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Memorias históricas, mensajes modernos: Cuando Moscú y Pekín se expresan juntos

(Baothanhhoa.vn) - Para celebrar el 80º aniversario del Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria, Moscú dio la bienvenida a muchos jefes de estado y líderes internacionales. Entre ellas, destaca la visita del presidente chino, Xi Jinping, no sólo por su carácter ceremonial, sino también porque se enmarca en una visita de Estado, lo que demuestra la profunda relación bilateral entre China y Rusia.

Báo Thanh HóaBáo Thanh Hóa09/05/2025

Memorias históricas, mensajes modernos: Cuando Moscú y Pekín se expresan juntos

Este acontecimiento es altamente simbólico en un contexto internacional volátil. La presencia del presidente chino, Xi Jinping, en Moscú es vista como un testimonio de los vínculos cada vez más estrechos entre las dos potencias euroasiáticas y, al mismo tiempo, un mensaje "oculto" a los países occidentales sobre la creciente presencia e influencia de China en los asuntos globales, especialmente en crisis geopolíticas como el conflicto en Ucrania.

Desde una perspectiva estratégica, los expertos consideran que el evento forma parte de los esfuerzos de Moscú para fortalecer su posición internacional a través de una estrecha cooperación con Pekín. En el contexto de las inciertas negociaciones entre Rusia y Estados Unidos respecto a Ucrania, el apoyo político de un socio importante como China otorga a Rusia ciertas ventajas en términos psicológicos y de asuntos exteriores. Esto podría afectar el enfoque de las partes interesadas, especialmente de Estados Unidos, al considerar opciones en el proceso de negociación.

Para Washington, cualquier signo de retirada de la mesa de negociaciones corre el riesgo de dejar un vacío diplomático que China podría llenar. En ese escenario, la cooperación entre Rusia y China podría estrecharse, afectando el equilibrio de poder global, especialmente en el marco de las instituciones multilaterales y las cuestiones de seguridad regional.

Por lo tanto, la visita del presidente Xi no es simplemente una actividad diplomática, sino también un factor que configura el contexto estratégico. Si Estados Unidos quiere mantener su influencia en la región europea y desempeñar un papel de liderazgo en el proceso de resolución del conflicto de Ucrania, tendrá que considerar cuidadosamente cada paso, incluida la posibilidad de hacer ciertas concesiones para alcanzar un acuerdo favorable, o al menos mantener su posición.

Otra característica notable de la visita del presidente chino Xi Jinping a Moscú fue el énfasis de ambos países en su memoria histórica compartida de la Segunda Guerra Mundial. Tanto Rusia como China afirmaron ser los principales combatientes y sufrieron las mayores pérdidas en esta guerra: la Unión Soviética en el frente europeo y China en el frente asiático.

Los analistas dicen que el énfasis de ambos países en el papel de "principal ganador" no sólo busca reafirmar posiciones históricas, sino también servir a objetivos políticos actuales. En un contexto en el que el orden internacional enfrenta numerosos desafíos –desde el aumento del gasto militar y el relanzamiento de la carrera armamentista hasta el uso de la fuerza militar más allá del marco del derecho internacional–, invocar la memoria histórica se convierte en una herramienta política altamente simbólica.

Rusia y China se están posicionando activamente como “guardianes del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial”, un papel construido sobre el legado de la victoria y la derrota histórica en la guerra. Al enfatizar la memoria histórica, ambos países no sólo afirman la continuidad de sus roles globales, sino que también utilizan el pasado como una herramienta para reforzar sus posturas políticas actuales, especialmente en cuestiones de seguridad y orden internacionales.

Sin embargo, este enfoque no está exento de reacciones contradictorias. Desde la perspectiva de muchos países occidentales, esto puede verse como la “politización de la historia”: cuando el recuerdo de la victoria se utiliza para justificar acciones geopolíticas controvertidas, desde intervenciones regionales hasta desafíos a los principios internacionales contemporáneos.

A pesar de la controversia, es innegable que la Segunda Guerra Mundial todavía juega un papel central en el discurso estratégico de Rusia y China. Más que un mero elemento simbólico, la memoria histórica se está convirtiendo en una herramienta de poder blando, al servicio del objetivo de construir legitimidad y contrarrestar la presión de las instituciones occidentales.

Memorias históricas, mensajes modernos: Cuando Moscú y Pekín se expresan juntos

El 80º aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria, al que asistieron el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping, tiene por tanto un significado que va más allá del marco de un acontecimiento histórico. Esta es una oportunidad para que ambos líderes envíen un mensaje sobre el papel de Rusia y China como fuerzas que apoyan el “orden pacífico de la posguerra”, mientras critican indirectamente las acciones militares o las políticas exteriores que se consideran una amenaza para socavar esa base.

Si bien es cierto que la visita del presidente Xi Jinping a Moscú tiene un fuerte carácter simbólico, también está profundamente ligada a intereses prácticos. En la agenda, las dos partes se centraron en la cooperación económica, la seguridad regional y la promoción del papel de los mecanismos multilaterales como la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), especialmente ahora que se acerca la cumbre de Tianjin. Los puntos calientes mundiales como Oriente Medio, Afganistán y las tensiones entre India y Pakistán también son temas indispensables.

Sin embargo, lo que hizo que la visita fuera tan notable fue su significado simbólico. La comunidad internacional espera contribuciones importantes de Rusia y China para proteger la paz y la estabilidad mundiales. La visita del presidente Xi Jinping a Moscú no sólo es una oportunidad para que ambos países demuestren su profunda solidaridad, sino también una oportunidad para reforzar su compromiso con un orden mundial estable y justo. En medio de las crecientes tensiones mundiales, los papeles de Rusia y China adquieren cada vez más importancia en la promoción del diálogo, la mitigación de conflictos y la salvaguardia de la paz, especialmente en regiones vulnerables como Oriente Medio y Asia.

Al centrarse en soluciones cooperativas multilaterales y defender conjuntamente el principio de respeto a la soberanía nacional, Rusia y China pueden contribuir a construir un entorno internacional sostenible donde los países puedan resolver sus desacuerdos a través del diálogo y la cooperación en lugar de la confrontación militar.

Hung Anh (colaborador)

Fuente: https://baothanhhoa.vn/ky-uc-lich-su-thong-diep-hien-dai-khi-moscow-va-bac-kinh-cung-len-tieng-248147.htm


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