Añadida a la Constitución de los Estados Unidos en 1868, la Sección 4 de la Decimocuarta Enmienda establece que «la validez de la deuda pública de los Estados Unidos autorizada por ley no será cuestionada». En otras palabras, el gasto que el Congreso haya votado a favor de respetar debe respetarse, independientemente de si se supera el límite de la deuda. Esta disposición se creó en aquel entonces para evitar que los legisladores sureños socavaran la unión estadounidense repudiando la deuda federal generada por la guerra.
Como explican algunos economistas, invocar la Decimocuarta Enmienda significaría que el Tesoro podría seguir endeudándose más allá del límite, emitiendo deuda federal para financiar las operaciones del gobierno. Para ello, el presidente Joe Biden simplemente pediría a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, que siguiera emitiendo la deuda tan necesaria para pagar las cuentas del país. Esto, en la práctica, le otorgaría al presidente la facultad de superar el límite de la deuda sin consultar al Congreso.
El presidente Biden ha declarado que si la Casa Blanca y el Congreso no logran elevar el techo de la deuda, considerará invocar la Decimocuarta Enmienda. Esta idea ha encontrado oposición por parte del presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. «Si el presidente Biden utiliza la Decimocuarta Enmienda en este caso, creo que ha fallado a ambos partidos y a los propios demócratas», declaró McCarthy.
En una conferencia de prensa antes de la reunión de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G7 en Japón el 11 de mayo, la ministra Yellen enfatizó que si el Congreso no aumenta el techo de la deuda federal, actualmente en 31,4 billones de dólares, las consecuencias para la economía y las finanzas serán muy graves.
“Un impago amenazaría los logros que Estados Unidos ha trabajado con tanto esfuerzo durante los últimos años en el proceso de recuperación económica tras la pandemia de COVID-19. Un impago estadounidense desencadenaría una recesión global que no solo provocaría el declive de la principal economía del mundo, sino que también socavaría la posición de Estados Unidos como líder económico mundial”, advirtió la Sra. Yellen.
Respecto a la posibilidad de usar la Decimocuarta Enmienda, la Sra. Yellen afirmó que endeudarse más allá del límite de deuda establecido por el Congreso es ilegal. Sin embargo, incumplir las obligaciones de gasto del Congreso podría constituir una infracción más grave. Esta contradicción legal existe porque la Decimocuarta Enmienda se creó mucho antes de que se estableciera el límite de la deuda y se añadiera a la Constitución en 1917.
El uso de la Decimocuarta Enmienda para elevar el techo de la deuda también ha generado opiniones encontradas. El investigador Philip Wash, del American Enterprise Institute, afirmó que invocar la Decimocuarta Enmienda crearía una oportunidad para que el presidente abuse de su poder al permitir que el poder ejecutivo eluda al Congreso. La profesora Rebecca Zietlow, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Toledo, afirmó que invocar la Decimocuarta Enmienda en este caso no tiene precedentes, lo que ha suscitado la preocupación de muchos expertos y asesores de la Casa Blanca por las posibles consecuencias legales y económicas.
“En el pasado, otras administraciones, como la del presidente Barack Obama, también han considerado remedios amparados por la 14.ª Enmienda. Pero, en realidad, el gobierno estadounidense nunca ha tenido que recurrir a ella porque el Congreso siempre ha actuado con prontitud”, declaró la cadena estadounidense CNN.
El presidente Joe Biden y el presidente de la Cámara de Representantes, McCarthy, tienen previsto reunirse esta semana para debatir el techo de la deuda. Además de la Enmienda 14, se están considerando otras propuestas, como la emisión de bonos perpetuos, pero, al igual que la Enmienda 14, muchos expertos creen que estas medidas podrían ser contraproducentes.
Binh Nguyen
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