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Según el informe de la AIE, aunque la cantidad total de electricidad generada a partir de fuentes renovables se ha triplicado en el período 2000-2022, si se depende únicamente de la energía renovable, no se puede generar suficiente electricidad para satisfacer la demanda de las economías en desarrollo.
El mundo aún depende de la energía generada a partir del carbón para el desarrollo económico y la recuperación pospandémica. Foto: World Nation News |
La Agencia Internacional de Energía (AIE) acaba de publicar un informe que muestra que la demanda de carbón en India, el segundo mayor productor de energía térmica del mundo, ha aumentado un 8% hasta 2022. Indonesia, con un aumento del 36% en la demanda, se ha convertido en el quinto mayor consumidor de energía térmica del mundo.
Mientras tanto, muchos países europeos también han revertido sus políticas de eliminación gradual del carbón debido a la falta de gas natural. Según el informe de la AIE, si bien la cantidad total de electricidad generada a partir de fuentes renovables se ha triplicado entre 2000 y 2022, depender únicamente de energías renovables no puede generar suficiente electricidad para satisfacer la demanda de las economías en desarrollo.
La AIE también informó que, en 2022, se estima que el consumo mundial de carbón aumentará un 1,2 % en comparación con 2021, superando los 8 000 millones de toneladas. Además, se espera que la demanda mundial de energía fósil alcance un nuevo récord este año.
El carbón es barato y fiable, y las economías desarrolladas y emergentes dependen de él en tiempos de emergencia. Alemania, líder en descarbonización, también ha incrementado la generación de energía a partir de carbón ante el agravamiento de la escasez de energía debido a las interrupciones en el suministro de gas ruso. Francia también ha reactivado las centrales de carbón.
En Japón, el carbón representa aproximadamente el 30% de la producción total de electricidad. La dependencia del carbón en el país aumentó aproximadamente un 5% tras el accidente en la central nuclear de Fukushima en 2011. Esto se considera un círculo vicioso entre garantizar la seguridad energética y la lucha contra el cambio climático.
El Acuerdo de París sobre el cambio climático busca mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 ° C con respecto a los niveles preindustriales. Un aumento de temperatura superior a 1,5 ° C incrementaría significativamente el riesgo de olas de calor, lluvias torrenciales y otros riesgos climáticos.
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, el mundo solo puede emitir 400.000 millones de toneladas adicionales de CO2 si quiere cumplir el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5 ° C. Si continúan las emisiones anuales actuales de 40.000 millones de toneladas, el mundo solo tendrá 10 años para actuar.
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