
Ensalada de arenque, el nombre suena muy sencillo, pero deja huella en quienes la han probado. Porque al degustarla, uno se siente inmerso en un mundo de sonidos y colores, en la delicada mezcla de hierbas y especias cultivadas en casa por muchas generaciones de habitantes de Phu Quoc.

La ensalada de arenque ahora se puede encontrar en muchos restaurantes de lujo, pero si la pruebas una vez en Phu Quoc, los gourmets notarán la diferencia justo en el mar donde nació.

Primero está la salsa para mojar. Sigue siendo agria, picante y dulce, pero la auténtica salsa para mojar la ensalada de anchoas de Phu Quoc siempre tiene su propio sabor único.

Según los ancianos de la zona, el sabor ácido de la salsa no proviene del limón, el tamarindo ni la carambola, sino de otra especialidad de la Isla de las Perlas: los camarones encurtidos. Tras machacarlos y colarlos, se les añade ajo picado, chile, azúcar y cacahuetes tostados triturados hasta obtener una salsa suave y espesa que se adhiera bien a los rollitos de primavera, creando un sabor intenso.

El arenque recién pescado, tras limpiarlo, se filetea por ambos lados y se marina en zumo de limón hasta que esté poco hecho. Luego se retira y se deja escurrir antes de servirlo. El zumo de limón para preparar el arenque poco hecho es un proceso laborioso. El limón debe pelarse, quitarse las semillas, separarse en gajos y machacarse. De esta forma, no tiene el sabor amargo de la cáscara, sino el toque ácido perfecto. El agua utilizada para ablandar el papel de arroz de los rollitos de primavera también es especial. Se trata del jugo de coco rallado, lo que le da al papel de arroz una textura masticable y un peculiar sabor graso.

Como dice el refrán: “el pescado hace las hojas de las verduras”. La ensalada de arenque al estilo Phu Quoc debe ir acompañada de las verduras adecuadas. Pepino cortado a lo largo, piña cortada horizontalmente para que se adhiera parte de la pulpa crujiente, hierbas, cebollino, brotes de galanga silvestre… y, sobre todo, coco rallado fino. Se coloca un poco de cada ingrediente sobre una hoja de papel de arroz, se añade el arenque cocido y se enrolla hasta que quepa en la boca. Se moja el rollo de primavera en la salsa espesa… ¡Qué maravilla! Un mundo entero de sonidos, sabores y colores parece converger aquí. El crujido de las verduras crudas se mezcla con el sabor untuoso del coco, la carne de pescado suave y aromática, y el sabor del cacahuete crean una sinfonía de sabores ácidos, picantes, dulces, grasos y a nuez que te extasía.
Revista Heritage






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