Cuando la tecnología digital puede distorsionar el comportamiento de los niños
En el contexto de la creciente penetración de la tecnología digital en la vida de los niños, los lamentables incidentes en las escuelas resultan alarmantes. El caso de una alumna de séptimo grado en Hanói que tiró del pelo a su maestra cuando le confiscaron un juguete no es un hecho aislado, sino que también refleja el impacto cada vez más complejo del entorno digital en el comportamiento y la percepción infantil.

Hoy en día, los niños están expuestos a la tecnología desde una edad temprana.
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Según un informe de 2025 del Departamento de la Infancia del Ministerio de Trabajo, Inválidos de Guerra y Asuntos Sociales (actualmente Ministerio del Interior ), hasta el 89 % de los niños vietnamitas acceden a internet y lo utilizan a diario, con un promedio de 5 a 7 horas al día en redes sociales. La edad promedio de los niños vietnamitas que poseen un teléfono móvil es de tan solo 9 años, aproximadamente 4 años menor que el promedio mundial. Estas cifras demuestran que la exposición temprana a los dispositivos digitales está moldeando la forma en que los niños reciben información, se entretienen y expresan sus emociones.
Lo preocupante es la rápida difusión de los hechos en el entorno digital. En poco tiempo, el vídeo de la escena en la que el alumno tira del pelo al profesor se compartió ampliamente, recibiendo miles de comentarios. Esto puede llevar a que otros niños vean esta conducta de protesta como una forma de «destacar». Cuanto más se hable del incidente, mayor será el riesgo de que la conducta se exagere y se convierta, sin querer, en un mal ejemplo.
Según los expertos, la exposición temprana a videojuegos violentos y vídeos impactantes también modifica el umbral de tolerancia de los niños. Las escenas de peleas y enfrentamientos entre adultos, que antes resultaban extrañas y contrarias a las normas sociales, ahora se han vuelto familiares e incluso normalizadas. En el caso del alumno de séptimo grado, la fuerte reacción cuando le confiscaron su juguete podría deberse a su costumbre al ritmo de estimulación instantánea del mundo virtual, lo que provocó reflejos incontrolados en la vida real.
La Sra. Tran Thi Hang (residente en la calle Dien Bien Phu, barrio Binh Thanh, Ciudad Ho Chi Minh) compartió: «Últimamente, al navegar por las redes sociales, veo cada vez más imágenes y videos violentos. Incluso en TikTok, con el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), se crean muchos videos animados con contenido ilógico, que afectan fácilmente la psicología de los niños pequeños. Por ejemplo, videos que provocan "deterioro cerebral" (un término usado en redes sociales que se refiere al deterioro intelectual y cognitivo debido a la excesiva exposición a contenido de baja calidad y sin sentido en internet). A esta edad, los niños aprenden muy rápido y aún no pueden distinguir entre el bien y el mal, por lo que si ven este tipo de videos, les resultará muy fácil imitarlos».

Los padres deben orientar sobre los programas que ven sus hijos.
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Los psicólogos educativos han advertido repetidamente sobre los efectos negativos de la tecnología en el desarrollo psicológico de los estudiantes. El Dr. Tran Thanh Nam, profesor asociado y jefe del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Vietnam en Hanói, afirmó en el periódico Cong Luan en 2025: «La difusión de contenido tóxico en las redes sociales está creando un efecto dominó que erosiona los valores culturales y estéticos entre los jóvenes, haciéndolos fácilmente influenciables por tendencias desviadas».
Doble presión y espacio de monitoreo
Según los expertos, durante la pubertad, los niños experimentan numerosos cambios psicológicos, como la necesidad de autoafirmarse y el deseo de ser reconocidos en la comunidad. Al verse inundados de información en las redes sociales, suelen caer en la comparación con los demás. Este fenómeno de comparación social es una de las causas del aumento de sentimientos de inferioridad, ansiedad y depresión en la adolescencia. No solo los estudiantes, sino también muchos padres, al estar expuestos a las redes sociales e influenciados por ellas, aumentan fácilmente sus expectativas sobre el rendimiento académico, ejerciendo involuntariamente una mayor presión sobre sus hijos.
La combinación de estos dos factores provoca que muchos niños sufran una sobrecarga emocional. Cuando ya no pueden controlar sus emociones, tienden a reaccionar de forma exagerada ante pequeños conflictos, llegando incluso a considerar la oposición o resistencia como una forma de aliviar el estrés. El Dr. Tran Thanh Nam, en el artículo «Estudiando la presión: el "asesino invisible" de la salud mental» publicado en VOV, destacó que: «La doble presión de la escuela y las redes sociales hace que los adolescentes caigan fácilmente en un estado de sobrecarga emocional, del cual surgen reacciones negativas o retraimiento».
Aunado a las presiones internas, la falta de supervisión en el entorno agrava el problema. Muchos estudiantes ahora tienen sus propios teléfonos y pasan horas al día en redes sociales sin la guía ni el control adecuados de los adultos. La exposición frecuente a contenido violento, desde videos de estudiantes que desobedecen a los profesores hasta vídeos impactantes, conlleva el riesgo de crear una percepción distorsionada y de considerar los actos violentos como un comportamiento normal, sin controlar las consecuencias.
Esto se refleja claramente en la investigación de la profesora Mai My Hanh (Subdirectora del Departamento de Psicología de la Universidad de Educación de Ciudad Ho Chi Minh) sobre el desarrollo y la evaluación de los resultados del programa de prevención del ciberacoso. Los resultados de la encuesta muestran que casi el 52 % de los estudiantes de secundaria han sufrido ciberacoso y el 60,8 % lo han ejercido. Según la profesora Hanh, los niños que se familiarizan con la tecnología a temprana edad pero carecen de supervisión son muy susceptibles a quedar atrapados en la espiral de la violencia y pueden ser tanto víctimas como agresores.

Los padres pueden orientar a sus hijos para que participen en otras actividades, en lugar de limitarse a usar dispositivos móviles.
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La vida real también refleja este riesgo. La Sra. Pham Linh Chi (residente en la calle Ben Van Don, barrio Vinh Hoi, Ciudad Ho Chi Minh) expresó: "Mi hijo es muy adicto a ver videos de dibujos animados con imágenes distorsionadas en las redes sociales, a veces dice frases largas y difíciles de entender como 'tung tung tung sa hua', y su comportamiento también se vuelve extraño, muy peligroso".
Según un informe de UNICEF (2019), los niños y adolescentes no solo sufren consecuencias negativas a nivel personal, sino también psicológicas, cuando sus imágenes e información son ridiculizadas, objeto de burla o difundidas en las redes sociales. En Vietnam, se han registrado numerosos casos de estudiantes sancionados por grabar a profesores y amigos y publicar los vídeos en internet.
De estos hechos se desprende que la tecnología digital, si carece de la supervisión y orientación adecuadas por parte de la familia y la escuela, puede convertirse en un arma de doble filo en el entorno educativo.
Una lección aleccionadora
El incidente del alumno de séptimo grado que le tiró del pelo a la maestra no puede atribuirse por completo a la tecnología digital, pero es evidente que esta ha desempeñado un papel importante como catalizador. Ha puesto de manifiesto deficiencias en la educación en cuanto a habilidades emocionales, habilidades digitales y, sobre todo, la falta de compañía adulta durante el desarrollo infantil.
En este contexto, la familia desempeña un papel fundamental como escudo, ayudando a los niños a desarrollarse de forma segura y cívica en el ciberespacio. Los padres no solo deben controlar el tiempo que sus hijos pasan usando dispositivos, sino también convertirse en guías que los orienten hacia un uso positivo de la tecnología. Como destacó la Dra. Le Thi Phuong Hoa, de la Facultad de Psicología y Educación de la Universidad de Educación de Thai Nguyen, en el seminario en línea de 2023 titulado «Protegiendo la seguridad de los niños en el ciberespacio»: «Los padres deben adquirir conocimientos tecnológicos y supervisar de cerca los hábitos de búsqueda de información de sus hijos para orientarlos oportunamente y prevenir cualquier impacto negativo».
Junto con la familia, la responsabilidad de la escuela es un factor indispensable. Actualmente, algunas escuelas han comenzado a implementar programas de ciberseguridad para dotar a los estudiantes de las habilidades necesarias. Asimismo, según el borrador del Departamento de Educación y Formación de la Ciudad de Ho Chi Minh, todas las escuelas de la ciudad regularán simultáneamente la restricción del uso de teléfonos y dispositivos electrónicos por parte de los estudiantes durante el recreo a partir de enero de 2026.
La tecnología digital no es inherentemente culpable, sino que el problema radica en la forma en que se aborda y guía a los niños en su uso. Si no se corrige a tiempo, los niños pueden aplicar «normas virtuales» a la vida real, lo que puede llevar a acciones impulsivas que perjudican a sus propios profesores. El incidente de Hanói constituye, por lo tanto, una seria advertencia que nos obliga a reflexionar sobre nuestras responsabilidades educativas y a tomar medidas más drásticas para proteger la integridad del entorno escolar en la era digital.
Fuente: https://thanhnien.vn/giu-ton-nghiem-trong-giao-duc-nhung-bong-den-cong-nghe-so-185250926075713865.htm






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