben ser responsables, dedicados, amar su profesión y preocuparse por sus estudiantes. Esto se demuestra, ante todo, en cada página de sus planes de clase, elaborados con esmero, meticulosidad y entusiasmo.
Recuerda que, en la era industrial 4.0 de la inteligencia artificial, los docentes ya no son los únicos actores en el desarrollo de los estudiantes. Por lo tanto, para enseñar bien, deben esforzarse mucho en la preparación de las clases, combinando la tradición con la aplicación de la tecnología para mantenerse como docentes de excelencia, sin ser reemplazados por robots ni aplicaciones de inteligencia artificial. Al percibir la dedicación y el amor de los docentes por su profesión, los estudiantes confiarán en ellos, disfrutarán aprendiendo y colaborarán diligentemente, fortaleciendo así el vínculo entre profesores y compañeros.
Al evaluar a los estudiantes, los docentes deben considerar que cada pregunta y cada examen sean justos y honestos, que reflejen el esfuerzo de cada estudiante y que sean adecuados a su capacidad. Aunque impartan clases a muchos alumnos, los docentes no deben olvidar a ninguno. Los estudiantes siempre recuerdan, a veces para siempre, cada calificación y comentario de sus profesores. Por lo tanto, los docentes no deben escatimar elogios para los estudiantes; al contrario, deben ser cuidadosos con cada palabra al criticar.
Estos son los primeros "ingredientes" que fomentan un comportamiento civilizado en las escuelas.
Al ver la dedicación y el amor de los profesores por su profesión, los alumnos confiarán en ellos, amarán aprender y cooperarán diligentemente, por lo que la conexión con profesores y amigos será más fuerte.
ILUSTRACIÓN: DAO NGOC THACH
Los directores no deberían perseguir los logros.
Los directores deben ser quienes inspiren y apoyen a los profesores para que se comporten adecuadamente con los alumnos, los padres y los compañeros.
El director es el principal responsable de fomentar un comportamiento cívico en las escuelas. Para ello, debe leer, estudiar, estar cerca del aula, considerar la escuela como un segundo hogar, a sus colegas como amigos y a los estudiantes como hijos. El director no debe ver a los docentes, padres y alumnos como meros recursos para obtener comisiones.
En lo que respecta a la competencia, los directores no deben perseguir los logros, ya que esto empeorará la relación entre docentes y estudiantes, y entre padres y maestros, como ocurrió en el pasado. Los directores deben basarse en el principio de "aprendizaje real, exámenes reales, resultados reales". El aprendizaje real y los exámenes reales representan un reto, pero una vez que se convierten en hábito, aportan alegría a la escuela. Esta es la base de un comportamiento civilizado en las escuelas.
Es necesario realizar ajustes en los niveles de gestión educativa .
Sin desmerecer los esfuerzos del sector educativo en los últimos años, al analizar el programa de educación general, parece que cuanto más se innova, más aumenta la carga de trabajo; los docentes no han recibido la formación necesaria para adaptarse al nuevo programa; el material didáctico está disponible en algunos lugares y en otros no...
Profesores y alumnos siguen inmersos en la enseñanza y el aprendizaje. El estrés y la presión que sufren tanto profesores como alumnos debido al estudio, los exámenes y las calificaciones pueden provocar inestabilidad psicológica y el riesgo potencial de rebeldía en cualquier momento.
Por lo tanto, para que profesores y alumnos sean felices cada día en la escuela, los responsables de la educación deben realizar ajustes fundamentales.
Las escuelas deben reforzar la educación en materia de cortesía y normas de comportamiento entre los alumnos, entre alumnos y profesores, entre alumnos y la comunidad y la familia.
ILUSTRACIÓN: DAO NGOC THACH
Por ejemplo, diseñar el programa de enseñanza en dos niveles, un mínimo y un máximo, para reservar tiempo para que los estudiantes practiquen habilidades para la vida, hagan deporte , realicen actividades de voluntariado, etc. Reforzar la educación en cortesía y comportamiento adecuado entre estudiantes, entre estudiantes y profesores, y entre estudiantes y la comunidad y la familia.
Es necesario reorganizar las escuelas generales, aumentar la proporción de escuelas privadas para desarrollar centros de formación dual en lugar de los actuales centros de formación profesional y continua. La integración de los estudiantes tras la secundaria es fundamental para un aprendizaje efectivo y la preparación para exámenes rigurosos. Se debe reestructurar la enseñanza especializada, priorizando la calidad sobre la cantidad. Esto permitirá restablecer la disciplina escolar, pilar fundamental para fomentar un comportamiento cívico en las escuelas.
Eliminar los cobros excesivos en las escuelas; la enseñanza y el aprendizaje extra descontrolados; implementar la transparencia en la gestión educativa; cuidar la vida de los docentes... Solo cuando se mejoren estos aspectos podremos satisfacer las condiciones necesarias y suficientes para el proceso de cultivar un comportamiento cívico en las escuelas.
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