Según los amigos de la víctima, ella fue al lago a intentar hacer flotar un "bobo boat", ya que los videos de estas pequeñas embarcaciones son muy comunes en TikTok. Esto demuestra que la rápida difusión de las tendencias en redes sociales, sumada a la curiosidad y la naturaleza exploratoria de los niños pequeños, ha creado situaciones peligrosas que los padres podrían no prever del todo.
Sin embargo, el problema no se limita al juego del "bobo boat". Este incidente refleja la facilidad con la que los niños se exponen a contenido no verificado, algunos de los cuales incluso suponen riesgos significativos. Mientras tanto, la concienciación infantil es limitada y su capacidad para evaluar los riesgos es casi inexistente. Ante un vídeo con millones de visualizaciones, los niños solo ven lo "divertido" o "interesante", sin comprender que podría haber accidentes, lesiones o incluso la muerte.
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| Muchos niños imitan el juego de carreras de "bobo boat" que ven en línea, construyendo sus propios barcos y jugando en estanques, lagos y arroyos sin prever los posibles peligros y accidentes inesperados. (Imagen ilustrativa) |
Tras el trágico incidente, la escuela a la que asistía el alumno de segundo grado abordó el problema con prontitud, organizando campañas de concienciación sobre los peligros de este juego y otras tendencias en línea. Esta es una medida necesaria dada la creciente influencia del entorno digital en los niños. Sin embargo, estas iniciativas dentro del recinto escolar solo abordan la superficie del problema. Una vez fuera de la escuela, los niños aún se enfrentan a un mundo en línea vasto y mucho más difícil de controlar.
La mayor brecha hoy en día es el uso que los niños hacen de las redes sociales sin la supervisión de un adulto. TikTok, Facebook y YouTube cuentan con mecanismos de censura, pero no son suficientes para prevenir por completo el contenido engañoso, dañino o inseguro. Los niños pequeños, especialmente los de primaria, no pueden distinguir entre la orientación correcta y los desafíos peligrosos. Esta responsabilidad recae en los adultos, principalmente en las familias.
Los padres deben supervisar el uso que sus hijos hacen de los teléfonos y las redes sociales, y guiarlos para que se mantengan alejados de estanques, ríos, arroyos u otros lugares peligrosos. Más importante aún, los padres deben capacitar proactivamente a sus hijos para identificar los riesgos de los videos en línea: no imitar contenido creado por ellos mismos, no participar en tendencias no verificadas y no intentar retos peligrosos.
Este es también el momento de reevaluar el papel de la educación en habilidades digitales en el currículo. A medida que las redes sociales se vuelven parte de la vida, es necesario enseñar a los niños a protegerse en línea, al igual que se les enseña a nadar, técnicas de escape o cómo manejar situaciones de emergencia. La seguridad en línea es ahora una necesidad real y urgente.
El desgarrador incidente de Ea Wer nos recuerda una vez más que la inocencia de los niños pequeños siempre conlleva grandes riesgos si no reciben la guía adecuada. Las redes sociales brindan alegría y conocimiento, pero también ocultan aspectos negativos que los niños no pueden prever. Cuando los adultos relajan la supervisión, los videos que duran apenas unas decenas de segundos pueden tener consecuencias para toda la vida.
Para evitar pérdidas tan trágicas, los adultos deben adoptar una actitud proactiva: prestar más atención, estar más atentos y ser más responsables con el acceso de los niños a las redes sociales. Porque un solo instante imitando una tendencia puede costarles el futuro a los niños.
Fuente: https://baodaklak.vn/xa-hoi/202512/mang-xa-hoi-va-moi-nguy-doi-voi-tre-em-f981582/







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