La casa comunal de las Tierras Altas Centrales, con su imponente tejado como una montaña que se alza hacia el cielo azul, no es solo una obra arquitectónica, sino también un vívido símbolo de la vida cultural de las comunidades étnicas minoritarias de las montañas. Construida en el centro del pueblo, la casa comunal alberga la quintaesencia cultural y el alma sagrada de las tierras forestales de las Tierras Altas Centrales, un lugar donde se preservan los valores tradicionales a lo largo de generaciones. Aquí se celebra cada festividad o evento importante del pueblo, el sonido de los gongs resuena, la danza gira en torno al fuego rojo y las legendarias historias de los antepasados se transmiten oralmente bajo el majestuoso tejado de la casa comunal, símbolo de la conexión entre las personas, el cielo y la tierra.
Desde lejos, la casa comunal se ve como un pilar en medio de la majestuosa naturaleza; su imponente techo refleja el espíritu fuerte y resiliente de los habitantes de las montañas. Su estructura está construida íntegramente con materiales naturales como bambú, madera y hojas, con la huella de las montañas y los bosques del Altiplano Central. Cada casa comunal es el resultado del esfuerzo conjunto de toda la comunidad. Durante la construcción, no se omite ningún elemento: cada barra de madera y cada bambú son ensamblados cuidadosamente por las hábiles manos de los artesanos del pueblo, creando una arquitectura duradera e impregnada de arte popular.
La estructura de la casa Rong conserva las marcadas características étnicas de las Tierras Altas Centrales. Foto: Recopilación
La casa comunal no es solo un lugar de encuentro para la aldea, sino también el centro de la vida cultural y espiritual. Aquí se celebran todos los eventos importantes, desde festivales y bodas hasta reuniones de ancianos. En este espacio sagrado, los ancianos, vestidos con trajes tradicionales, se reúnen alrededor del fuego para debatir los asuntos de la aldea. Cada decisión que se toma es comunitaria y es escuchada y respetada por todos. Festivales importantes como la celebración del arroz nuevo, la ceremonia de la punzada del búfalo o los rituales para venerar al dios de la montaña y al dios del río se celebran solemnemente en la casa comunal, donde todos comparten la alegría y rezan por un año de buen tiempo y cosechas abundantes.
La arquitectura de la casa comunal posee un valor estético único y un profundo simbolismo. El imponente techo simboliza la fuerza de las montañas y los bosques, la firme voluntad del pueblo. La estructura, con techos curvos y robustas columnas, garantiza la estabilidad ante las tormentas del Altiplano Central, a la vez que transmite el significado espiritual de la conexión entre el cielo y la tierra. Los motivos de las columnas y el techo están elaborados, desde imágenes de animales y plantas hasta mitos de los habitantes del Altiplano Central. Estos detalles no solo son decorativos, sino que también transmiten el mensaje de nuestros antepasados, recordándonos nuestras raíces y nuestro amor por la naturaleza, las montañas y los bosques.
La madera es un material rústico pero aporta solidez. Foto: Recogida
En el amplio espacio de la casa comunal, se celebran solemnes ceremonias. El sonido de tambores y gongs, junto con las oraciones de los ancianos de la aldea, crea una atmósfera sagrada que invita a la calma y a comprender mejor los valores culturales tradicionales de la comunidad. Además, la casa comunal es un símbolo de solidaridad. Todos se reúnen, resuelven conflictos y comparten la responsabilidad de proteger y desarrollar la aldea. Aquí se promueven constantemente la igualdad y la democracia; cada decisión de la aldea se basa en el consenso de la comunidad, lo que fortalece y fortalece los lazos entre sus miembros.
La casa comunal desempeña un papel importante en la educación de las nuevas generaciones sobre la cultura y la tradición. Bajo este techo, los ancianos de la aldea transmiten a sus hijos historias sobre antepasados, orígenes étnicos, estilos de vida y moral. Estas lecciones ayudan a los niños a comprender sus raíces, a la vez que les inculcan un sentido de responsabilidad y una mayor conciencia de su papel en la comunidad.
Hoy, a pesar de los numerosos cambios sociales, la casa comunal de las Tierras Altas Centrales se erige como un símbolo inmutable de la cultura tradicional. La conexión entre el pasado y el presente, entre la tradición y la modernidad, se refleja claramente en cada casa comunal. Los valores culturales se preservan y transmiten, enriqueciendo la identidad cultural de Vietnam. La casa comunal no es solo una simple obra arquitectónica, sino el corazón de la comunidad, el alma de las montañas y los bosques de las Tierras Altas Centrales, donde la quintaesencia de la cultura nacional se preserva a lo largo de muchas generaciones.
En la vida moderna, la casa comunal sigue siendo un testimonio vivo de la fuerza cultural de los grupos étnicos de las Tierras Altas Centrales. Desde las casas comunales, la cultura de las Tierras Altas Centrales se ha difundido e integrado en la vida cotidiana del país, contribuyendo a enriquecer la diversa imagen cultural del pueblo vietnamita.
Kommentar (0)