A través de muchas y largas marchas para construir y defender el país, desde la época de las Hermanas Trung, Trieu Thi Ba, Ly Thuong Kiet, Tran Hung Dao... hasta movimientos patrióticos como Can Vuong, Dong Du, Dong Kinh Nghia Thuc... ni una sola vez el pueblo vietnamita se sometió a las botas invasoras de potencias extranjeras.
Durante los años más oscuros de la historia, cuando el país luchaba bajo el yugo del régimen colonial, una antorcha brilló intensamente en la noche oscura, iluminando el camino para toda la nación: ese fue Ho Chi Minh .
El tío Ho no sólo fue un líder genial y un revolucionario excepcional, sino también una noble encarnación de la autosuficiencia, del deseo de independencia y de la libertad inmortal. En los corazones de millones de vietnamitas, el tío Ho es la cristalización del alma sagrada de las montañas y los ríos, un símbolo inmortal de patriotismo, sacrificio e inmensa compasión.
Desde su infancia, el tío Ho presenció con sus propios ojos la escena de sus compatriotas, la gente humilde, condenados a una vida de esclavitud y miseria bajo los talones de los invasores.
La imagen de una patria devastada, de un pueblo hambriento y de gritos ahogados en medio de palizas e injusticias pronto quedó profundamente grabada en el alma sensible y compasiva del joven Nguyen Tat Thanh. El dolor de perder su país, la humillación de ser privado de los derechos humanos en su propia patria encendieron en él un fuego: el fuego del deseo de libertad, de la voluntad de liberar a la nación.
Ese fuego ardió y luego se encendió ferozmente, impulsándolo a abandonar su tierra natal y comenzar un arduo pero gran viaje para encontrar una manera de salvar al país: el viaje de un hombre con una misión histórica.
5 de junio de 1911, "El país es tan hermoso pero el tío Ho debe irse..." - ese dicho ha pasado a la historia como un hito que marca el inicio del gran viaje de un hombre con la misión de salvar el país. El joven Nguyen Tat Thanh partió del puerto de Nha Rong y comenzó su viaje alrededor del mundo.
Desde ayudante de cocina en el Almirante Latouche-Tréville, trabajando como fotógrafo, quitanieves y periodista, hasta pisar muchos países como Francia, Inglaterra, Estados Unidos, China y la Unión Soviética, la dura vida laboral no lo desanimó.
Por el contrario, fueron esos desafíos los que templaron aún más su temple, su inteligencia y su resiliencia. En medio de innumerables dificultades, las experiencias prácticas lo ayudaron a percibir profundamente la injusticia del mundo colonial y lo impulsaron a encontrar una manera de liberar a la nación. El ardiente patriotismo y la creencia en el brillante futuro del país nunca se desvanecieron en el tío Ho, sin importar lo difícil que fuera.
Durante los primeros años de su viaje para encontrar la manera de salvar al país, el tío Ho fue testigo de primera mano del dolor común de los pueblos oprimidos. En su obra "Historias sobre la vida y las actividades del presidente Ho" , Tran Dan Tien registró: "Cuando llegamos a Da-ca, el mar estaba muy agitado. El barco no podía alcanzar la orilla. No pudimos bajar la canoa porque las olas eran muy grandes. Para comunicarse con el barco, los franceses en la orilla obligaron a los negros a nadar hasta él. Uno, dos, tres, cuatro negros se lanzaron al agua. Uno tras otro, fueron arrastrados por las olas" (Editorial Su That, Saigón - Departamento de Información y Cultura Gia Dinh, reimpreso en 1975).
Mi tío (en aquel momento su nombre era Ba) estaba llorando. Las lágrimas se derramaron no sólo por simpatía, sino también por indignación ante la crueldad del colonialismo, que convirtió a las personas en herramientas y la vida perdió sentido.
Su conmovedora declaración: “La vida de un colonialista, ya sea amarillo o negro, no vale un centavo” es una condena firme del régimen opresor inhumano y, al mismo tiempo, demuestra una visión que va más allá de las fronteras nacionales: un gran corazón humanitario que siempre lucha por la libertad y la dignidad humana en todo el mundo.
Durante sus años en el extranjero, Ho Chi Minh experimentó innumerables dificultades, realizando todo tipo de trabajos para ganarse la vida y aprender, pero nunca sucumbió a las dificultades. Esos son los dias:
¿Te acuerdas, viento frío de París?
Un ladrillo rosa, el tío Ho resistió toda una temporada de hielo.
Y la niebla de Londres, ¿te acuerdas?
¿Gotas de sudor en mitad de la noche?
(El hombre en busca de la forma del agua - Che Lan Vien)
Desde América hasta África, no sólo vivió y trabajó, sino que también fue testigo del sufrimiento y la injusticia que tuvieron que soportar los pueblos coloniales. Todas esas experiencias le ayudaron a comprender más profundamente la naturaleza brutal del imperialismo y, a partir de ahí, formaron claramente el camino de la lucha por la liberación nacional. Fue durante esas dificultades que comprendió valores extremadamente importantes para la causa de la liberación nacional: el conocimiento, la resistencia y el patriotismo inmortal.
Una historia conmovedora e histórica es que en 1919, bajo el nombre de Nguyen Ai Quoc, el tío Ho envió la "Petición del Pueblo Annamita" a la Conferencia de Versalles, exigiendo libertad, democracia e igualdad para el pueblo Annamita.
Aunque sus demandas no fueron atendidas, fue la primera vez que la voz de un pueblo oprimido resonó en un prestigioso foro internacional.
Esta no fue sólo una acción valiente y firme de Nguyen Ai Quoc, sino también un primer paso importante que marcó la aparición del pueblo vietnamita en la arena internacional.
Con esta acción, el tío Ho no sólo reclamó la libertad para sus compatriotas, sino que también hizo famosa a una nación sedienta de independencia, afirmando su determinación de nunca someterse al colonialismo. Nguyen Ai Quoc fue la primera persona que inició la gran lucha del pueblo vietnamita en el camino hacia la recuperación de la autodeterminación.
Uno de los puntos de inflexión más importantes en el camino del presidente Ho Chi Minh para salvar el país fue su contacto con el marxismo-leninismo, especialmente cuando leyó las "Tesis de Lenin sobre las cuestiones nacional y colonial". En ese momento, no pudo contener sus emociones:
“Tesis al tío Ho. Y lloró
Las lágrimas del tío Ho caen sobre la palabra Lenin
Las cuatro paredes estaban en silencio, escuchando al tío Ho pasar cada página del libro doblado.
"Pensé que el país estaba esperando noticias del exterior".
(El hombre en busca de la forma del agua - Che Lan Vien)
Fueron momentos sagrados que marcaron la iluminación del ideal revolucionario proletario y abrieron el camino correcto hacia la salvación nacional para el pueblo vietnamita. De patriota, Ho Chi Minh pasó a ser comunista, comprendiendo claramente que el camino hacia la liberación nacional estaba vinculado a la liberación de clase.
Los ideales revolucionarios de Lenin iluminaron la fe del tío Ho y lo ayudaron a comprender la única manera de liberar a la nación de la esclavitud y convertirse en dueños del país.
"Gritaba solo, como si hablara a la nación.
¡Aquí hay comida y ropa! ¡Aquí está la felicidad!
(El hombre en busca de la forma del agua - Che Lan Vien)
No fue sólo la alegría del tío Ho, sino también un grito de alegría desde el fondo de su corazón, como un anuncio a todo el pueblo vietnamita sobre un futuro más brillante. Ése es el camino hacia la liberación nacional, el camino que Ho Chi Minh y el pueblo vietnamita recorrieron persistentemente hasta el día de la victoria final.
Después de casi 30 años de vagar por el mundo, en la primavera de 1941, el tío Ho regresó a la Patria, trayendo consigo la luz del marxismo-leninismo, guiando a nuestro pueblo a levantarse y luchar por la independencia.
Su regreso no fue sólo el regreso de un gran líder, sino también el renacimiento de una gran esperanza, despertando el espíritu de patriotismo y el deseo de libertad en los corazones de cada vietnamita, negándose a doblegarse bajo el yugo de la esclavitud pero listo para levantarse y tomar control de su propio destino.
El ejemplo más típico es la decisión de lanzar el Levantamiento General de agosto de 1945. En el contexto de muchas fluctuaciones en las situaciones nacionales y mundiales, el tío Ho identificó correctamente la oportunidad "que se presenta una vez cada mil años", llamando a toda la nación a levantarse y tomar el poder.
Esta decisión demostró no sólo una gran perspicacia política sino también un hábil análisis de la situación. Lo más importante es el espíritu de osadía para asumir la responsabilidad de la historia del tío Ho, el hombre que tuvo la visión y el coraje de guiar a la nación a través de desafíos difíciles para lograr la independencia y la libertad.
Bajo el talentoso liderazgo del tío Ho, junto con el espíritu de solidaridad e indomabilidad de toda la nación, la Revolución de Agosto de 1945 logró una gloriosa victoria, dando origen a la República Democrática de Vietnam.
El 2 de septiembre de 1945, en la histórica plaza Ba Dinh, Ho Chi Minh leyó la Declaración de Independencia, declarando al mundo el nacimiento de una nación independiente y libre, afirmando el derecho a la autodeterminación y la dignidad del pueblo vietnamita en la arena internacional.
Durante la guerra de resistencia contra Francia, aunque nuestras fuerzas aún eran débiles, el tío Ho propuso una política de resistencia integral, a largo plazo y autosuficiente de todo el pueblo.
Con una fuerte creencia en la fuerza del pueblo, el tío Ho condujo a nuestro ejército y pueblo a derrotar gradualmente a un enemigo mucho más fuerte, creando la victoria de Dien Bien Phu, una victoria rotunda que sacudió al mundo entero y afirmó la soberanía del pueblo vietnamita.
Después vino la guerra de resistencia contra Estados Unidos para salvar al país, llena de penurias y sacrificios. El tío Ho afirmó una verdad inmortal: "Nada es más precioso que la independencia y la libertad".
Con una voluntad de hierro, determinación y voluntad de liberar el Sur y unificar el país, el tío Ho dirigió a toda la nación para luchar con firmeza, superando persistentemente muchas dificultades y logró la victoria final en la primavera de 1975.
El día en que falleció el amado tío Ho fue un día de luto, una gran pérdida para el pueblo vietnamita. Mientras el Sur todavía estaba sumido en las llamas de la guerra y el país aún no estaba unido, su muerte dejó un dolor inconsolable en los corazones de millones de vietnamitas.
La gente lo lloró no sólo porque perdió a un gran líder sino también porque perdió un corazón que dedicó toda su vida al amor a la Patria y al Pueblo. El fallecimiento del tío Ho es una pérdida irreparable.
Tío, déjanos el amor.
Una vida de pureza, sin oro ni plata.
Tela frágil, alma infinita
Más que estatuas de bronce expusieron los senderos.
(¡Tío! A Huu)
Hay personas que, aunque hayan fallecido, siguen viviendo para siempre en los corazones de la nación, no sólo por lo que hicieron, sino también por la forma en que vivieron. El Presidente Ho Chi Minh, el amado padre del pueblo vietnamita, es una de esas personas.
La ideología, la moral, el estilo y el profundo patriotismo del tío Ho siempre serán una antorcha brillante en la vida. Los legados espirituales e ideales que dejó el tío Ho son como el árbol siempre verde de la vida.
Con motivo del 135 aniversario del nacimiento del Presidente Ho Chi Minh (19 de mayo de 1890 - 19 de mayo de 2025), no solo repasamos su vida y gran carrera revolucionaria, sino que también rendimos homenaje a un hombre que dedicó toda su vida al pueblo y al país, sin pensar en sí mismo: "Eternamente agradecido a él - Ho Chi Minh".
La generación de hoy y las generaciones futuras aún se calientan en el halo silencioso que dejó el tío Ho. Es la luz de la fe, la bondad y los ideales nobles para la comunidad y el país.
Y cada vez que la Patria enfrenta dificultades, siento que en los ojos del Pueblo, en la bandera roja con la estrella amarilla ondeando en el cielo, en la fe de toda la nación, el corazón del Tío Ho aún vive para siempre, guiándonos y elevándonos hacia el futuro.
Mai Thao
Fuente: https://baotayninh.vn/ho-chi-minh-viet-nam-dep-nhat-ten-nguoi--a190233.html
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