Singapur acaba de aprobar el Proyecto de Ley sobre Aplicación de la Ley y Otros Asuntos, que estipula delitos y sanciones más severas para quienes hagan un uso indebido de las tarjetas SIM para cometer fraude.
Según el proyecto de ley aprobado por el Parlamento de Singapur, tres grupos de sujetos están identificados como infractores de la normativa: aquellos que se registran en servicios de telecomunicaciones con malas intenciones, los minoristas y los intermediarios que comercian con tarjetas SIM nacionales para facilitar actividades fraudulentas.
En consecuencia, los suscriptores con malas intenciones son aquellos que regalan tarjetas SIM o proporcionan sus datos a otros para registrarlas. Sin embargo, quienes tengan motivos legítimos, como registrar tarjetas SIM para familiares, no entrarán en esta categoría, y quienes sean engañados para proporcionar sus datos no serán procesados.
Los intermediarios son aquellos que comercian con tarjetas SIM para su uso indebido, lo que incluye proporcionar tarjetas SIM nacionales a organizaciones fraudulentas; recibir, proporcionar o poseer tarjetas SIM nacionales registradas con datos de otras personas y tarjetas SIM no registradas para fines delictivos.
Cualquier persona que posea 11 o más tarjetas SIM, o que tenga una tarjeta SIM que haya sido utilizada previamente para cometer un delito, será responsable. Sin embargo, quien tenga una razón legítima, como un empleador, para conservar la tarjeta SIM de un empleado no será procesado.
Los minoristas infractores son aquellos que facilitan el registro fraudulento de tarjetas SIM nacionales. Los proveedores de servicios móviles o minoristas registran tarjetas SIM nacionales utilizando la información personal de otras personas sin su consentimiento.
Las infracciones cometidas por quienes registren tarjetas SIM con malas intenciones se castigarán con una multa de hasta 10.000 dólares y una pena de prisión de hasta tres años. Asimismo, las infracciones cometidas por intermediarios y minoristas de tarjetas SIM por uso indebido se castigarán con una multa de hasta 10.000 dólares y una pena de prisión de hasta tres años por la primera infracción. Los reincidentes podrán ser castigados con una multa de hasta 20.000 dólares y una pena de prisión de hasta cinco años.
En 2023, Singapur detectó 46.000 casos de fraude en telecomunicaciones, un récord, con pérdidas que alcanzaron los 651,8 millones de dólares.
PERLA
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