La medida podría obligar a Boeing a realizar cambios de diseño y afectar sus planes para certificar los modelos MAX 7 y MAX 10.
El director ejecutivo de Boeing, David Calhoun, retiró su solicitud tras una solicitud del Congreso de Estados Unidos la semana pasada, después de que un Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines sufriera una falla en el fuselaje en pleno vuelo el 5 de enero y tuviera que realizar un aterrizaje de emergencia. El incidente no causó víctimas, pero generó problemas de seguridad, además del riesgo de ralentizar la producción y perder cuota de mercado.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos se ha negado repetidamente a programar la certificación para los modelos MAX 7 y MAX 10, lo que afecta los planes de suministro a aerolíneas estadounidenses como Southwest Airlines y United Airlines, los mayores clientes de estos dos modelos de aviones.
El Boeing 737 MAX 9 podrá volver a volar, pero se le prohibirá ampliar su producción.
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