| Antes de tu entrenamiento matutino, deberías tomar un refrigerio ligero, quizás un vaso de leche sin azúcar. (Imagen creada por IA solo con fines ilustrativos) |
1. Haga ejercicio inmediatamente después de despertarse, antes del desayuno.
Mucha gente cree que hacer ejercicio en ayunas ayuda al cuerpo a usar la grasa como energía. Sin embargo, la Dra. Louise Burke, nutricionista deportiva del Instituto Australiano del Deporte, afirma que cuando el glucógeno (energía almacenada en los músculos) se agota después de un sueño prolongado, el cuerpo prioriza la descomposición muscular para obtener aminoácidos que se convierten en glucosa, en lugar de simplemente usar la grasa.
Como resultado, la masa muscular disminuye, el metabolismo se ralentiza y, con el tiempo, la grasa se acumula.
Los expertos recomiendan que entre 30 y 45 minutos antes de hacer ejercicio se tome un refrigerio ligero como un plátano, unas rebanadas de pan integral o un vaso de leche sin azúcar para tener una fuente estable de energía.
2. Hacer ejercicio con demasiada intensidad o durante demasiado tiempo justo después de despertarse.
Al despertar, la temperatura corporal y el flujo sanguíneo a los músculos y al sistema nervioso son bajos. Obligar al cuerpo a realizar HIIT de alta intensidad de inmediato puede causar estrés endocrino, aumentando el cortisol, una hormona asociada con el almacenamiento de grasa abdominal.
El entrenador de fitness internacional Brett Hoebel sugiere que, al entrenar por la mañana, comiences con un calentamiento ligero de 5 a 10 minutos, seguido de un entrenamiento moderado de 20 a 30 minutos. Si quieres entrenar con intensidad, hazlo por la tarde, cuando tu cuerpo esté completamente despierto y preparado.
3. No recuperarse después del ejercicio y saltarse el desayuno.
Saltarse el desayuno después de entrenar mantiene el cuerpo en un estado catabólico, descomponiendo el tejido muscular para mantener la energía. Un estudio publicado en la Revista de la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva demostró que suplementar con proteínas y carbohidratos dentro de los 30 minutos posteriores al ejercicio ayuda a reducir la grasa y aumentar la masa muscular de forma más efectiva.
La nutricionista estadounidense Nancy Clark sugiere que después de un entrenamiento matutino, se debe comer un desayuno rico en proteínas (huevos, yogur griego, pechuga de pollo) combinado con carbohidratos saludables (avena, fruta, pan integral) para acelerar la recuperación y activar el metabolismo a lo largo del día, aumentando la efectividad de la pérdida de peso.
Fuente: https://baoquocte.vn/ba-viec-can-tranh-va-cach-khac-phuc-de-tap-luyen-buoi-sang-hieu-qua-giam-tich-tu-mo-thua-324278.html






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