indiferencia "escalofriante"
Al ver el vídeo de una estudiante siendo golpeada por un grupo de amigos hasta romperle tres costillas, la psicóloga Hong Huong (residente permanente en la Biblioteca Residente de la Asociación Vietnamita para la Protección de los Derechos del Niño) no pudo evitar quedar impactada.
“Me siento tan desconsolada”, suspiró la experta.

Seis estudiantes participaron en la agresión a un amigo en el baño de la escuela secundaria An Dien (Foto: Pham Dien).
Según los expertos, el incidente en el que una estudiante fue golpeada por una amiga y le rompieron las costillas en Ciudad Ho Chi Minh constituye un grave shock psicológico que puede dejar un trauma mental duradero si no se recibe apoyo inmediato.
“A corto plazo, la víctima sin duda entrará en un estado de crisis psicológica, confusión, miedo e incluso pérdida de fe en el entorno de aprendizaje y en las relaciones que la rodean. A largo plazo, esas heridas mentales pueden perseguirla de por vida”, dijo la Sra. Huong.
La Sra. Huong no solo está preocupada por el comportamiento violento, sino que lo que resulta más alarmante es la apatía generalizada entre el grupo de estudiantes involucrados.
“En el vídeo, los espectadores pueden ver a muchos otros estudiantes presenciando el incidente, pero permaneciendo allí indiferentes, observando, grabando y riendo. Eso refleja la decadencia moral y emocional de un sector de la juventud actual, que ya no sabe sentir compasión ni ponerse en el dolor ajeno”, enfatizó.
Según los expertos, la raíz del problema reside en la educación familiar, que representa el 80% de las causas. La familia es el primer lugar donde se forma la personalidad. Los niños aprenden a comportarse de sus padres.
Si los padres son irascibles, carecen de autocontrol emocional o son permisivos, es probable que los hijos desarrollen reacciones negativas. Entre los 12 y los 15 años, los niños experimentan un fuerte desarrollo emocional, son vulnerables e impulsivos. Si no se fomenta su inteligencia emocional, incluso los conflictos menores pueden escalar a la violencia.
Para solucionar el problema de raíz, la Sra. Huong sugirió que tanto padres como alumnos deben recibir educación paralela. Es fundamental orientar a los padres sobre cómo hablar con sus hijos, cómo escucharlos y cómo controlar sus propias emociones.
Las escuelas pueden coordinarse con asociaciones de mujeres y psicólogos para organizar sesiones de comunicación y capacitación en habilidades parentales. Es necesario enseñar a los niños a quererse a sí mismos y a respetar a los demás, y los adultos deben ser un ejemplo a seguir en cuanto a su comportamiento.
Además, los niños víctimas de acoso escolar a menudo no se atreven a compartir sus experiencias por miedo a ser discriminados. Cuando no hay nadie que los escuche ni apoyo emocional, pueden caer fácilmente en una grave crisis. La Sra. Huong también sugirió que se deben reforzar las medidas institucionales para prevenir la violencia escolar y fortalecer los sistemas de apoyo psicológico para los niños.
“Los niños siempre serán niños. Actúan impulsados por sus emociones, mientras que su razón no se desarrolla plenamente hasta los 24 o 25 años. Por lo tanto, la responsabilidad recae en los adultos. Debemos trabajar juntos para crear un entorno mental seguro, donde padres, escuelas y sociedad colaboren, para que incidentes tan dolorosos como este no se repitan”, afirmó la psicóloga.
Considere los aspectos legales y sociales.
Los expertos afirman que quizás el entorno actual sea demasiado «ácido», lo que provoca irritabilidad y agitación en las personas. Los niños carecen de un entorno verdaderamente tranquilo.
“Debemos analizar el entorno general; desde adultos hasta niños, casi todos están inmersos en un ciclo de estrés y presión constantes. Cuando los padres están estresados, sus hijos también absorben esa energía. Es como un efecto dominó.”
Los seres humanos, al fin y al cabo, no podemos vivir aislados. Como las hormigas, tenemos una necesidad natural de conectar, de compartir, de ser amados. Cuando esas necesidades no se satisfacen, las personas se sienten fácilmente solas y vulnerables, y los niños son los primeros en verse afectados”, dijo la Sra. Huong.
El abogado Nguyen Minh Dung (Colegio de Abogados de la Ciudad de Can Tho ) afirmó que el incidente en el que un grupo de estudiantes golpeó a un amigo hasta fracturarle tres costillas constituye un acto que pone en peligro la salud de otros, una forma grave de violencia escolar. Legalmente, dependiendo de la gravedad de las lesiones y la edad del agresor, el incidente puede ser juzgado de diversas maneras.
En primer lugar, según el Decreto 80/2017/ND-CP, la violencia escolar comprende cualquier acto de agresión que cause daño físico o psicológico a los estudiantes en centros educativos o clases particulares. El centro es responsable de la aplicación de las medidas disciplinarias y de informar a las autoridades competentes. No obstante, si la víctima sufre lesiones graves, como fracturas de costillas, la intervención interna no es suficiente.
Por lo tanto, en este caso, además de las medidas disciplinarias en la escuela, es necesario que intervenga la policía para evaluar las lesiones, esclarecer el móvil, la magnitud de los daños y la edad de los menores involucrados. Según los resultados de la evaluación, las autoridades determinarán si existen fundamentos suficientes para iniciar un proceso penal.
“En cualquier nivel, esto es una señal de alerta sobre la educación en habilidades para la vida, el control psicológico basado en la edad y las responsabilidades de gestión de las escuelas y los padres en la prevención de la violencia escolar”, dijo.
Fuente: https://dantri.com.vn/giao-duc/nu-sinh-bi-ban-danh-gay-3-xuong-suon-vet-thuong-tam-ly-am-anh-suot-doi-20251106105700077.htm






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