En los últimos años, conceptos como "transición verde", ESG, neutralidad de carbono, cero emisiones netas, gases de efecto invernadero y cambio climático han aparecido con cada vez mayor frecuencia en los medios de comunicación y en la vida socioeconómica . Esta tendencia se ha acentuado aún más a medida que el Partido y el Estado han emitido numerosas resoluciones, estrategias y políticas importantes orientadas al desarrollo verde y sostenible, en consonancia con las tendencias globales.
Las campañas de concienciación pública han contribuido a aumentar la conciencia social, pero en realidad, aún existen muchos conceptos erróneos sobre el concepto, la comprensión y, especialmente, las preocupaciones en la comunidad empresarial, en particular en las pequeñas y medianas empresas (PYME) y en los sectores agrícola y rural. El mayor desafío hoy en día reside en movilizar recursos financieros y seleccionar soluciones tecnológicas adecuadas para cumplir con las obligaciones ESG, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, al mismo tiempo, satisfacer las presiones del mercado internacional y las necesidades de desarrollo nacional.
Según el Instituto de Investigación para la Planificación y el Desarrollo, si la transición verde y los criterios ESG se consideran únicamente una carga económica y se limitan a exigir acciones responsables, el objetivo de cero emisiones netas para 2050 estará muy lejos. En particular, a partir de 2026, la obligación de informar sobre ESG y emisiones de carbono para los productos exportados a mercados importantes como la UE, Japón, Corea del Sur, China y Oriente Medio se convertirá en un desafío importante para las empresas vietnamitas. La falta de adaptación amenazará los objetivos de exportación de 70 000 millones de dólares para productos agrícolas para 2026 y 100 000 millones de dólares para 2030, mientras que el transporte aéreo y marítimo internacional también se verá presionado para lograr la neutralidad en carbono.
En este contexto, la creación de la Asociación para la Transformación Verde de Vietnam se considera un paso significativo. Los miembros fundadores están ultimando urgentemente los trámites para que la Asociación entre en funcionamiento pronto, sirviendo como centro neurálgico para reunir la inteligencia, la tecnología y los recursos de científicos , inventores, institutos de investigación, universidades y empresas, tanto nacionales como internacionales, y formando una fuerza clave para apoyar al gobierno en su camino hacia la transformación verde.
Se puede observar que la transformación digital y la transformación verde pueden compararse con dos "nuevos motores" de la economía, cada uno de los cuales, si se utiliza adecuadamente, puede contribuir aproximadamente al 1% del crecimiento del PIB anual. Esto sienta las bases para que Vietnam aspire a un crecimiento de dos dígitos en los próximos años, siempre que tenga una visión estratégica, tome las decisiones correctas y actúe con rapidez y decisión. Por lo tanto, la transformación verde no solo debe verse como un desafío, sino también como una oportunidad para que las empresas mejoren su competitividad, aumenten el valor añadido a las cadenas de suministro verdes globales y, de este modo, contribuyan de forma práctica al crecimiento sostenible del país.
El análisis muestra que la creencia en el proceso de transformación verde no se basa en un optimismo sentimental, sino en bases sólidas. Han surgido numerosas soluciones tecnológicas innovadoras a nivel mundial y en Vietnam, fácilmente accesibles y aplicables a las empresas, impulsando avances en la era digital y del desarrollo verde. La clave reside en conectar correctamente la tecnología con la demanda del mercado, y entre la oferta de innovación y sectores productivos y empresariales específicos.
En el evento que conmemoró el primer aniversario del Día de la Innovación de Vietnam, celebrado el 1 de octubre de 2025 en el Centro Nacional de Innovación (NIC), el Secretario General To Lam enfatizó la necesidad de que el Estado cree proactivamente mercados nacionales e internacionales para productos científicos y tecnológicos, innovación y transformación digital. También afirmó que "las mejores tecnologías deben aplicarse y utilizarse". Esta directiva es de particular importancia y ha sido muy bien recibida por la comunidad científica y la comunidad de startups, ya que la realidad demuestra que ninguna tecnología, por avanzada que sea, puede comercializarse con éxito sin un mercado suficientemente amplio.
La tecnología solo cobra verdadera importancia cuando el producto tiene una producción estable y un tamaño de mercado lo suficientemente grande como para reducir los costos, haciéndolo asequible para empresas y consumidores. En ese momento, la tecnología puede generar ingresos para recuperar las inversiones en investigación y desarrollo y allanar el camino para una mayor innovación. Cuando muchos científicos, inventores e inversores puedan enriquecerse gracias a la tecnología, el mensaje de "creación legítima de riqueza mediante la ciencia y la tecnología" se convertirá en un poderoso motor que se extenderá por toda la sociedad, contribuyendo a la aplicación práctica de la Resolución 57.
Por otro lado, la ansiedad de muchas empresas ante la transición verde es comprensible. Muchas, especialmente las pymes, cooperativas, propietarios de explotaciones agrícolas y empresas de exportación agrícola, consideran los informes ESG y los inventarios de emisiones de gases de efecto invernadero como una carga económica, o incluso un obstáculo para su producción y operaciones comerciales. Incluso las grandes corporaciones, si carecen de las soluciones tecnológicas adecuadas, podrían tener dificultades para cumplir con los nuevos requisitos del mercado verde.
La cuestión clave reside en dos puntos. En primer lugar, es necesario identificar, evaluar y verificar tecnologías verdaderamente innovadoras, de alta tecnología y avanzadas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, a fin de aplicarlas en la producción, los negocios y la vida cotidiana. En segundo lugar, debe establecerse un mercado lo suficientemente amplio como para comercializar eficazmente estas tecnologías, evitando la implementación fragmentada y a pequeña escala que conlleva altos costos y baja eficiencia.
El éxito de la transformación verde debe medirse, en primer lugar, por su eficiencia económica verde. La economía verde incluye tanto los ingresos directos provenientes de los créditos de carbono generados como los indirectos provenientes de una mayor competitividad, un mayor valor añadido y precios de venta más altos de productos con certificación verde. Hasta que la transformación verde genere beneficios económicos concretos para las empresas, las personas y la economía en su conjunto, no podrá considerarse un verdadero éxito.

La eficiencia económica ecológica solo puede lograrse mediante una plataforma de alta tecnología que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero, genere créditos de carbono y produzca productos ecológicos. El mercado global de créditos de carbono se considera actualmente una importante fuente potencial de ingresos. El valor de los créditos de carbono varía significativamente según la calidad y la plataforma tecnológica. Para 2025, los créditos de carbono de alta calidad y de origen natural se valorarán en un promedio de aproximadamente US$14,80/tonelada, mientras que los créditos de menor calidad del mismo tipo rondarán los US$3,50/tonelada. Los créditos provenientes de proyectos de eliminación de carbono basados en tecnología avanzada pueden alcanzar entre US$170 y US$500/tonelada, una cifra muy superior a la de los créditos provenientes de energías renovables (aproximadamente entre US$2 y US$5/tonelada).
Según las tendencias actuales, las empresas y organizaciones que adquieren créditos de carbono priorizan cada vez más los créditos de alta calidad con un impacto claro, una evaluación y clasificación transparentes. Esto abre oportunidades para los países capaces de desarrollar proyectos de secuestro y absorción de carbono utilizando tecnologías avanzadas o modelos biológicos de alta calidad.
Para Vietnam, según el Instituto de Investigación para la Planificación y el Desarrollo, la buena noticia es que han surgido tecnologías para carbonizar biomasa y residuos orgánicos mediante gasificación y pirólisis, capaces de generar créditos de carbono de alta calidad con un valor significativo. El proceso de carbonización produce gas de síntesis, una fuente de energía limpia y renovable, y biocarbón, sin generar cenizas volantes ni cenizas de fondo, lo que contribuye a la creación de un modelo de economía verdaderamente circular. Cada tonelada de biocarbón de alta calidad puede equivaler a la eliminación de 2 a 3 toneladas de CO₂ de la atmósfera.
El biocarbón se considera una forma de almacenamiento de carbono casi permanente, por lo que los créditos de carbono generados a partir de él suelen tener un valor muy alto, entre 150 y 200 dólares por tonelada. Por otro lado, la quema de residuos sólidos urbanos, biomasa o el vertido de residuos orgánicos genera importantes emisiones de gases de efecto invernadero, lo que a su vez reduce el valor de los créditos de carbono que podrían generarse. Con aproximadamente 100.000 toneladas de residuos orgánicos al día (incluidas 70.000 toneladas de residuos sólidos urbanos y 30.000 toneladas de residuos agrícolas), la quema o el vertido por sí solos podrían generar anualmente de decenas a cientos de millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero equivalentes a CO₂. Por el contrario, aplicando tecnología moderna de carbonización, Vietnam podría generar de decenas a cientos de millones de créditos de carbono de alta calidad, generando miles de millones de dólares en ingresos anuales, a la vez que construye una economía verdaderamente verde y circular.
De igual manera, en el campo del tratamiento de aguas residuales, algunos países han implementado tecnología de recuperación de metano en plantas centralizadas de tratamiento de aguas residuales. Los inversores invierten capital en la implementación y obtienen créditos de carbono para recuperar su inversión, mientras que los propietarios de las plantas se benefician ambientalmente y son reconocidos como instalaciones neutrales en carbono sin incurrir en costos iniciales de inversión. Si las zonas industriales aplican de manera uniforme tecnologías avanzadas de tratamiento de residuos sólidos y aguas residuales, la recuperación de gases de efecto invernadero, junto con el ahorro energético, el uso de energías renovables y materiales respetuosos con el medio ambiente, formarán zonas industriales verdes y de bajas emisiones.
De manera similar, si las áreas urbanas se planifican de manera integral, concentrando el desarrollo en torno a las estaciones ferroviarias urbanas, utilizando energía renovable y nuevos materiales e incorporando soluciones de reducción de emisiones, pueden convertirse en ciudades verdaderamente verdes, avanzando hacia la neutralidad de carbono.
En base a esto, el objetivo de construir ciudades verdes, zonas industriales verdes y una agricultura verde ya no es una visión lejana, sino que es totalmente alcanzable a partir de 2026, si Vietnam aplica de manera proactiva las tecnologías existentes de manera oportuna, sabe cómo organizar el mercado y moviliza la participación sincronizada de todos los actores de la economía.
Para el éxito de la transformación verde, además del rol del Estado en la creación, coordinación e implementación de mecanismos y políticas, se considera fundamental el papel de las asociaciones y organizaciones socioprofesionales, incluida la Asociación de Transformación Verde de Vietnam. Estas asociaciones servirán de puente entre el Estado, los científicos y las empresas, contribuyendo al descubrimiento, la verificación, la difusión y la replicación de tecnologías avanzadas, a la vez que participan en la creación y expansión de mercados de aplicación, la reducción de costos y el aumento de la eficiencia económica para todos los participantes.
Desde una perspectiva política, la fórmula para una transformación verde exitosa se puede resumir en dos pilares: reducción de emisiones mediante tecnología avanzada y revolucionaria; y expansión del mercado para la aplicación de estas tecnologías a nivel nacional, evitando la fragmentación y la implementación a pequeña escala. Cuando se cumplan estas dos condiciones, la transformación verde dejará de ser una carga económica, para convertirse en una oportunidad para que Vietnam avance y construya una nueva era de desarrollo más verde, sostenible y próspero.
Fuente: https://mst.gov.vn/chuyen-doi-xanh-co-hoi-va-giai-phap-de-phat-trien-dat-nuoc-197251210182632254.htm










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