La enfermedad renal crónica puede interferir con la ovulación, causar períodos irregulares y afectar la fertilidad de una mujer.
Los estudios demuestran que las mujeres tienen cinco veces más probabilidades de desarrollar enfermedad renal crónica que los hombres. Esta enfermedad en las mujeres conlleva una serie de problemas de salud específicos, como se detalla a continuación.
menstruación irregular
Si la función renal disminuye por debajo del 20 % de lo normal, la acumulación de desechos en el cuerpo puede interferir con la ovulación. Esto afecta la menstruación y dificulta la concepción. La enfermedad renal crónica puede causar sangrado excesivo o menstruaciones irregulares, o ambas. Al iniciar la diálisis, las menstruaciones irregulares empeoran y pueden desaparecer por completo. Además, se puede experimentar la menopausia de tres a cinco años antes de lo normal.
Problemas reproductivos
La enfermedad renal crónica interfiere con la ovulación, lo que afecta las posibilidades de una mujer de quedar embarazada. Esta afección también puede provocar diversas complicaciones durante el embarazo, como el riesgo de preeclampsia, retraso del crecimiento fetal y parto prematuro. Además, el estrés durante el embarazo puede provocar un deterioro significativo de la función renal y empeorar afecciones preexistentes como anemia, deficiencia de vitamina D e hipertensión arterial.
Salud mental
La enfermedad renal crónica también afecta la psicología del paciente. Alrededor del 25 % de las mujeres con enfermedad renal crónica son propensas a sufrir depresión.
Además de las consecuencias mencionadas, la enfermedad también puede poner a las mujeres en riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y óseas como la osteoporosis. Esto se debe a que, cuando los riñones se debilitan, no pueden producir hormonas como la vitamina D, importante para la fortaleza ósea. La enfermedad renal crónica también reduce la libido y causa problemas relacionados con la salud sexual.
La enfermedad renal crónica afecta gravemente la salud de las mujeres. Foto: Freepik
La enfermedad renal crónica no tiene cura. Por lo tanto, es necesario tratar el trastorno, controlar los síntomas, reducir las complicaciones y retrasar su progresión mediante medicamentos. Además, la elección de alimentos o la dieta diaria juegan un papel importante en el control de la enfermedad.
Limitar la ingesta de sal: los pacientes deben evitar por completo los productos con sal agregada, como papas fritas, alimentos salados, alimentos enlatados, alimentos congelados, carnes y quesos procesados y otras comidas rápidas.
Alimentos bajos en potasio: Las personas con enfermedad renal crónica deben evitar los alimentos ricos en potasio, como plátanos, naranjas, tomates, papas y espinacas. Deben consumir alimentos bajos en potasio, como manzanas, bayas (arándanos, frambuesas, arándanos rojos), fresas, uvas, repollo, judías verdes, zanahorias y ajo. Además, la mayoría de los sustitutos de la sal contienen potasio, por lo que las personas con enfermedad renal crónica también deben evitarlos.
Restricción de proteínas: No es posible eliminar las proteínas por completo, pero es importante limitar los alimentos ricos en proteínas, como legumbres, carnes magras, leche, huevos y queso. En su lugar, consuma alimentos bajos en proteínas, como frutas frescas, verduras, cereales y panes.
Limite el fósforo: Los riñones sanos son responsables de mantener la cantidad adecuada de fósforo en el cuerpo, pero el exceso puede debilitar los huesos. Por lo tanto, se recomienda limitar el consumo de alimentos ricos en fósforo, como pan integral, cereales integrales, frutos secos, semillas de girasol, etc. Se recomiendan alimentos bajos en fósforo, como cereales de maíz o arroz, palomitas de maíz sin sal, zumo de limón, etc.
Limite la ingesta de líquidos: Si bien el agua es esencial para la vida y una persona sana debe proporcionar abundante agua al cuerpo (aproximadamente de 2 a 2,5 litros al día), en caso de enfermedad renal crónica, el cuerpo necesita menos líquido. Esto se debe a que los riñones enfermos no pueden eliminar el exceso de líquido. Por lo tanto, no consuma demasiados líquidos ni alimentos ricos en agua, como sopas, helados, gelatina, etc.
Cuando una persona tiene enfermedad renal crónica, el órgano no puede funcionar correctamente, lo que lleva a una acumulación de desechos y líquidos en el cuerpo, causando problemas en el corazón, los huesos, etc. Pero cuando una persona sigue una dieta amigable para los riñones, limitando la ingesta de ciertos minerales y líquidos, se puede evitar la acumulación de desechos y líquidos y se puede reducir un mayor daño a los riñones.
Como desees ( según Lalpathlabs, Mayo Clinic )
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