La enfermedad obligó al rey Carlos III a ser hospitalizado

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La hiperplasia prostática benigna del rey Carlos III es común en hombres de mediana edad, debido a las hormonas o problemas de salud previos.

El rey Carlos ingresará en el hospital la próxima semana para recibir tratamiento por hiperplasia prostática benigna, según informó el Palacio de Buckingham. La condición del rey es benigna y requiere un procedimiento médico para corregirla.

La glándula prostática es parte del sistema reproductor masculino, tiene aproximadamente el tamaño de una nuez y está ubicada debajo de la vejiga, rodeando la uretra (el conducto que transporta la orina desde la vejiga y saca los espermatozoides del cuerpo).

Según Mayo Clinic, la hiperplasia prostática benigna es un crecimiento benigno de una entidad tisular, que produce agrandamiento de la próstata y puede causar obstrucción del tracto urinario inferior, momento en el que se denomina tumor obstructivo.

La hiperplasia prostática benigna afecta aproximadamente al 50% de los hombres a los 50 años. La probabilidad de desarrollar la enfermedad aumenta con la edad.

Los síntomas de agrandamiento de próstata incluyen nicturia, micción frecuente e incapacidad para vaciar completamente la vejiga después de orinar. Otros síntomas menos comunes incluyen infecciones del tracto urinario, retención urinaria y sangre en la orina.

Estos síntomas tienden a empeorar con el tiempo. El tamaño de la próstata no siempre determina la gravedad de los síntomas.

La causa del agrandamiento de la próstata no está clara, pero las hormonas y los factores de crecimiento pueden contribuir a la susceptibilidad de los hombres a la enfermedad, según el profesor Amin Herati, director del Departamento de Infertilidad Masculina y Salud Masculina del Hospital Johns Hopkins.

El rey Carlos III asiste a la misa de Navidad en la iglesia de Santa María Magdalena. Foto: Reuters — El rey Carlos III asiste a la misa de Navidad en la iglesia de Santa María Magdalena. Foto: *Reuters*

Otros problemas de salud que también conducen al agrandamiento de la próstata son las infecciones del tracto urinario, la prostatitis, la estenosis uretral, los cálculos en la vejiga o el riñón y el cáncer de próstata o de vejiga.

El envejecimiento y los antecedentes familiares de hiperplasia prostática benigna también son factores de riesgo. Enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y la disfunción eréctil también contribuyen a la hiperplasia prostática benigna.

Los médicos suelen diagnosticar el agrandamiento de próstata mediante un examen clínico, la evaluación de su historial médico y su historial de medicamentos. A los pacientes se les asignan pruebas como análisis de orina, análisis de sangre, pruebas de antígenos y ecografía rectal.

Las opciones de tratamiento incluyen cambios en el estilo de vida, aumento del ejercicio, medicamentos y cirugía, según el Dr. Kevin Wymer, endocrinólogo de la Clínica Mayo.

A veces, no es necesario hacer nada. Si el agrandamiento no causa síntomas ni disfunción, simplemente hay que vigilarlo, dice el Dr. Wymer.

Los dos tipos de medicamentos que se utilizan comúnmente para esta afección son los alfabloqueantes y los inhibidores de la 5-alfa-reductasa. Los alfabloqueantes relajan los músculos de la próstata. Los inhibidores de la 5-alfa-reductasa ayudan a reducir el tamaño de la próstata.

En casos graves o en quienes no toleran bien los efectos secundarios de los medicamentos, el médico podría recomendar una cirugía. Este procedimiento varía según el paciente, según el tamaño de la próstata, la edad y el estado de salud.

La hiperplasia prostática benigna puede provocar complicaciones como retención urinaria, infecciones del tracto urinario, daño a la vejiga o daño renal.

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