Muchas opiniones dicen que la aplicación de un impuesto especial al consumo de bebidas azucaradas no aumenta los ingresos presupuestarios sino que tiene un impacto negativo general en la economía .
La aplicación del impuesto a los consumos especiales a las bebidas azucaradas es uno de los contenidos de interés del Proyecto de Ley del Impuesto a los Consumos Especiales (modificado) que se encuentra en consulta en el Ministerio de Finanzas y el 27 de noviembre la Asamblea Nacional también lo discutió en el Pleno con muchas opiniones encontradas.
Tras numerosos talleres para aportar comentarios sobre el Proyecto de Ley del Impuesto Especial al Consumo de alcohol, cerveza y refrescos, el proyecto de Ley del Impuesto Especial al Consumo (enmendado), presentado a la Asamblea Nacional , prácticamente no presenta cambios con respecto al borrador anterior. En particular, en el caso de los refrescos azucarados, según el proyecto, los refrescos, según las normas vietnamitas, con un contenido de azúcar superior a 5 g/100 ml, están sujetos a un tipo impositivo del 10 %, ya que se trata de un nuevo artículo añadido a la lista de bienes sujetos al impuesto especial al consumo.
De hecho, con el propósito de regular los ingresos y orientar la producción y el consumo, el impuesto especial al consumo es una herramienta importante para ayudar al Estado a regular la economía y generar una importante fuente de ingresos para el presupuesto estatal. Además, el propósito de impuesto especial al consumo También limitar el uso de productos desaconsejados como: Tabaco, alcohol, bebidas azucaradas, uso de gasolina, aceite, etc.
A partir de esa práctica, la Ministerio de Finanzas La propuesta de imponer un impuesto especial a las bebidas azucaradas para controlar la obesidad y las enfermedades infecciosas puede considerarse una propuesta razonable, pero no es fácil.
La imposición de un impuesto a este artículo sigue siendo de interés para diputados de la Asamblea Nacional, expertos y empresas. Muchas opiniones y recomendaciones apuntan a no incluirlo en el impuesto especial al consumo del 10%. Esto se debe a que no existe suficiente base científica que demuestre que la imposición de un impuesto especial al consumo a las bebidas azucaradas sea eficaz para controlar la tasa de sobrepeso y obesidad, lo que genera desigualdad entre sectores.
En este sentido, desde una perspectiva internacional, más de 100 países gravan las bebidas azucaradas para prevenir el sobrepeso y enfermedades relacionadas. Por ejemplo, México, uno de los países con mayor consumo de bebidas azucaradas del mundo y también con la mayor tasa de obesidad, ha impuesto un impuesto de 1 peso (casi 500 VND) a un litro de bebidas azucaradas desde 2014. Este impuesto ha provocado un aumento del precio de las bebidas azucaradas de aproximadamente un 11 % y una reducción del consumo del 37 %.
En el Reino Unido, desde abril de 2018, se aplica un impuesto de dos niveles a las bebidas azucaradas. Si una bebida contiene entre 5 y 8 gramos de azúcar por cada 100 ml, estará sujeta a un impuesto de 0,18 libras (casi 6.000 VND) por litro. Por otro lado, en Tailandia, este país ha impuesto un impuesto a las bebidas azucaradas desde septiembre de 2017. Si una bebida contiene más de 14 gramos de azúcar por cada 100 ml, estará sujeta a un impuesto de hasta 5 baths por litro (unos 3.500 VND por litro).
Sin embargo, en la práctica, no todos los países han tenido éxito en la imposición de impuestos especiales sobre las bebidas azucaradas. Además, en países como Tailandia, India, Noruega, Finlandia y México, la tasa de sobrepeso y obesidad sigue aumentando, a pesar de la disminución del consumo de bebidas azucaradas. Mientras tanto, en otros países como Japón, Singapur y China, esta política fiscal no se aplica y la tasa de sobrepeso y obesidad está bien controlada.
Incluso en Dinamarca, tras la aplicación de la política fiscal mencionada, se produjeron graves consecuencias, ya que, al aplicarse, los daneses acudieron a otros mercados para comprar refrescos a precios más bajos. Por otro lado, este impuesto provocó la pérdida de 5.000 empleos en Dinamarca. Por lo tanto, el gobierno danés abolió el impuesto sobre las bebidas azucaradas.
Entonces, la pregunta es: si se aplica una política fiscal a las bebidas azucaradas, ¿se enfrentará Vietnam a consecuencias similares? Mientras tanto, esta propuesta se considera un "shock" para la industria de bebidas, que ralentiza la recuperación y el crecimiento de la industria y sus industrias auxiliares.
Cabe mencionar que, legalmente, desde 2003 hasta la fecha, la Ley del Impuesto sobre los Consumos Especiales ha sido reformada en cinco ocasiones (en 2003, 2005, 2008, 2014 y 2016). Sin embargo, muchos abogados creen que cuanto más se reforma la Ley del Impuesto sobre los Consumos Especiales, más confusa se vuelve, lo que genera inestabilidad en el entorno legal, institucional y empresarial, impactando negativamente tanto a las empresas como a la economía.
Uno de los problemas que han planteado muchas opiniones, si se aplica esta política fiscal, es que genera injusticia al centrarse únicamente en las bebidas embotelladas listas para beber, mientras que las bebidas preparadas al momento apenas se mencionan. Por consiguiente, el objetivo de aumentar los impuestos es limitar el consumo de refrescos azucarados por parte de los consumidores, pero puede aumentar el consumo de bebidas de producción informal o productos artesanales.
Además, muchas empresas extranjeras han optado por bebidas bajas en azúcar, con menos de 5 g de azúcar, pero que aún conservan su dulzor, por lo que no estarán sujetas a impuestos. Por lo tanto, si el impuesto especial al consumo se aplica a las empresas nacionales, se creará una desigualdad invisible entre las empresas nacionales y las extranjeras. Incluso creará lagunas legales para la evasión y la elusión fiscal.
También según el informe que evalúa el impacto económico del impuesto especial al consumo de bebidas azucaradas realizado recientemente por el Instituto Central de Gestión Económica, si se aplica una tasa de impuesto especial al consumo del 10% a las bebidas azucaradas, los ingresos presupuestarios a partir del segundo año en adelante disminuirán en aproximadamente 4,978 mil millones de dongs cada año por impuestos indirectos, sin mencionar la disminución correspondiente de los impuestos directos.
Además, esta política fiscal no solo afectará directamente a la industria de bebidas, sino que también afectará a 25 industrias de la economía y provocará una disminución del PIB de casi el 0,5%, equivalente a 42.570 mil millones de VND.
Actualmente, el proyecto continúa siendo consultado por el Ministerio de Finanzas y será aprobado en la 9ª sesión en mayo de 2025. Sin embargo, se cree que el Comité de Redacción necesita evaluar cuidadosamente el impacto, las medidas de implementación, así como una hoja de ruta adecuada para la política de impuesto al consumo especial sobre bebidas azucaradas, asegurando la viabilidad y la equidad, al tiempo que apoya el desarrollo de las empresas nacionales.
Por lo tanto, la adición y aplicación de un impuesto especial al consumo de bebidas azucaradas debe ser cuidadosamente considerada, ponderada y evaluada integralmente, en conjunto con las experiencias internacionales, así como con las prioridades en la gestión de políticas para que éstas se acerquen a la realidad y a su implementación.
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