Los llamativos espectáculos pirotécnicos que admiramos durante las fiestas tienen una estructura bastante simple, compuesta por explosivos, propulsores y algunos otros aditivos. Al dispararse al cielo, crean escenas espectaculares y magníficas con colores llamativos y formas interesantes y vívidas. Según los historiadores, los fuegos artificiales se inventaron hace más de 2000 años, alrededor del siglo II a. C., en la antigua China.
En aquel entonces, los petardos eran simplemente tubos de bambú que explotaban de forma natural al ser arrojados al fuego gracias a las burbujas de aire que contenían. Aunque no eran realmente fuegos artificiales, fueron la fuente original de lo que conocemos hoy.
Hacia los años 600-900 d.C., existía una historia oral sobre un alquimista chino que mezcló nitrato de potasio, azufre y carbón para crear una mezcla de pólvora negra contenida en palos de bambú que, al exponerse al fuego, explotaban en fuegos artificiales considerados los primeros en la historia de la humanidad.
En aquella época, los chinos utilizaban los fuegos artificiales en rituales de exorcismo, festividades religiosas o Año Nuevo, pues creían que tenían la capacidad de ahuyentar a los malos espíritus y traer buena suerte a las familias. Más tarde, alrededor del siglo XIII, se introdujeron en Occidente gracias al comercio y la exploración desde Europa hasta China. Posteriormente, se popularizaron en todo el continente en el siglo XVI. En particular, Inglaterra fue el país que llevó los fuegos artificiales a todas sus colonias, contribuyendo a su difusión en diversos continentes. Pero si admiramos los fuegos artificiales de aquella época, nos daremos cuenta de que no eran nada brillantes, ya que no fue hasta alrededor de 1830 que los inventores italianos encontraron la manera de crear fuegos artificiales coloridos y hermosos como los actuales.
En Singapur, la despedida del año viejo no es menos espectacular cuando se celebra en Marina Bay. Los fuegos artificiales se lanzan desde diferentes puntos de la bahía, creando una escena sobrecogedora para los espectadores. Sin embargo, no hay mejor lugar para ver los fuegos artificiales que con la familia y los seres queridos cerca. Incluso si viaja por todo el mundo, reunirse con la familia, ver brillantes espectáculos de fuegos artificiales y vivir el momento sagrado del año nuevo con sus seres queridos es la escena más hermosa e inolvidable.
Muchos países eligen los fuegos artificiales para dar la bienvenida al Año Nuevo, no solo por su espléndida belleza, sino también por los importantes valores espirituales que encierran en el sagrado momento de Nochevieja. Los resonantes fuegos artificiales son el anuncio más claro y contundente del fin del año, y su atmósfera positiva y colorida llevará nuestros deseos, esperanzas, alegrías y entusiasmo hacia un nuevo año de paz y felicidad.
Revista Heritage
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