El fenómeno de la deserción escolar masiva de niños en Japón se debe a muchos factores, entre ellos la presión académica, la alta competencia y las estrictas regulaciones en el entorno escolar.
El sistema educativo japonés es famoso por su rigor y altos estándares, pero esto no siempre produce resultados positivos. Según las estadísticas del Ministerio de Educación japonés, hay alrededor de 300.000 estudiantes de entre 7 y 15 años que son "futoko" (abandonan los estudios). Estos niños están matriculados formalmente en las escuelas, pero no asisten a clases o tienen una asistencia muy limitada.
Las causas de este fenómeno provienen de muchos factores, entre ellos la presión académica, la alta competencia y las estrictas regulaciones en el entorno escolar. Además, el acoso escolar también es una razón importante por la que muchos niños se niegan a participar en el sistema educativo tradicional. Los estudiantes considerados "futoko" a menudo enfrentan sentimientos de aislamiento y falta de apoyo de las escuelas o los padres.
En Japón, alrededor de 300.000 niños en edad escolar deciden no ir a la escuela. Yo soy.
Una encuesta realizada a 40.000 estudiantes de escuelas primarias, secundarias y preparatorias en escuelas públicas de la prefectura de Tochigi proporcionó datos importantes sobre las tasas de abandono escolar. Con una tasa de respuesta del 72,8%, la encuesta se realizó de julio a agosto a través de dispositivos educativos.
Cuando se les preguntó si irían a la escuela si no estuvieran enfermos, el 22,8% de los estudiantes de sexto grado, el 28,1% de los de octavo grado y el 37,7% de los de undécimo grado respondieron "sí" o "a veces". De ellos, el 6,2%, el 8,6% y el 10% abandonaron la escuela, respectivamente. El motivo más común entre los estudiantes de primaria y secundaria fue "las relaciones con los amigos", representando casi el 40%. En el caso de los estudiantes de primaria, el 30% informó tener una condición física deficiente, mientras que en el caso de los estudiantes de secundaria la cifra fue del 10%.
Cabe destacar que, cuando quisieron abandonar los estudios, el 36,2% de los estudiantes de sexto grado, el 45,1% de los estudiantes de secundaria y el 48,4% de los estudiantes de preparatoria no consultaron a nadie. Las principales razones incluían: "No saber qué decir ni cómo decirlo", "Preocupación por molestar a los demás" y "Temor a la reacción de la persona con la que se compartía el mensaje". Alrededor del 20% de los estudiantes de primaria y secundaria dijeron que no tenían con quién hablar.
Además de la encuesta a los estudiantes, la Junta de Educación de la Prefectura de Tochigi también realizó una encuesta a 2.001 padres, incluidos 1.009 cuyos hijos habían estado ausentes de la escuela durante más de un mes.
Los resultados mostraron que la razón más común para que los estudiantes de primaria abandonen la escuela fue "la relación con los profesores" (45,8%), mientras que para los estudiantes de secundaria fue "el ambiente en la escuela o en clase" (42,5%). En el caso de los estudiantes de secundaria, la “mala condición física” fue la principal causa, con un 41,7%.
Solución escolar gratuita
En ese contexto, las escuelas libres –también conocidas como “free schools”– han surgido como una alternativa. Desde 2016, el número de escuelas gratuitas en Japón se ha duplicado hasta alcanzar las 800. Se trata de instituciones educativas que no siguen planes de estudio tradicionales, sino que se centran en el desarrollo personal y la salud mental de los niños. Estas escuelas, aunque varían en calidad y costo, tienen como objetivo crear un ambiente de aprendizaje flexible y libre de estrés.
Uno de los ejemplos típicos del modelo de escuela gratuita es la Escuela Mamenoki, fundada en 2016 por el Sr. Gen Nishimura y la Sra. Anna Lodico en la aldea de Tarumi. Con alrededor de 50 estudiantes, Mamenoki se ha convertido en un segundo hogar para muchos niños que no pueden integrarse en entornos educativos tradicionales.
La escuela no tiene clases fijas, ni calificaciones ni evaluación negativa. Aquí, se anima a los estudiantes a participar en actividades prácticas como cocinar, hacer jardinería, tocar instrumentos musicales y organizar proyectos basados en sus propias ideas. Estas actividades no sólo ayudan a los niños a aprender habilidades para la vida, sino que también desarrollan la confianza y la autosuficiencia.
La madre de Kazuki, un estudiante de 12 años que estaba muy nervioso por ingresar a la escuela secundaria, compartió que después de participar en dos días de experiencia en Mamenoki, su hijo encontró alegría y consuelo. Otra madre de Kioto también expresó su satisfacción al ver que su hijo de seis años ya no era menospreciado ni aislado como en su antigua escuela.
Con una matrícula de 200 dólares al mes y reducida a 100 dólares para madres solteras, Mamenoki no sólo ha atraído la atención de los padres sino que también ha recibido gradualmente el reconocimiento de las autoridades locales. La ciudad de Sasayama ha reconocido oficialmente la asistencia a Mamenoki como una forma legítima de asistencia escolar. Además, la escuela también recibe apoyo financiero de la ciudad, creando condiciones para que este modelo educativo se desarrolle con más fuerza.
La aparición de escuelas gratuitas como Mamenoki no sólo ayudó a resolver el problema del abandono escolar infantil, sino que también trajo la esperanza de una educación más equilibrada y humana. Estas escuelas demuestran que no todos los niños son adecuados para entornos escolares tradicionales y que ofrecer alternativas flexibles es esencial para satisfacer las diversas necesidades de los estudiantes.
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Fuente: https://danviet.vn/tre-em-nhat-ban-chon-bo-hoc-va-giai-phap-tinh-the-cap-bach-20241127224303715.htm
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