El doctor especialista 1, Nguyen Van Bao Tran, subdirector del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Phuong Nam, explica que a las 32 semanas de embarazo, es bastante común sentir una contracción abdominal ocasional. Esto podría deberse a una contracción fisiológica (también conocida como contracción de Braxton Hicks), una reacción natural del útero al prepararse para el parto. Las contracciones fisiológicas se consideran normales durante los últimos tres meses del embarazo.
¿Qué es el montículo fisiológico?
Las contracciones fisiológicas suelen aparecer de forma esporádica e irregular, y no provocan cambios en el cuello uterino. El útero se contrae durante unos segundos o un minuto y luego se ablanda, posiblemente acompañado de una ligera sensación de presión o tensión abdominal, pero sin dolor evidente.
Las características comunes de las contracciones fisiológicas incluyen: No son periódicas ni irregulares en tiempo e intensidad. No se acompañan de dolor abdominal intenso ni dolor de espalda intenso. No hay flujo vaginal anormal, ni sangrado, ni flujo vaginal. Al descansar, cambiar de posición o beber más agua, las contracciones suelen disminuir o desaparecer.
Señales de advertencia de parto prematuro: es necesario hospitalizarla de inmediato
Se debe prestar especial atención a las contracciones inusuales, ya que podrían ser señal de parto prematuro, una afección que debe detectarse y tratarse a tiempo para proteger al feto. Las mujeres embarazadas deben acudir al hospital de inmediato si presentan alguno de los siguientes signos:
Contracciones regulares, fuertes y cíclicas, que ocurren más de dos veces en 30 minutos o más de cuatro veces en una hora, incluso después de descansar.
Dolor abdominal, dolor que se irradia hacia la espalda o hacia la parte inferior del abdomen, dolor que aumenta con el tiempo.
Sensación de pesadez en la zona pélvica. El flujo vaginal es más abundante de lo habitual, puede ser acuoso o estar mezclado con sangre rosada o roja. El movimiento fetal es más débil o menor de lo habitual.
Cuando aparezcan los síntomas mencionados, el médico examinará el cuello uterino, monitorizará las contracciones mediante monitorización obstétrica y evaluará el estado del feto. Si hay signos de amenaza de parto prematuro, el médico podría recetar medicamentos para reducir las contracciones uterinas y corticosteroides para favorecer la maduración pulmonar fetal, lo que aumenta las probabilidades de supervivencia del bebé en caso de parto prematuro. Se realizará un seguimiento en el hospital hasta que la condición se estabilice.

Las mujeres embarazadas deben prestar atención para controlar las contracciones y regresar a los controles a tiempo.
FOTO: AI
Cuidado y prevención en el hogar
Para limitar las contracciones uterinas anormales, las mujeres embarazadas deben descansar lo suficiente, evitar trabajos pesados, caminar demasiado o subir escaleras continuamente. Beber suficiente agua todos los días (aproximadamente de 2 a 2,5 litros de agua, según su estado de salud). Seguir una dieta equilibrada, evitar la hipoglucemia o la falta de energía. No tomar analgésicos ni medicamentos para aliviar las contracciones sin receta médica. Vigilar las contracciones, el flujo vaginal y los movimientos fetales a diario. Regresar a las revisiones médicas puntualmente, según la pauta de su médico, para evaluar el estado del cuello uterino y el desarrollo fetal.
En resumen, no todos los casos de contracciones uterinas a las 32 semanas de embarazo son peligrosos, pero si las contracciones son cíclicas, acompañadas de dolor, flujo o sangre, o disminución del movimiento fetal, es una señal de alerta de parto prematuro y la embarazada necesita ser hospitalizada tempranamente para un tratamiento oportuno.

Fuente: https://thanhnien.vn/bung-go-cung-o-tuan-32-go-sinh-ly-hay-canh-bao-doa-sinh-non-185251121120311429.htm






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