El ejército de Myanmar ha estado luchando contra una coalición de milicias étnicas desde finales de octubre del año pasado. La violencia se ha intensificado en la frontera norte con China en las últimas semanas.
Un grupo rebelde en Myanmar. Foto: GI
La ofensiva conjunta de los grupos insurgentes ha planteado un gran desafío al gobierno militar de Myanmar y ha suscitado preocupaciones en China sobre la posible perturbación del comercio fronterizo y los flujos de refugiados.
Un líder anónimo de un grupo rebelde dentro de la alianza dijo el viernes que la “Alianza de los Tres Hermanos” y el ejército habían acordado “un alto el fuego sin más avances”.
Por parte de la coalición, el acuerdo consiste en abstenerse de atacar campamentos o localidades enemigas. En el ámbito militar, el acuerdo consiste en no participar en ataques aéreos, bombardeos ni el uso de armas pesadas, afirmó.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo el viernes que se celebraron conversacionesde paz en la ciudad china de Kunming el 10 y 11 de enero, donde "las dos partes acordaron un alto el fuego inmediato y poner fin a los combates".
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning, afirmó que ambas partes también se comprometieron a no causar daños a la población civil en la frontera con China. «China espera que todas las partes pertinentes en Myanmar implementen con rigor el acuerdo de alto el fuego alcanzado y ejerzan la máxima moderación», declaró.
China también declaró el mes pasado que las partes habían acordado un alto el fuego temporal y la continuación del diálogo. Sin embargo, los combates continuaron en el norte del estado de Shan y otras zonas fronterizas con China la semana pasada.
Más de 300.000 personas han sido desplazadas por la violencia reciente, según las Naciones Unidas, lo que eleva el número total de desplazados en Myanmar a más de 2 millones desde que el país cayó en la inestabilidad tras un golpe militar en 2021.
Bui Huy (según Reuters, ABC News, Guardian)
[anuncio_2]
Fuente
Kommentar (0)