En la tarde del 5 de enero, un avión Boeing 737 con número de vuelo 1282 de Alaska Airlines (EE.UU.) se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia después de que una ventana y parte del fuselaje salieran volando en el aire.
El incidente provocó que el avión perdiera una ventana y se formara un gran agujero en el fuselaje. Afortunadamente, la situación se estabilizó y el avión aterrizó sin problemas en Portland (EE. UU.). Solo algunos pasajeros resultaron ilesos.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) investiga la causa del accidente. Los registros en línea de la FAA muestran que el Boeing 737 Max 9 fue certificado hace dos meses.
Para el director ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, el incidente supone un duro golpe a los esfuerzos de la compañía por mejorar su situación comercial.
Tan pronto como ocurrió el incidente, el CEO de Boeing tuvo que cancelar una reunión de alto nivel y convocar a todos los empleados y altos ejecutivos para encontrar una manera de resolver el incidente.
“Si bien Boeing ha crecido en los últimos años, situaciones como esta son un recordatorio de que debemos seguir enfocados en seguir mejorando cada día”, enfatizó Calhoun a todo su personal.
La puerta de salida de emergencia de un Boeing 737 max 9 de Alaska Airlines se abrió de golpe (Foto: Reuters).
Anteriormente, el Sr. Dave Calhoun, quien ha dirigido Boeing desde 2020, también compartió que el camino de desarrollo de Boeing todavía es accidentado.
"Cuando diseñamos nuestro plan de recuperación, asumimos que habría problemas en el camino. Mejorar las operaciones comerciales lleva tiempo", explicó a su personal.
Antes del incidente, los expertos predecían que Boeing entregaría unos 580 de sus aviones 737 en 2024, según Bloomberg . Esto representaría un gran aumento respecto al objetivo de la compañía para 2023.
"Espero que lleguen al fondo de esto rápidamente y vean si realmente fue un incidente aislado", dijo a Bloomberg Richard Healing, director de la consultora de ingeniería de seguridad de aviación Air Safety.
"Si Boeing no logra resolver este problema, afectará las ventas de la compañía y sus resultados finales", dijo George Ferguson, analista de Bloomberg Intelligence.
Alaska Airlines canceló 170 vuelos el 7 de enero después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitiera una orden de suspensión de vuelos para todos los aviones Boeing 737 Max 9.
Las cancelaciones del 7 de enero afectaron a casi 25.000 pasajeros de Alaska Airlines, y la aerolínea espera más cancelaciones en la primera mitad de esta semana mientras continúa la investigación.
La FAA anunció que exige inspecciones inmediatas de todos los Boeing 737 Max 9 antes de permitir su regreso al servicio. Las inspecciones durarán entre cuatro y ocho horas por aeronave. La FAA indicó que esta decisión busca garantizar la seguridad de los pasajeros.
Los aviones 737 Max de Boeing quedaron en tierra en todo el mundo tras dos accidentes del Max 8 en 2018 y 2019, en los que fallecieron 346 personas. La FAA solo permitió que los aviones volvieran a volar después de que Boeing modificara el sistema de control de vuelo.
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