El clima húmedo y frío actual crea las condiciones ideales para el crecimiento de microorganismos, especialmente virus que causan enfermedades respiratorias como la influenza A, la COVID-19 y el virus del dengue. Los registros del Departamento de Enfermedades Tropicales (Hospital Friendship) muestran que solo en el último mes, el Departamento ha recibido y tratado a muchos pacientes ancianos con influenza A y dengue.
Las personas mayores son susceptibles a los resfriados y las infecciones bacterianas.
Para las personas mayores, el cambio de estaciones supone un periodo de mayor riesgo para su salud. El sistema inmunitario de las personas mayores se debilita con la edad, un fenómeno conocido como inmunodeficiencia senil. Esto reduce las defensas naturales del organismo, haciéndolo más susceptible a los virus que las personas jóvenes.
Además, cuando el clima se torna frío repentinamente, las personas mayores, cuyo organismo tiene una termorregulación deficiente, son susceptibles al frío. El frío provoca la constricción de los vasos sanguíneos periféricos, lo que reduce el flujo sanguíneo a la mucosa de las vías respiratorias y crea un entorno propicio para la invasión y el desarrollo de virus.
Sin embargo, el mayor peligro no reside únicamente en la infección viral. Lo que más preocupa a los médicos es la sobreinfección bacteriana. Cuando el cuerpo intenta combatir virus (como la gripe A), el sistema inmunitario se ve sobrecargado. En ese momento, las bacterias oportunistas (que suelen residir en la garganta y la nariz) aprovechan la oportunidad para atacar, causando enfermedades más graves como la bronquitis y la neumonía.

Un paciente anciano con influenza A está siendo tratado en el Hospital Friendship.
Esta es la razón por la que muchas personas mayores inicialmente solo presentan síntomas leves de gripe, pero luego su estado se agrava rápidamente, requiriendo hospitalización y tratamiento intensivo con regímenes combinados: medicamentos antivirales, antibióticos fuertes para prevenir infecciones secundarias, medicamentos antiinflamatorios y, especialmente, rehidratación y electrolitos para estabilizar su condición física.
5 reglas para mejorar la salud de las personas mayores cuando cambia el tiempo
Ante epidemias complejas, la prevención proactiva de enfermedades en las personas mayores es una prioridad fundamental. Para cuidar la salud de las personas mayores y minimizar el riesgo de hospitalización durante los cambios de estación, los expertos recomiendan priorizar la implementación de las siguientes 5 medidas clave:
1. Mantén tu cuerpo caliente
Cuando baja la temperatura, lo más importante es evitar resfriarse. Las personas mayores deben prestar especial atención a mantener calientes partes importantes del cuerpo como el cuello, el pecho, la espalda y los pies. Al salir, sobre todo si llueve o a primera hora de la mañana, es necesario llevar un abrigo, un gorro de lana y una bufanda. El dormitorio debe estar protegido del viento y suficientemente cálido; si es necesario, se puede usar una lámpara de calor o un sistema de aire acondicionado.
2. Alimentación equilibrada y beber suficiente agua tibia
Una dieta nutritiva proporciona al cuerpo la energía suficiente para mantener el sistema inmunitario. Las personas mayores deben consumir alimentos calientes y de fácil digestión, aumentar el consumo de verduras de hoja verde y frutas ricas en vitamina C (como naranjas, mandarinas y pomelos) para mejorar su resistencia.

Las personas mayores necesitan mantenerse activas físicamente durante los cambios de estación.
Sobre todo en invierno, las personas mayores suelen ser reacias a beber agua. Esto es un error, ya que el cuerpo sigue perdiendo agua al respirar. No beber suficiente agua espesa la mucosidad y la sangre, y obliga a los riñones a trabajar más. Es necesario mantener una hidratación adecuada, priorizando el agua tibia o las infusiones calientes.
3. Las personas mayores necesitan realizar ejercicio físico de forma razonable.
El ejercicio regular ayuda a mejorar la circulación sanguínea y la salud en general. Sin embargo, las personas mayores deben ejercitarse con precaución. Muchas tienen la costumbre de hacer ejercicio muy temprano por la mañana (entre las 4 y las 5), lo cual es extremadamente peligroso durante la época de frío.
En esta época del año, la temperatura exterior baja mucho, y el aire frío y la alta humedad pueden provocar vasoconstricción repentina, aumentando el riesgo de accidente cerebrovascular o infarto de miocardio. Se recomienda posponer el ejercicio hasta más tarde, después de las 7 de la mañana, cuando el clima es más cálido, o bien optar por ejercicios suaves en interiores, en lugares sin viento. Siempre es importante calentar bien el cuerpo antes de comenzar el ejercicio principal.
4. Usa mascarilla y mantén la distancia
El clima frío y lluvioso hace que la gente tienda a reunirse en interiores, en lugares resguardados. Este es un ambiente ideal para que los virus se propaguen por las vías respiratorias. Por lo tanto, usar mascarilla al salir o ir a lugares concurridos es la protección más eficaz contra la gripe y la COVID-19.
5. Higiene personal, especialmente el lavado de manos
Los virus pueden sobrevivir en superficies y se transmiten por contacto con los ojos, la nariz y la boca. Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o con gel desinfectante es una medida sencilla que puede prevenir la transmisión de la enfermedad.
Las personas mayores deben tener en cuenta que, ante cualquier signo inusual en su organismo, como fiebre alta que no baja, fatiga o dificultad para respirar, deben acudir inmediatamente a un centro médico para ser examinadas y recibir tratamiento oportuno, a fin de evitar que la enfermedad progrese y cause complicaciones peligrosas.
Fuente: https://suckhoedoisong.vn/5-quy-tac-tang-cuong-suc-khoe-nguoi-cao-tuoi-khi-mua-lanh-169251112124034576.htm






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