Primer plano de la mano robótica con piel de hidrogel - Foto: Universidad de Cambridge
Los robots ya no son solo una película; hoy en día, son cada vez más capaces de percibir el tacto, la temperatura e incluso las lesiones. El objetivo no es dotar a los robots de emociones, sino ayudarlos a reaccionar con flexibilidad, aprender de las colisiones y ayudar a los humanos a estar más seguros en entornos reales.
De la ciencia ficción al laboratorio: los robots empiezan a "sentir"
Durante muchos años, la idea de robots con sensaciones táctiles solo se veía en películas. En la vida real, el concepto se consideraba innecesario porque los robots son herramientas insensibles. Pero esto se convierte en un obstáculo cuando se utilizan robots para asistir a humanos en entornos reales.
De hecho, cuando los robots trabajan en espacios habitables u hospitales, la incapacidad de reaccionar ante situaciones inusuales puede generar riesgos. Esto lleva a los científicos a plantearse de nuevo la pregunta: ¿deberían los robots "sentirse" como humanos para gestionar mejor las situaciones?
Para responder a esta pregunta, un equipo de la Universidad de Cambridge y la UCL ha desarrollado una piel artificial hecha de un hidrogel conductor que imita la forma en que la piel humana transmite señales sensoriales. Esta piel permite al robot registrar con precisión los estímulos físicos del entorno.
Según la investigación de Tuoi Tre Online , muchos otros centros de investigación también están siguiendo esta dirección, como el Instituto Max Planck en Alemania o la Universidad Nacional de Seúl, con tecnologías de piel suave que pueden autocurarse y crear una respuesta táctil precisa.
Robots con sentidos táctiles para actuar de forma más inteligente
La sensación de dolor en los robots no pretende replicar las emociones humanas, sino cumplir un propósito muy práctico: ayudarlos a responder de forma más inteligente y segura durante el trabajo. La integración de piel artificial capaz de detectar la fuerza del impacto o una temperatura anormal ayuda a los robots a reconocer cuándo existe riesgo de daño para ellos mismos o para las personas con las que interactúan.
Cuando los robots están programados para "sentir dolor", ajustarán su fuerza, cambiarán de posición o detendrán la operación si detectan algo inusual. Esto es fundamental en entornos médicos , donde los robots pueden asistir a pacientes o personas mayores. Un robot de enfermería con piel sensible será más delicado, ya que sabrá "retroceder" si encuentra resistencia, evitando así lastimar al paciente.
En el ámbito del rescate, la detección de temperatura o vibración ayuda a los robots a identificar zonas peligrosas y retirarse rápidamente. También se espera que esta tecnología ayude a las personas con discapacidad: una piel electrónica adherida a los brazos robóticos les permite recibir retroalimentación táctil cada vez que se mueven.
Según el profesor Fumiya Iida, el objetivo del equipo es desarrollar reflejos de autoprotección para los robots, no crear emociones.
Del tacto a la emoción: ¿dónde están los límites tecnológicos?
A medida que los robots pueden responder a la presión, los cambios de temperatura o detectar cortes, muchos comienzan a preguntarse: ¿Se están acercando las máquinas a los ámbitos emocionales exclusivamente humanos? Si bien estas reacciones son resultado de la programación, se asemejan cada vez más a la forma en que los humanos expresan dolor, alerta o miedo.
Es esta similitud la que difumina la línea entre el tacto y la emoción para el usuario. Si un robot parece humano y retira las manos en caso de peligro, es fácil que el usuario se apegue a él, incluso se sienta comprendido.
En áreas como la salud mental, la educación infantil o la atención al cliente, esto puede ser una herramienta poderosa para fomentar la empatía. Sin embargo, también corre el riesgo de crear la ilusión de que los robots realmente tienen sentimientos, lo que genera dependencia o incomprensión de la tecnología.
Los científicos enfatizan que los robots no sienten dolor , carecen de consciencia y emociones. Todo comportamiento es simplemente una respuesta a reglas predefinidas. El problema es que los humanos pueden interpretar esas reacciones como expresiones emocionales, y ese es el límite tecnológico que la sociedad necesita abordar con mayor claridad en el futuro cercano.
Fuente: https://tuoitre.vn/robot-biet-dau-nhu-con-nguoi-nho-da-nhan-tao-20250717102826532.htm
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