Remojar los pies en agua tibia correctamente te hará sentir cómodo y relajado. (Fuente: True Natural) |
Los antiguos decían: Si quieres mantenerte sano, primero debes cuidar tus pies; si cuidas tus pies, nunca envejecerás.
Al ser la parte del cuerpo más alejada del corazón, los pies suelen carecer de calor. La piel de los tobillos es fina y tiene muchos vasos sanguíneos, que disipan el calor con facilidad, por lo que los pies suelen ser la parte del cuerpo que más se enfría. Remojar los pies es la forma más directa y rápida de calentarlos.
Al sumergir los pies en agua tibia, los vasos sanguíneos se dilatan y aumenta la circulación. El calor se transmite a todo el cuerpo a través de los vasos sanguíneos, acelerando la circulación y ayudando a disipar mejor el calor en la zona media, logrando así un estado de confort y relajación.
Aunque remojar los pies es beneficioso e inofensivo para la mayoría de las personas, para los siguientes 4 grupos es necesario considerar cuidadosamente remojar los pies en agua tibia para evitar consecuencias graves.
Cuatro grupos de enfermedades que no deben remojar los pies en agua caliente
Pacientes hipertensos
Los pacientes hipertensos suelen tener problemas de estimulación simpática y vasoconstricción. Una temperatura del agua demasiado alta o un baño de pies demasiado prolongado pueden estimular el nervio simpático, aumentando el volumen sanguíneo y la vasoconstricción, lo que a su vez aumenta la presión arterial.
Al mismo tiempo, la mayoría de los pacientes hipertensos tienen enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares complicadas, por lo que remojar los pies puede hacerlos sudar mucho, provocando que la sangre se estanque, agravando aún más la isquemia miocárdica, la isquemia cerebral y la falta de oxígeno.
Pacientes con venas varicosas
Las varices suelen acompañar a problemas vasculares. Al remojar los pies, el agua demasiado caliente puede dilatar los vasos sanguíneos y aumentar el flujo sanguíneo, agravando así los síntomas de las varices y empeorando la estasis sanguínea.
Pacientes diabéticos
Los diabéticos pueden sufrir neuropatía periférica y poca sensibilidad a la temperatura, lo que los hace susceptibles a sufrir quemaduras al sumergir sus pies en agua caliente.
Si se quema el pie o la extremidad inferior, por falta de sangre, por falta de nutrición... la herida tardará mucho tiempo en cicatrizar.
Si el nivel de azúcar en sangre no está bien controlado, la neuropatía vascular en las extremidades inferiores puede afectar el flujo sanguíneo y la transmisión sensorial, lo que da como resultado una mala percepción de la temperatura y un mayor riesgo de quemaduras.
Pacientes con infecciones de la piel
Si tiene heridas abiertas, llagas, infecciones por hongos u otros problemas de piel en los pies, remojarlos puede introducir bacterias y empeorar la infección.
¿Cómo remojar los pies para obtener mejores resultados?
El agua no está demasiado caliente.
La piel de los pies suele ser frágil y no soporta altas temperaturas. Cuando la temperatura del agua supera la tolerancia cutánea, la película sebácea se daña, provocando sequedad y agrietamiento de la piel.
Para algunas personas, las altas temperaturas del agua pueden ser peligrosas. Por ejemplo, para quienes padecen oclusión arterial en las extremidades inferiores y complicaciones del pie diabético, los pediluvios a alta temperatura pueden ser incapacitantes.
Por lo tanto, para garantizar la seguridad sanitaria, la temperatura del agua debe mantenerse por debajo de los 40 °C. Antes de sumergir los pies, compruebe la temperatura con la mano.
Sin ingredientes añadidos
Cada hierba tiene efectos diferentes. Muchas personas, sin conocimientos farmacológicos específicos y sin consultar a un médico, han añadido ingredientes herbales al agua de sus baños de pies.
Esto hace que remojar los pies no sólo sea inútil, sino que también puede causar lesiones si se usa incorrectamente.
El nivel del agua debe ser más alto que los tobillos.
Al remojar los pies, no dejes que el agua cubra solo la parte superior. El agua debe tener unos 30 cm de profundidad, equivalente al punto Sanyinjiao del tobillo. Si llega hasta la pantorrilla, mejor.
Para lograr este requisito, el baño de pies debe ser lo suficientemente profundo y un balde sería más adecuado.
No remojar durante demasiado tiempo
Aunque remojar los pies es muy cómodo, no conviene hacerlo demasiado tiempo. Cada remojo puede durar 20 minutos, no más de 30; basta con sudar un poco y ya está.
La razón es que el calor de los pies al remojarlos se transmite a todo el cuerpo a través de los vasos sanguíneos, incluido el cerebro. Si se remojan demasiado tiempo, el suministro de sangre al cerebro será insuficiente, lo que provoca mareos y dolor en el pecho.
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