La función renal es fundamental para la salud, ya que ayuda a filtrar los desechos, regular la presión arterial, equilibrar los electrolitos y mantener la estabilidad interna del organismo. Cuando la función renal se ve reducida, el cuerpo no puede eliminar toxinas eficazmente, lo que causa numerosas complicaciones graves, como hipertensión arterial, edemas y anemia, según el sitio web de salud Healthline (EE. UU.).
El ejercicio mejora la circulación sanguínea hacia los riñones.
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El ejercicio mejora la salud renal a través de los siguientes mecanismos:
Mejorar la circulación sanguínea a los riñones.
Uno de los mayores beneficios del ejercicio es la mejora del flujo sanguíneo en todo el cuerpo, incluyendo el flujo sanguíneo a los riñones. Un mejor flujo sanguíneo también significa que los riñones reciben más oxígeno y nutrientes, lo que ayuda a las nefronas a funcionar con mayor eficiencia. Las nefronas son las estructuras básicas de los riñones y realizan las funciones de filtrar la sangre, producir orina y regular el equilibrio hídrico y electrolítico del cuerpo.
Un estudio publicado en la Revista Clínica de la Sociedad Americana de Nefrología reveló que los riñones de las personas que practicaban ejercicio regularmente a una intensidad moderada filtraban mejor la sangre que quienes llevaban una vida sedentaria. Otras investigaciones también sugieren que el ejercicio regular aumenta la tasa de filtración glomerular en personas con enfermedad renal crónica leve. Ejercicios como caminar a paso ligero, nadar y montar en bicicleta son especialmente beneficiosos para mejorar el flujo sanguíneo a los riñones.
Presión arterial baja
La hipertensión arterial es la causa más común de insuficiencia renal crónica. La presión arterial excesiva daña los pequeños vasos sanguíneos de los riñones, provocando con el tiempo que pierdan su capacidad de filtrar la sangre.
Se ha demostrado que el ejercicio regular es uno de los métodos no farmacológicos más eficaces para controlar la presión arterial. La Asociación Americana del Corazón afirma que tan solo 30 minutos de caminata rápida al día pueden ayudar a las personas con presión arterial alta a reducir su presión arterial sistólica entre 5 y 10 mmHg. En el caso de las personas con enfermedad renal crónica, controlar la presión arterial mediante el ejercicio puede ayudar a retrasar la progresión de la enfermedad y reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
Control del azúcar en la sangre
La diabetes es la segunda causa más común de enfermedad renal crónica, después de la hipertensión arterial. La hiperglucemia daña la microvasculatura de los glomérulos, reduciendo su capacidad para filtrar la sangre y provocando que la proteína albúmina se filtre a la orina.
El ejercicio ayuda a aumentar la sensibilidad a la insulina y a mejorar la capacidad del cuerpo para utilizar la glucosa, reduciendo así el riesgo de complicaciones renales. En particular, la combinación de entrenamiento de resistencia y fuerza se considera la mejor manera de ejercitarse para controlar la glucemia de forma más eficaz, según Healthline .
Fuente: https://thanhnien.vn/tap-the-duc-tot-cho-nguoi-co-nguy-co-hoac-dang-mac-benh-than-the-nao-185250616185244992.htm
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