La leche de vaca aporta agua, lactosa, electrolitos, sodio, potasio y, sobre todo, proteínas de alta calidad como el suero de leche y la caseína. Numerosos ensayos clínicos han demostrado que beber leche después del ejercicio aumenta el proceso de reparación y el desarrollo de nuevas proteínas musculares, según el sitio web Eating Well (EE. UU.).

La leche fresca contiene proteínas de suero y caseína, que son muy importantes para la recuperación muscular de quienes van al gimnasio.
FOTO: AI
En un estudio de 12 semanas publicado en el American Journal of Clinical Nutrition , los científicos descubrieron que el grupo que bebió leche descremada después de un entrenamiento ganó más músculo y perdió más grasa que el grupo que bebió una bebida azucarada o proteína de soja.
Para recuperar la resistencia, los músculos necesitan reponer el glucógeno, una forma de glucosa almacenada en los músculos. La leche contiene suficiente lactosa para favorecer la regeneración del glucógeno. Esto ayuda a la recuperación muscular y reduce la fatiga.
La proteína presente en la leche fresca, especialmente el suero de leche y la caseína, es fundamental para la recuperación muscular en quienes asisten al gimnasio. El suero de leche es una proteína de rápida absorción, rica en leucina. Este aminoácido esencial contribuye a la activación de la síntesis de proteínas musculares. Al suplementarse con suero de leche después del ejercicio, la concentración de aminoácidos en sangre aumenta rápidamente, lo que ayuda al cuerpo a pasar rápidamente de un estado de degradación muscular a un estado de reparación y desarrollo del tejido muscular dañado.
Mientras tanto, la caseína se digiere más lentamente, liberando aminoácidos lentamente a lo largo de varias horas. Esto limita la degradación de las proteínas musculares y favorece una recuperación completa tras el entrenamiento. La combinación de estas dos proteínas convierte a la leche en una fuente natural de recuperación con un doble efecto. La leche acelera la reparación de las fibras musculares a la vez que mantiene un aporte constante de aminoácidos para optimizar la recuperación. Además, la leche ayuda a reponer agua y electrolitos.
Los expertos recomiendan beber entre 200 y 400 ml de leche fresca después de entrenar, dependiendo del peso. En concreto, las personas de 45 a 55 kg pueden beber entre 200 y 250 ml, y las de 55 a 75 kg, entre 250 y 350 ml. Las personas de más de 75 kg o que realizan ejercicio intenso pueden beber entre 350 y 400 ml.
Quienes desean ganar músculo sin engordar deberían optar por leche fresca sin azúcar. Quienes realizan ejercicios de alta intensidad o de 60 a 90 minutos de duración y tienen dificultades para ganar peso, pero desean ganar músculo y ganar peso, pueden beber leche azucarada, según Eating Well .
Fuente: https://thanhnien.vn/uong-sua-tuoi-sau-buoi-tap-loi-ich-cho-co-bap-nhieu-hon-ban-nghi-185251124164505283.htm






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