Hígado graso por 'tratarse demasiado bien': las verduras conocidas ayudan a prevenir la enfermedad
La enfermedad del hígado graso se presenta cada vez con más frecuencia en personas jóvenes, incluso en personas delgadas. El tratamiento no es sencillo, y la nutrición diaria juega un papel fundamental.
Báo Tuổi Trẻ•26/11/2025
Comer demasiado, excediendo las necesidades del cuerpo durante mucho tiempo, puede provocar un exceso de grasa en muchos órganos del cuerpo, incluido el hígado - Foto: XUAN MAIComer y beber sin control hace que el hígado graso se desarrolle de forma silenciosa
Nguyen Cong Duc, médico tradicional y ex profesor de la Universidad de Medicina y Farmacia de la ciudad de Ho Chi Minh, cree que "las enfermedades vienen de la boca", pero los cambios en los hábitos alimentarios aún son insignificantes.
Mencionó que en ocasiones como funerales, fiestas y días festivos, solemos darnos un capricho excesivo con mucha carne y pescado, lo que puede fácilmente provocar hígado graso. Esto es una manifestación del exceso de grasa, que puede acumularse no solo en el hígado, sino también en el corazón, el páncreas, los vasos sanguíneos, el cerebro, el tejido abdominal, los glúteos y el cuello.
La acumulación excesiva de grasa puede provocar muchas enfermedades peligrosas, como hipertensión arterial, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular... Algunos estudios recientes también han señalado que el hígado graso suele ir acompañado de trastornos lipídicos y aumento de las enzimas hepáticas.
El Dr. Lam Nguyen Thuy An (Hospital de la Universidad de Medicina y Farmacia de Ciudad Ho Chi Minh, Campus 3) indicó que el hígado graso a menudo no presenta síntomas evidentes en las primeras etapas. Algunos casos pueden incluir fatiga prolongada, sensación de pesadez y molestias en la parte superior derecha del abdomen.
El Dr. An señaló que las personas delgadas también corren el riesgo de padecer hígado graso. Numerosos estudios han demostrado que entre el 10 % y el 20 % de las personas con hígado graso son delgadas, con un índice de masa corporal (IMC) completamente normal.
Las personas delgadas a menudo creen que no están en riesgo, por lo que no acuden a chequeos ni pruebas de detección. Una vez detectada, la enfermedad progresa a hígado graso, causando cirrosis, insuficiencia hepática e incluso cáncer de hígado. Algunos estudios muestran que la tasa de complicaciones graves en personas delgadas es igual o incluso mayor que la de las personas obesas, advirtió el Dr. An.
Actualmente, tratar el hígado graso no es fácil. Por lo tanto, los expertos recomiendan prevenir la enfermedad mediante: limitar el consumo de grasas, azúcares y almidones; y evitar el consumo excesivo de alcohol.
Al mismo tiempo, mantenga el ejercicio diario, haga ejercicios adecuados o aumente la actividad física para perder peso, prevenir la osteoporosis; mantenga un espíritu cómodo, sepa descansar y relajarse.
Verduras que ayudan a prevenir el hígado graso
El médico Nguyen Cong Duc agregó que muchos tipos de verduras en las comidas diarias también ayudan a prevenir el hígado graso, entre ellos:
Ajo: Numerosos estudios realizados en los últimos años han demostrado que el ajo y los productos derivados del ajo ayudan a reducir los triglicéridos y el colesterol gracias a sus aceites esenciales que contienen compuestos de azufre. El ajo también limita la formación de hígado graso. Sin embargo, las personas con deficiencia de yin y exceso de fuego, o con enfermedades de los ojos, la boca, la lengua, la garganta, etc., no deben consumirlo en exceso.
Cebolla: Contiene disulfuro de alilo y propilo, que ayuda a aumentar la actividad de las enzimas que degradan la fibra, promueve la disolución de coágulos sanguíneos y reduce la grasa en la sangre. Por lo tanto, la cebolla ayuda a estabilizar la presión arterial y a prevenir enfermedades cardiovasculares, siendo ideal para personas con niveles altos de grasa en la sangre e hígado graso.
Rábano: Tiene efectos desintoxicantes, facilita la digestión, reduce la presión arterial, reduce la grasa y previene la acumulación de grasa subcutánea. El ácido cumárico del rábano también ayuda a reducir el azúcar en sangre y estabilizar la presión arterial, además de prevenir la obesidad, la hiperlipidemia y el hígado graso.
Apio: Ayuda a reducir el colesterol, descomponer la grasa, favorece la circulación, baja la presión arterial, purifica el hígado y protege los capilares. Es un plato ideal para personas con niveles altos de grasa en la sangre e hígado graso.
Pepino: Contiene fibra y ácido malónico, una sustancia que ayuda a inhibir la conversión de azúcar en grasa. Este alimento es adecuado para personas con obesidad, hiperlipidemia e hipertensión arterial.
Hongos shiitake: El ácido butírico presente en los hongos shiitake ayuda a reducir la grasa en la sangre. Ingredientes activos como la colina, las enzimas oxidantes y los ácidos nucleicos ayudan a reducir la presión arterial y el colesterol, y a prevenir la aterosclerosis y la cirrosis.
- Hongo negro (oreja de madera): Contiene ácido nucleico que ayuda a reducir el colesterol en el hígado, previniendo la formación de hígado graso. Su alto contenido en fibra también favorece la motilidad intestinal y la excreción de colesterol.
- Brotes de judías verdes: Contiene principios activos que inhiben la absorción de grasas en el intestino delgado, adecuado para personas con niveles altos de grasa en la sangre, presión arterial alta e hígado graso.
Raíz de loto: Enriquece la sangre, calma la sed, previene el envejecimiento, reduce la grasa y estabiliza la presión arterial. Se pueden tomar de 50 a 100 g al día, cocidas o secas para preparar té.
Aloe vera fresco: Ayuda a reducir los lípidos en la sangre, el hígado graso y estabiliza la presión arterial y el azúcar en la sangre. Puede usar 100 g de hojas frescas, exprimir el jugo, mezclarlo con miel para beber durante el día o mezclarlo con verduras para preparar una ensalada. Las personas con problemas de bazo y estómago (con propensión a la diarrea) no deben usarlo.
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