Recientemente, en la sesión de debate sobre la situación socioeconómica, los delegados de la XV Asamblea Nacional debatieron acaloradamente la solicitud al Ministerio de Educación y Formación para que implementara la Resolución N° 88 de la Asamblea Nacional y organizara la compilación de un conjunto de libros de texto para el Ministerio.
Me sorprendió bastante este debate con dos posturas principales: a favor y en contra. No creo que este tema genere tanta controversia porque la educación sea la principal política nacional.
En mi opinión, la razón por la que muchos delegados no entienden la solicitud de crear un conjunto de libros de texto "estatales" es porque piensan que carece de bases legales, científicas y prácticas, y que fácilmente puede llevar a la consecuencia de retrasar la socialización, en contra de las políticas del Partido y del Estado.
Los profesores eligen los libros de texto. (Ilustración: BNA)
El último punto de la Resolución 88 sobre libros de texto es: “Implementar la socialización de la compilación de libros de texto. Hay varios libros de texto para cada asignatura”. Sin embargo, dado que es la primera vez que se implementa la socialización, no se ha previsto la disposición ni la capacidad de las organizaciones y las personas para participar en la compilación de libros de texto.
Sin embargo, los últimos cuatro años de implementación del nuevo programa de educación general han demostrado que la política de socialización se ha aplicado correctamente. Por lo tanto, en 2020, la Asamblea Nacional emitió la Resolución 122/2020 que estipula: «Al compilar libros de texto utilizando el método de socialización, si cada asignatura específica ya cuenta con al menos un libro de texto evaluado y aprobado conforme a lo dispuesto en la Ley de Educación, no se procederá a la compilación de libros de texto para esa asignatura con cargo al presupuesto estatal».
Además, comparto la misma duda que algunos delegados de la Asamblea Nacional sobre el hecho de que, si bien el 11 de agosto la Oficina de la Asamblea Nacional solicitó al Ministerio de Educación y Formación la compilación de un conjunto de libros de texto, no fue sino hasta el 23 de agosto, doce días después, que la Oficina envió un comunicado oficial solicitando un informe con información adicional. En concreto, información sobre las políticas de libros de texto de algunos países de Europa, el Sudeste Asiático, China y Estados Unidos; el porcentaje de países de Europa y el Sudeste Asiático donde el Estado no controla la compilación ni los derechos de autor de los libros de texto; y el número de países del mundo donde el Estado solo publica programas y considera los libros de texto como materiales didácticos.
No está claro por qué la Oficina de la Asamblea Nacional tardó 12 días después de firmar el Informe de Seguimiento en solicitar al Ministerio de Educación y Formación información tan importante.
Considero que el requisito de un conjunto de “libros de texto estándar” es un concepto muy antiguo, que no se ajusta a la Resolución 88. Según el espíritu de dicha resolución, incluso si el Ministerio de Educación y Formación elabora un conjunto de libros de texto “del Ministerio”, estos serán evaluados y aprobados de igual manera que los libros de texto elaborados por organizaciones y particulares. La Resolución no utiliza el concepto de “libros de texto estándar”.
Los expertos en educación también creen que en los países desarrollados solo se habla de «programas estándar» y «estándares de programa», pero no existen «libros de texto estándar». En estos países, cualquiera puede compilar libros de texto y estos pueden utilizarse en las escuelas, siempre que se ajusten al programa o a sus estándares y sean seleccionados por los docentes.
Si decimos que el Ministerio de Educación y Formación no elabora los libros de texto "del Estado", significa que la gestión estatal es deficiente; entonces, si el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural no produce el arroz "del Ministerio", si el Ministerio de Salud no organiza la producción de los medicamentos "del Ministerio", etc., ¿acaso también hay deficiencia en la gestión estatal en estas áreas?
Para defender la propuesta de que el Ministerio de Educación y Formación compile un conjunto de libros de texto, algunos argumentaron que debe haber un conjunto de libros de texto "estatales" para controlar los precios de los libros de texto.
Me gustaría citar las palabras del diputado de la Asamblea Nacional, Truong Trong Nghia, al debatir este tema: “Si el problema es el precio, solucionémoslo. Podemos subvencionar o movilizar fondos para prestar libros de texto y apoyar la enseñanza de políticas públicas en zonas remotas y aisladas. En lugar de sustituirlos creando un conjunto de libros de texto estatales, ¿cómo vamos a resolver el problema? Si no podemos resolverlo, ¿qué haremos entonces?”.
Además, según la normativa, los libros de texto son un bien de consumo cuyo precio debe estar declarado. Las empresas solo pueden publicar el precio de los libros una vez que el Ministerio de Hacienda haya revisado la lista de precios, no la agencia estatal de gestión, lo que permite a las empresas fijar el precio de forma arbitraria.
En cumplimiento de la Resolución 88 de la Asamblea Nacional, hasta la fecha, seis editoriales y numerosas empresas de libros se han encargado de la compilación, publicación y distribución de libros de texto para todas las asignaturas. Hasta el momento, hemos implementado innovaciones en los últimos grados de los tres niveles educativos, y la situación avanza sin contratiempos, conforme a la hoja de ruta establecida por la Asamblea Nacional.
Por supuesto, en el proceso de implementación aún existen limitaciones que deben superarse, como la escasez de docentes en algunas localidades, la falta de instalaciones, situaciones negativas en la selección de libros de texto, confusión en la implementación de algunas materias integradas y algunos libros de texto que aún contienen "errores"... pero agregar un conjunto de libros de texto estatales no puede resolver estas limitaciones.
No solo eso, sino que puede conllevar el riesgo de retrasar la socialización, al tiempo que se malgastan el presupuesto estatal y los fondos invertidos por organizaciones e individuos, y se desvía la atención del sector educativo de la solución de problemas mucho más urgentes.
Dr. To Van Truong (Experto)
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