El 6 de agosto, la Universidad de Stanford anunció el despido de más de 360 empleados. Anteriormente, Johns Hopkins cerró un campus en Baltimore, canceló numerosos programas internacionales y despidió a 2200 empleados, la cifra más alta del año.
Northwestern recortó 425 puestos, Columbia eliminó a 180 investigadores, Boston despidió a 120 personas y congeló la contratación de 120 puestos vacantes. Otras universidades, como Southern California, Michigan y Harvard, también tomaron medidas similares.
Los recortes presupuestarios oscilan entre 20 y 200 millones de dólares. La principal razón es la reducción de la financiación pública . Harvard ha perdido casi 3 mil millones de dólares, Johns Hopkins 800 millones, UCLA 584 millones y Brown 510 millones. Cornell, Northwestern, Princeton y muchas otras universidades también corren el riesgo de perder cientos de millones de dólares.
Los observadores afirman que esto forma parte de una campaña para "reestructurar" la educación superior estadounidense. La campaña se centra en reformar el sistema de acreditación, limitar los programas de diversidad, equidad e inclusión, controlar las protestas en los campus y reducir la matrícula de estudiantes internacionales.
Los estudiantes son el grupo más afectado por los recortes, incluyendo servicios académicos, asesoramiento psicológico y apoyo profesional. Numerosos proyectos de investigación se han suspendido, lo que ha interrumpido importantes trabajos científicos . Si bien siguen liderando el mundo en calidad de formación e investigación, la ola de despidos está sometiendo al sistema de educación superior estadounidense a una presión financiera sin precedentes.
Fuente: https://giaoducthoidai.vn/dai-hoc-my-cat-giam-nhan-su-hang-loat-post744035.html
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