Una nueva investigación muestra que los perros entienden sustantivos que se refieren a objetos familiares.
Según los investigadores que observan la actividad cerebral de los perros, estos animales pueden entender muchos sustantivos para referirse a objetos como pelotas, pantuflas, correas y otras cosas que encuentran comúnmente en sus vidas.
Nuevos hallazgos sugieren que los cerebros de los perros pueden entender más que solo órdenes como "siéntate" y "toma", sino que también pueden captar el significado de los sustantivos, al menos en relación con las cosas que les interesan, según The Guardian del 22 de marzo, citando una investigación de la Universidad Eotvos Lorand en Hungría.
"Creo que todos los perros tienen esta capacidad. Cambia nuestra comprensión de la evolución del lenguaje y nuestra forma de pensar sobre las características únicas de los humanos", dijo la experta Marianna Boros, quien ayudó a organizar los experimentos.
Los científicos llevan mucho tiempo interesados en si los perros realmente aprenden el significado de las palabras. Una encuesta de 2022 reveló que los dueños de perros creían que sus perros respondían a entre 15 y 215 palabras.
Una evidencia más directa de las capacidades cognitivas caninas llegó en 2011, cuando psicólogos de Carolina del Sur (EE. UU.) observaron que después de tres años de entrenamiento intensivo, un Border Collie llamado Chaser había aprendido los nombres de más de 1.000 objetos, incluidos 800 juguetes de tela, 116 pelotas y 26 discos de plástico.
Sin embargo, los estudios revelan muy poco sobre lo que sucede en el cerebro de un perro cuando procesa palabras.
Para aprender más, Boros y sus colegas invitaron a 18 dueños de perros a traer a sus mascotas al laboratorio junto con cinco objetos que los animales reconocieron. Estos incluían pelotas, pantuflas, discos de plástico, juguetes de goma, lápices y otros artículos.
Se les indica a los dueños que digan palabras para los objetos antes de mostrarle a su perro el objeto exacto o cualquier otra cosa. Por ejemplo, el dueño podría decir: "Mira, esta es la pelota", pero luego mostrar un disco de plástico.
Los experimentos se repitieron varias veces, utilizando palabras que pudieran describir las cosas correcta o incorrectamente, mientras se registraba la actividad cerebral de los perros.
Los resultados mostraron que su actividad cerebral difería entre descripciones precisas e imprecisas. Las mayores diferencias se observaron cuando el dueño hablaba del objeto que mejor conocía.
En la revista Current Biology , los autores del estudio afirman que estos resultados "proporcionan la primera evidencia neurológica del conocimiento del vocabulario en los animales".
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