El principal argumento para creer en la posibilidad de un crecimiento del 10% reside en los logros alcanzados hasta 2025. En un informe reciente, el Ministerio de Finanzas afirmó que la economía ha cumplido prácticamente todos los objetivos principales del plan 15/15, entre los que se estima que el PIB alcance al menos un 8%, y que el PIB per cápita llegue a los 5.000 USD, lo que sitúa a Vietnam en el grupo de países de renta media-alta. La inflación se mantiene controlada en torno al 4%, una cifra positiva en comparación con muchas otras economías que se enfrentan a presiones inflacionistas.
Más allá de las cifras, la economía en 2025 también muestra una expansión del consumo interno, una sólida recuperación de las exportaciones, una aceleración de la inversión pública y la continua dirección de la inversión extranjera directa hacia sectores de alta tecnología. Este es el pilar que sienta las bases para un objetivo de crecimiento más ambicioso en 2026.
Sin embargo, es imposible ignorar la complejidad e imprevisibilidad del panorama económico mundial. El Banco Mundial pronosticó recientemente que el PIB de Vietnam crecerá solo un 6,1 % en 2026, el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) un 6 %, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) un 5,6 %. Estos pronósticos reflejan riesgos externos: la inestabilidad del comercio mundial, posibles sorpresas geopolíticas , presiones inflacionistas persistentes y un costo de capital que se mantiene elevado.
Incluso a nivel nacional, la economía sigue dependiendo en gran medida de la inversión extranjera directa, mientras que la competitividad de las empresas nacionales continúa siendo débil. La inversión pública, aunque se promueve, aún se enfrenta a una lenta ejecución y a una calidad desigual. La reforma institucional ha avanzado, pero no es lo suficientemente sólida como para liberar todo su potencial.
Por lo tanto, el objetivo de crecimiento del 10% en 2026 no solo requiere redoblar los esfuerzos, sino también soluciones que supongan un punto de inflexión.
Según las directrices del Primer Ministro, el plan para 2026 debe garantizar el logro de objetivos de crecimiento de dos dígitos mediante soluciones sincronizadas y específicas. En el borrador del Plan de Desarrollo Socioeconómico para 2026, el Ministerio de Hacienda propuso diez grupos principales de tareas, haciendo hincapié en la mejora institucional, el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, el desarrollo de la infraestructura, la ciencia y la tecnología, la formación de recursos humanos de alta calidad y la innovación.
Lo destacable es la expectativa depositada en localidades dinámicas como Hanoi, Ciudad Ho Chi Minh, Da Nang, Hai Phong, Dong Nai, Lam Dong... Si estas "locomotoras" logran un crecimiento de dos dígitos, impulsarán toda la economía, creando un efecto de resonancia positivo.
En un contexto de incertidumbre, el objetivo de crecimiento del 10% para 2026 puede resultar controvertido, incluso considerarse excesivo en comparación con las previsiones internacionales. Sin embargo, desde otra perspectiva, se trata de una cuestión de aspiración y visión. Un país que desea superar la trampa de los ingresos medios no puede permitirse dar pasos pequeños y cautelosos indefinidamente. Son las grandes aspiraciones las que nos impulsarán a actuar con mayor decisión, con mayor creatividad y a atrevernos a adoptar reformas más profundas.
Por lo tanto, la pregunta no es si alcanzaremos el 10% o no, sino qué haremos para lograrlo y llevar al país a una nueva era de riqueza y prosperidad nacional. El año 2026, en consecuencia, pondrá a prueba la fortaleza, la voluntad y la capacidad de innovación de toda la economía. Cuando se consoliden las bases con reformas reales, ¡el crecimiento de dos dígitos dejará de ser un sueño lejano!
Fuente: https://daibieunhandan.vn/tang-truong-10-nam-2026-khat-vong-va-hanh-dong-10388314.html






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