Desarrollos regionales
El fuerte ascenso de China
Tras más de tres décadas de mantener un crecimiento económico impresionante, desde 2010 China ha superado oficialmente a Japón y se ha convertido en la segunda economía más grande del mundo. Esto ha generado una importante presión competitiva sobre el liderazgo económico y la posición de Estados Unidos a escala global. Numerosos pronósticos internacionales predicen que China podría superar a Estados Unidos y convertirse en la mayor economía del mundo alrededor de 2030, lo que marcaría el comienzo de profundos cambios en el orden económico mundial.
Con una posición económica superior a la de las economías posteriores (su producto interior bruto (PIB) equivale al total combinado de Alemania, Japón, India, el Reino Unido y Francia), China ha tomado medidas enérgicas para consolidar su creciente posición y papel internacional. A nivel estratégico, China refuerza constantemente su influencia sobre las principales potencias mundiales, a la vez que se centra en expandirla sobre países pequeños y medianos mediante la promoción del "poder blando", especialmente el poder cultural. Además, China también combina con flexibilidad el "poder duro" en los ámbitos militar y económico para aumentar la eficacia general de su estrategia exterior.
Para consolidar su papel y posición como gran potencia en el ámbito internacional, China ha puesto en marcha numerosas iniciativas con influencia global. Tras anunciar la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) e implementar medidas para impulsar su realización, China continuó impulsando la Iniciativa de Desarrollo Global (IDG) en 2021 para complementar y fortalecer la cooperación integral de la BRI. Además, China también desempeña un papel importante en la promoción de la formación de una zona de libre comercio a través de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), fortaleciendo así los lazos económicos con los países de la región asiática, especialmente con los del sur de Asia. En 2022, ante la creciente cantidad de desafíos de seguridad no tradicionales que enfrentaba el mundo , en particular el impacto de la pandemia de COVID-19, China propuso la Iniciativa de Seguridad Global (ISG) para promover soluciones de cooperación internacional en este ámbito. Para 2023, con el deseo de mejorar el "poder blando" y atraer la atención internacional hacia su civilización de más de 5.000 años de antigüedad, China continúa lanzando la Iniciativa de Civilización Global (GCI), contribuyendo a fortalecer la influencia cultural y construir un puente de intercambio entre países de todo el mundo.
El desequilibrio en el control de seguridad y la influencia económica de Estados Unidos en la región
Durante el período en que Estados Unidos dedicó importantes recursos a la guerra contra el terrorismo en Irak y Afganistán tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, China aprovechó esta oportunidad para acelerar su desarrollo, expandir su influencia y fortalecer su papel internacional. Este contexto provocó cambios significativos en el equilibrio de poder en la región Asia-Pacífico. Estos cambios hicieron que Estados Unidos se enfrentara a numerosas dificultades y desafíos para mantener su posición, influencia estratégica y control sobre la seguridad estadounidense en la región, lo que afectó profundamente el orden y la estabilidad tanto en la región como a nivel mundial.
En el contexto del cambiante equilibrio de poder en Asia-Pacífico, los mecanismos de cooperación regional promovidos por Estados Unidos han revelado ciertas limitaciones. Los mecanismos de cooperación tradicionales, como el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que involucra tanto a Estados Unidos como a China, no pueden convertirse en una herramienta eficaz para limitar el creciente papel de China. Por otro lado, iniciativas más recientes, como el Acuerdo de Libre Comercio de la Asociación Transpacífica (TPP), que la administración Obama esperaba que fortaleciera la posición económica y estratégica de Estados Unidos, no han logrado los resultados deseados, especialmente después de que la administración Trump decidiera retirarse del TPP. Esto ha facilitado aún más el desarrollo de nuevas iniciativas impulsadas por China, en particular la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).
El estatus de la región aumenta
Desde la creación de la APEC, la región Asia-Pacífico se ha consolidado rápidamente como un centro económico líder y dinámico a nivel mundial, contribuyendo con más del 40% del PIB mundial. Este logro se debe a iniciativas de cooperación económica eficaces, el sólido desarrollo de los tratados de libre comercio (TLC) bilaterales y multilaterales, y el impresionante crecimiento económico de China y los países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Además, el liderazgo de mercado y las tendencias tecnológicas de Estados Unidos también han contribuido significativamente a que la región Asia-Pacífico sustituya gradualmente a Europa en muchos sectores económicos clave, especialmente en la producción y el consumo. El mundo ha presenciado un fuerte aumento en la escala de las transacciones comerciales en la región Asia-Pacífico, donde el volumen comercial de esta región representa más del 50% del valor total de las transacciones de comercio exterior mundiales. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 ha generado numerosos desafíos importantes, ya que las drásticas medidas de respuesta de muchos gobiernos de la región han provocado interrupciones y rupturas en la cadena de suministro global. Como resultado, además de los impactos del conflicto entre Rusia y Ucrania, el mundo también enfrenta una ola de inflación que se está extendiendo globalmente debido a graves interrupciones en la cadena de suministro, en la que las interrupciones en la región Asia-Pacífico juegan un papel importante.
Además, la conexión cada vez más estrecha entre la región del Océano Índico y la región de Asia y el Pacífico ha creado un vasto espacio económico que representa más del 50% de la población mundial, contribuye a dos tercios del PIB mundial y a más del 60% del comercio internacional total. Dada su magnitud e importancia, garantizar la seguridad y la estabilidad de esta región no solo preocupa a los países directamente relacionados, sino que también recibe una amplia atención de la comunidad internacional.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibe al primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, en la Casa Blanca, Washington D. C., el 7 de febrero de 2025. Foto: Kyodo/TTXVN
Ajuste de la estrategia de EE.UU.
La presencia estadounidense ha desempeñado un papel importante en el mantenimiento de la estabilidad y la seguridad en la región Asia-Pacífico en los últimos años. Por lo tanto, muchos países de la región aún esperan que Estados Unidos asuma compromisos a largo plazo para garantizar un entorno estratégico estable. Sobre esta base, Estados Unidos continúa con su enfoque tradicional, fortaleciendo alianzas con socios clave como Japón y Corea del Sur, a la vez que promueve la cooperación con los Estados miembros de la ASEAN para ampliar su influencia y mejorar la coordinación en asuntos regionales.
En 2011, la administración del presidente estadounidense B. Obama anunció la política de "pivote hacia Asia", identificando la región Asia-Pacífico como un enfoque prioritario en la estrategia global estadounidense. Estratégicamente, mantener la paz y la estabilidad en la región Asia-Pacífico se considera un factor clave. En materia de defensa y seguridad, Estados Unidos ha ajustado la asignación de fuerzas militares para aumentar su presencia en la región. En cuanto a los mecanismos de coordinación, Estados Unidos ha situado a la ASEAN en el centro de su política exterior hacia la región Asia-Pacífico; al mismo tiempo, ha participado activamente en foros de diálogo sobre temas importantes, incluyendo la disputa del Mar del Este. Estados Unidos también promovió el establecimiento y la expansión de mecanismos de cooperación regional, como la Iniciativa del Bajo Mekong (LMI), el Grupo Quad (QUAD)... En el ámbito económico, la administración Obama impulsó el proceso de integración internacional mediante la negociación del TPP (2015), basado en parte en el desarrollo de ideas del grupo ASEAN+4, con el objetivo de configurar un marco comercial de alta calidad en la región.
Sin embargo, en la práctica, China ha aumentado gradualmente su influencia a través de la promoción del concepto de una "Comunidad de Destino Común", una orientación estratégica anunciada en 2017 y continuamente complementada y fortalecida en los años siguientes. En el contexto de la influencia de EE. UU. que tiende a disminuir en algún momento, muchos países de la región se han visto obligados a ajustar sus políticas exteriores, al tiempo que expresan un creciente interés en las iniciativas regionales propuestas por China. Actualmente, la mayoría de los mecanismos de cooperación regional giran en torno a dos centros principales, ya sea liderados por EE. UU. o iniciados por China, lo que aumenta la competencia estratégica entre los dos países. Esta situación coloca a muchos países en un "dilema" en la elección de una orientación de política exterior, típicamente India, tanto miembro fundador del Grupo QUAD como participante activo en el Grupo BRICS de Economías Emergentes. En ese contexto, la administración Trump ha adoptado una serie de medidas más duras para contener el desarrollo de China, especialmente en el sector industrial y las cadenas de suministro globales. En 2017, Estados Unidos anunció oficialmente la Estrategia para un Indopacífico Libre y Abierto (FOIP), con el objetivo de construir una alianza cuádruple que incluya a Estados Unidos, Japón, Australia e India. Esta iniciativa no solo busca garantizar un orden regional basado en normas, sino que también forma parte importante de la estrategia general de Estados Unidos para mantener su liderazgo en la región del Indopacífico en un contexto de creciente competencia estratégica.
En cuanto a la integración económica regional, la decisión de retirar a Estados Unidos del TPP bajo la administración Trump ha generado opiniones encontradas. Algunos economistas creen que esta medida podría provocar que las empresas estadounidenses pierdan acceso a grandes mercados potenciales en la región Asia-Pacífico. Sin embargo, desde otra perspectiva, esto también se considera un ajuste para proteger los intereses nacionales, ya que se considera que la administración anterior, bajo el presidente B. Obama, hizo concesiones durante las negociaciones del TPP, especialmente en materia de aranceles y propiedad intelectual, para acelerar la firma y crear un equilibrio estratégico frente al creciente papel de China en la integración regional. Mientras tanto, China continúa invirtiendo significativamente en la RCEP, considerándola una plataforma para aumentar su influencia económica, especialmente para los países del sur y el sudeste asiático. Este enfoque cauteloso pero decisivo ha ayudado a China a consolidar gradualmente su papel en la configuración del orden económico regional.
De hecho, incluso con el regreso del Partido Demócrata al poder, la administración del presidente estadounidense, J. Biden, no priorizará la reincorporación al TPP, aunque académicos y algunos países miembros del TPP han expresado su deseo de que Estados Unidos regrese pronto. Esto refleja un cambio en la estrategia de integración económica de Estados Unidos, en el contexto de la necesidad de equilibrar los intereses nacionales y el objetivo de mantener su influencia en la región Asia-Pacífico. Además de los ajustes estratégicos previos, la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos 2022, anunciada por la administración del presidente J. Biden, ha añadido numerosas medidas políticas y herramientas de implementación más claras para responder eficazmente al contexto de la intensificación de las iniciativas estratégicas de China en la región. Cabe destacar que, en febrero de 2022, Estados Unidos anunció oficialmente una versión actualizada de la FOIP. Esta versión, que no se centra únicamente en los contenidos tradicionales, como garantizar la seguridad marítima y la libertad de navegación, también presenta un enfoque más integral, que promueve la cooperación económica, el desarrollo sostenible y la respuesta a los desafíos de seguridad no tradicionales en el contexto de las numerosas fluctuaciones en la estrategia regional.
Al mismo tiempo, la administración Biden ha implementado numerosos mecanismos nuevos para fortalecer la seguridad regional, enfocándose en promover el poder militar y fortalecer las alianzas estratégicas. Por ejemplo, el Acuerdo Trilateral de Cooperación en Seguridad entre Australia, el Reino Unido y Estados Unidos (AUKUS, 2021) se centra en mejorar las capacidades de defensa y compartir tecnología militar avanzada. Además, Estados Unidos promueve el fortalecimiento del papel de países aliados, como Japón y Filipinas, mediante marcos de cooperación en seguridad regional más estrechos, típicamente el Marco de la Alianza entre Estados Unidos, Japón y Filipinas (JAPHUS), anunciado en 2023. Estos mecanismos reflejan la nueva dirección estratégica de Estados Unidos en la construcción de una red de cooperación en seguridad más flexible y cohesionada en la región del Indopacífico.
Además, la administración del presidente estadounidense J. Biden ha logrado resultados en la promoción de la participación de India y algunos países clave de la ASEAN en el Marco Económico Indo-Pacífico para la Prosperidad (IPEF, mayo de 2022). Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos siempre ha perseguido el objetivo de promover la liberalización del comercio global. Sin embargo, en el proceso de implementación del FOIP, Estados Unidos ha realizado ajustes introduciendo iniciativas con un enfoque más flexible, sin enfatizar demasiado el compromiso con la liberalización comercial tradicional. El hecho de que India no participara en la RCEP, pero optara por participar en el IPEF, refleja en parte el atractivo de este enfoque, al tiempo que muestra los esfuerzos de Estados Unidos por expandir su influencia estratégica en la región a través de formas de cooperación más diversas. La administración estadounidense también enfatizó la importancia de construir una alianza más sustantiva, con la posibilidad de que el grupo QUAD se vincule cada vez más estrechamente con el IPEF estadounidense. El cambio de un modelo económico-de seguridad paralelo a un modelo de cooperación más integrado y comprensivo se considera un avance significativo en la estrategia del FOIP bajo la administración del presidente estadounidense J. Biden (1) .
Otro éxito de Estados Unidos es su contribución a la amplia difusión del conocimiento y los valores fundamentales de la Ley de Libre Comercio de la Información (FOIP). En los últimos años, muchos países relacionados han anunciado sucesivamente sus propias visiones o estrategias para la región, lo que demuestra el alcance y la influencia del enfoque impulsado por Estados Unidos.
El primer ministro indio, Narenda Modi, y el presidente estadounidense, Donald Trump, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, el 14 de febrero de 2025. Foto: Reuters.
Continuar impulsando objetivos estratégicos
Según los expertos, aunque muchos países dentro y fuera de la región han anunciado sus propias visiones estratégicas para la región Indo-Pacífica, de las cuales Estados Unidos es el país que más fuertemente promueve esta estrategia, la perspectiva de continuar realizando la FOIP en el segundo mandato de la administración del presidente estadounidense D. Trump aún plantea muchas preguntas dignas de mención.
El contexto internacional actual sugiere que la implementación de la Ley de Libre Comercio de la India (FOIP) podría enfrentar desafíos significativos debido a diversos factores que desvían la atención de las políticas de Estados Unidos y sus actores clave. En Europa, el conflicto en curso entre Rusia y Ucrania continúa dominando las prioridades estratégicas de Estados Unidos y sus aliados, a la vez que incrementa las tensiones geopolíticas globales. En Oriente Medio, la inestabilidad causada por el conflicto entre Hamás e Israel, entre otros factores, ha obligado a Estados Unidos a intensificar su participación, especialmente dado el papel crucial de la región en el mercado energético mundial. En el sur de Asia, la inestabilidad en Bangladesh amenaza con desviar recursos y atención estratégica de India, uno de los socios clave en la estructura de la FOIP.
Además, se considera que la creciente presencia de nuevas iniciativas de cooperación global, como la expansión de los BRICS y la RCEP, también tiene un impacto significativo en la implementación de la Ley de Libre Comercio de EE. UU. Con una agenda diversa y cada vez más interconectada, estos mecanismos pueden atraer la atención y los recursos de muchos países participantes, reduciendo así en cierta medida la prioridad otorgada a la Ley de Libre Comercio de EE. UU. en las estrategias de política exterior. Asimismo, una de las tendencias destacadas de estos marcos de cooperación es promover un orden internacional multilateral, en pos del equilibrio de poder e influencia en el sistema global. Esto puede conducir a una redefinición del papel de las grandes potencias, incluido EE. UU., en la región Asia-Pacífico en particular y en el escenario internacional en general.
Este es un "juego" estratégico que afecta la realización de los objetivos centrales de la FOIP, incluyendo el fortalecimiento del liderazgo global de EE. UU., especialmente cuando la tendencia de un orden mundial multipolar está tomando forma gradualmente. Sin mencionar que existen muchos otros factores complejos que afectan la efectividad de la implementación de la FOIP por parte de EE. UU. Por ejemplo, la creciente competencia estratégica de China. Si bien la economía china enfrenta numerosos desafíos tanto a corto como a largo plazo, China aún mantiene un rol importante en la cadena de suministro global y continúa expandiendo sus relaciones económicas internacionales. La posición económica y la influencia global de China se demuestran claramente en la competencia comercial con EE. UU., así como en el impulso por parte de China de iniciativas a gran escala, como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y otros programas de cooperación regional con una inversión total de hasta billones de dólares. Estas iniciativas reflejan los esfuerzos de China por expandir su espacio estratégico y limitar el impacto de las presiones geopolíticas. China también muestra una clara conciencia del dilema que enfrentan muchos países en desarrollo de la región, quienes se ven obligados a equilibrar la necesidad de garantizar la seguridad, a menudo asociada al papel de Estados Unidos, con la necesidad de desarrollo económico, donde China desempeña un papel importante. En este contexto, China opta por un enfoque de cooperación más flexible, acorde con la capacidad receptiva de los países socios, ajustándose a las realidades de cada región y a los problemas internacionales en cuestión.
Otro factor importante a considerar es La respuesta de los países de la región a la competencia estratégica entre las principales potencias. En el contexto de los esfuerzos de Estados Unidos por reestructurar su influencia mediante un nuevo enfoque de la libertad de información sobre la propiedad intelectual (FOIP), apoyarse en la plataforma regional Asia-Pacífico requiere no solo tiempo, sino también una mayor determinación estratégica para generar confianza y generar beneficios concretos y sostenibles para los socios de la región. Sin embargo, en realidad, con la extensa red de cooperación económica y comercial que China ha establecido en los últimos años, el atractivo de iniciativas estratégicas, como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) o los mecanismos de cooperación financiera y de infraestructura impulsados por China, sigue siendo un factor difícil de reemplazar. Sobre todo cuando los compromisos de Estados Unidos en algunas áreas, en particular la económica, aún no se han definido claramente o no han aportado beneficios concretos a los socios regionales. Según los expertos, si Estados Unidos desea fortalecer su papel y competitividad estratégica en la región, fortalecer la cooperación económica debería ser una prioridad absoluta. En ese contexto, seguir promoviendo el IPEF se considera una medida adecuada y necesaria. El IPEF debe aportar beneficios más prácticos y claros a los países participantes, especialmente en el ámbito del desarrollo económico, la principal preocupación de la mayoría de los países de la región.
De hecho, el presidente estadounidense Donald Trump inició su segundo mandato impulsando políticas ejecutivas contundentes en diversas áreas, en línea con el objetivo de "Estados Unidos Primero" establecido en su primer mandato. En política económica exterior, la administración del presidente Trump sigue priorizando el uso de herramientas arancelarias para ajustar las relaciones comerciales con los países y proteger los intereses económicos nacionales. Este enfoque combina elementos tradicionales con el pragmatismo estadounidense en el contexto de la creciente competencia global. La guerra comercial entre Estados Unidos y China, iniciada en 2018, se considera un ejemplo típico. Si bien no ha logrado resultados claros en la reducción del déficit comercial bilateral ni ha reducido significativamente el valor total de las transacciones comerciales entre ambos países, la política arancelaria ha generado cambios notables en la estructura comercial estadounidense. En concreto, China solía ser el principal socio exportador del mercado estadounidense, pero ahora ha descendido al tercer lugar, lo que demuestra el efecto del ajuste de la cadena de suministro y el cambio en las tendencias de importación de las empresas estadounidenses bajo el impacto de esta política.
Durante su primer mandato, la administración Trump no ha prestado mucha atención a los mecanismos tradicionales de cooperación multilateral, como lo demuestra la retirada de Estados Unidos de numerosos acuerdos y tratados internacionales, el TPP, el Acuerdo de París sobre el cambio climático, etc. Esto refleja claramente la búsqueda del unilateralismo y la política de "Estados Unidos primero". Sin embargo, esto no significa que Estados Unidos haya abandonado por completo la cooperación multilateral, ya que la administración Trump sigue optando por promover diversos mecanismos pragmáticos de cooperación que le benefician directamente. Normalmente, el fortalecimiento del mecanismo de cooperación en seguridad QUAD, así como la propuesta e implementación de la Ley de Libre Comercio de la India (FOIP), reflejan que, en la próxima estrategia del Indopacífico, la administración Trump mantendrá este enfoque con mayor firmeza para maximizar los intereses estratégicos de Estados Unidos.
Además de renovar los lazos existentes, la administración Trump, durante su primer mandato, también ha mostrado especial interés en los países influyentes de la región Indopacífica. Un ejemplo claro es el reconocimiento por parte de Estados Unidos del creciente papel de la India como potencia global y el establecimiento de relaciones bilaterales con el país, especialmente en los ámbitos de defensa y tecnología. Asimismo, las relaciones con Japón, bajo la administración Trump, se han fortalecido significativamente gracias a una mayor cooperación en materia de seguridad, económica y tecnológica entre ambas partes. Como aliado clave de Estados Unidos en la región, se anima a Japón a desempeñar un papel más activo en las iniciativas regionales impulsadas por este país. Este podría ser el enfoque que la administración Trump heredará y ampliará sus alianzas de cooperación en su segundo mandato.
En resumen, las acciones de EE. UU. durante la última década demuestran que continuarán impulsando la FOIP como una herramienta eficaz para implementar objetivos estratégicos, a la vez que reafirman su papel e influencia en la seguridad y la economía de la región, especialmente en el contexto de la competencia estratégica entre grandes potencias. Sin embargo, la efectividad real de la FOIP no solo depende del mantenimiento de los mecanismos de cooperación multilateral iniciados por EE. UU. recientemente, sino que también está estrechamente relacionada con el nivel de compromiso, la forma de implementar la estrategia y la capacidad de adaptación a las fluctuaciones geopolíticas y las reacciones de los países de la región. Factores subjetivos por parte de EE. UU., como la orientación política de la administración actual, junto con factores objetivos como la situación regional y la postura de los socios, se consideran variables clave que determinarán el éxito de la FOIP en el futuro.
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(1) “La cumbre del Quad destaca que la estrategia de divide y vencerás no ha cobrado la fuerza esperada”, dice el editorial del China Daily. Chinadaily , 22 de septiembre de 2024, https://www.chinadaily.com.cn/a/202409/22/WS66effa51a3103711928a9192.html
Fuente: https://tapchicongsan.org.vn/web/guest/the-gioi-van-de-su-kien/-/2018/1092702/chien-luoc-%E2%80%9Can-do-duong---thai-binh-duong-tu-do-va-rong-mo%E2%80%9D-cua-my--ke-thua-va-trien-khai.aspx
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