El incidente de una maestra que fue encerrada por estudiantes y le arrojaron zapatillas a la cara hasta que se desmayó en Tuyen Quang parece carecer de una pieza importante, que es la voz de los estudiantes, la confesión (no el informe o la crítica) de las almas inmaduras.
Sin escucha ni empatía, profesores y alumnos se ven envueltos en una "guerra peligrosa", erosionando el ambiente civilizado de las escuelas. Acusaciones, culpas, represalias y castigos crearán un círculo vicioso que contamina el entorno educativo .
Domando el alma salvaje
En sus dos famosas obras , Las aventuras de Tom Sawyer y Las aventuras de Huck Finn , el escritor Mark Twain describe a dos niños, Tom y Huck, con todo tipo de travesuras y travesuras que harían dudar a cualquier educador. Si estos dos niños fueran clasificados como de buena conducta, sin duda serían los más débiles.
Sin embargo, bajo esa apariencia rebelde se escondían almas sensibles, llenas de amor y bondad. Quien reconoció esto fue la tía Polly de Tom. Con increíble paciencia, tolerancia y perdón, la tía Polly domó la juventud salvaje de los dos chicos.
Los profesores y los estudiantes necesitan tener empatía en el entorno escolar.
ILUSTRACIÓN: DAO NGOC THACH
Si pudiera volver atrás en el tiempo, escucharía a mis estudiantes.
Durante mis muchos años de docencia, me he topado con muchos estudiantes indisciplinados, incluso groseros (según mi propia evaluación en aquel momento). También les he aplicado todas las medidas de castigo, disciplina y degradación requeridas... según el reglamento.
Sin embargo, ahora que lo pienso, siempre me arrepiento de esas decisiones, preguntándome qué tendrían que afrontar tras ser disciplinados. Si pudiera volver a hacerlo, sin duda elegiría escuchar y perdonar a esos jóvenes.
Estas situaciones requieren respeto y cooperación de todas las partes. Padres y docentes deben demostrar tolerancia y generosidad, intervenir proactivamente en el conflicto y fomentar la cooperación activa del alumnado.
Dejemos que los niños se expresen, reconozcan sus errores y responsabilidades, y luego los educadores los corregirán y los ajustarán.
Los docentes deben crear condiciones para que los estudiantes puedan expresarse, reconocer sus errores y responsabilidades.
ILUSTRACIÓN: DAO NGOC THACH
De esa manera, no estallará ninguna lucha de poder y el aula no se convertirá en un campo de batalla de relaciones profesor-alumno devastadas, con ruinas en las almas de todos los bandos.
Dejemos que el amor sane esas heridas y construya un ambiente civilizado en las escuelas.
Porque, como dijo la difunta presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Sra. Vijaya Lakshmi Pandit (1900-1990): «El objetivo de la educación no es enseñar a ganarse la vida ni proporcionar herramientas para alcanzar la riqueza, sino que debe ser el camino que lleve al alma humana a alcanzar la Verdad y practicar la Bondad».
[anuncio_2]
Enlace de origen
Kommentar (0)